Panorama internacional de recaudación fiscal

2. Panorama internacional de recaudación fiscal

Las prioridades que existen en todas y cada una de las administraciones gobernantes de los países actualmente, es recaudar la mayor cantidad de recursos para poder servir a la población de la mejor manera a través de estos. El problema a resolver es saber cuál es el mejor medio para obtener el máximo ingreso fiscal y así convencer a los ciudadanos para que cooperen a tal hecho.

1.1. América

En los últimos años, América Latina y el Caribe ha concretado grandes avances para aumentar la recaudación fiscal, pero necesita una nueva generación de reformas fiscales e impositivas para reducir la desigualdad, disminuir la evasión, aumentar la productividad, fortalecer los gobiernos locales y preservar los recursos naturales.

Durante la última década la mayoría de los países de la región experimentó un marcado crecimiento de la carga tributaria como porcentaje del PIB, junto con profundos cambios estructurales, como la consolidación del impuesto al valor agregado (IVA), una significativa mejora de la participación de los impuestos directos y el declive de los gravámenes sobre el comercio internacional. En este aumento de la carga tributaria incidieron, aunque con diferencias de un país a otro, un mayor crecimiento de la economía mundial, un sostenido aumento de los precios de los productos básicos, un contexto macroeconómico favorable, nuevos tributos como los aplicables a transacciones financieras o impuestos mínimos, la reducción de exenciones o deducciones, avances en la administración tributaria y una reducción de la desigualdad acompañada de un aumento del consumo.

El aumento ha parejos, ya que los mayores incrementos de la carga tributaria se observaron en la Argentina y el Ecuador y alcanzaron dos o más puntos porcentuales del PIB en la mayor parte de países. Sin embargo, el avance ha sido menor en el grupo de países con menor carga tributaria, donde se destacan los casos de México y Venezuela, que durante el período considerado experimentaron una reducción de su carga tributaria.

Consideramos que los principales desafíos de la política fiscal en América Latina podría ser una reforma fiscal integral que aumente la tributación y mejore su composición. Así como elevar la presión tributaria porque en América Latina es baja y heterogénea. Con cifras de 2011 se puede identificar claramente tres grupos, el primero integrado por aquellos países cuyos ingresos tributarios están por arriba de 25.0 por ciento de su PIB (Argentina, Brasil y Uruguay); después un grupo de 11 países con cargas tributarias entre 15.0 y 25.0 por ciento de su PIB, entre los que destacan Bolivia, Costa Rica, Chile y Ecuador; y finalmente cinco países con ingresos tributarios por debajo de 15.0 por ciento de su PIB, entre los que se encuentra México que ocupa el último lugar de América Latina con una presión tributaria apenas por arriba de 10.0 por ciento de su PIB .

El ampliar las tasas de ISR en América Latina y el Caribe puesto que son las más bajas del mundo. En nuestra región el ISR aplicable a personas físicas es de 28 por ciento y para personas morales de 30 por ciento, en comparación con lo que se observa, respectivamente, en el Sureste Asiático, 33.5 y 34.5 por ciento; Medio Oriente y Norte de África, 48.0 y 40.0 por ciento; OCDE, 45.0 y 35.0 por ciento; Asia del Sur, 39.5 y 41.0 por ciento; y África Sub‐Sahariana, 38.0 y 36.0 por ciento . Son necesarias las reformas fiscales para el crecimiento con igualdad, especialmente en México.

A pesar de que la pobreza y la indigencia se han reducido, seguimos siendo la región más desigual del mundo. De 1990 a 2012, el porcentaje de población pobre en América Latina disminuyó de 48.4 a 28.8 por ciento, en tanto que la población indigente hizo lo propio al pasar de 22.6 a 11.4 por ciento; sin embargo, el Coeficiente de Gini de la región en 2011 (0.52) se situó por arriba de otras regiones del mundo: África Sub‐Sahariana, 0.44; Asia del Este y el Pacífico, 0.41; África del Norte y Medio Oeste, 0.38; Asia del Sur, 0.38; Europa del Oeste y Asia Central, 0.35; y OCDE, 0.33 . Se requiere crecer para igualar y crecer requiere de finanzas públicas sustentadas en una política fiscal progresiva. En primer término se necesita mayor inversión; actualmente en México este tipo de gasto representa 23.2 por ciento del PIB, cuando históricamente ha sido de 26.4 por ciento. Asimismo, se requiere de una política industrial explícita, pues a pesar de que México es una potencia exportadora de manufacturas, el contenido nacional sigue siendo bajo. Finalmente, se tiene que impulsar la productividad laboral que se ha rezagado en los últimos treinta años.

Como Políticas para un cambio estructural para el crecimiento con igualdad en México es necesario priorizar la inversión en educación pero también en Investigación y Desarrollo. México se sitúa entre los primeros 10 países de América Latina con un gasto público en educación de 5.8% del PIB, incluso por arriba del promedio de los 27 países que integran la Unión Europea (5.04%). Sin embargo, se tiene un problema de calidad que se tiene que abordar. En cuanto a la inversión en Investigación y Desarrollo, México invierte 0.39 por ciento del PIB, muy por debajo de lo que invierten países como Finlandia (3.9%), Corea del Sur (3.7%), Suecia (3.4%), Estados Unidos (2.9%), Alemania (2.8%) y Brasil (1.18%).

Necesitamos una renovación de los pactos políticos, para esto se requiere de un nuevo pacto fiscal, entendido éste como el acuerdo sobre el monto, origen y destino de los recursos que ejerce el Estado, es decir, un acuerdo sociopolítico básico que reconoce las obligaciones y derechos entre el Estado y los ciudadanos.

Puesto que la región se caracteriza por un elevado nivel de desconfianza hacia el Estado, un nuevo pacto fiscal implica elevar la calidad del gasto público, una institucionalidad sólida y eficiente y un gobierno políticamente legitimado. En suma, el papel del Estado y la recuperación de la política son claves para el cambio estructural con igualdad y sostenibilidad ambiental.

4.2. Consecuencias de la inmoderada dependencia de los ingresos petroleros

Fijándonos en la situación actual de petróleos mexicanos y de los yacimientos petroleros descubiertos, la escases del crudo se convertirá en un problema a mediano plazo. México se encuentra en un serio problema, ya que se sabe que si no descubren nuevos yacimientos para el 2030, se tendrá suficiente petróleo solo para el autoconsumo y nuestra capacidad exportadora disminuirá considerablemente.

El petróleo con el paso del tiempo podrá sufrir consecuencias, como la que países industrializados desarrollen fuentes

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