Pobreza Y Ciudadania
Enviado por hguerra694 • 15 de Enero de 2012 • 3.125 Palabras (13 Páginas) • 502 Visitas
POBREZA Y CIUDADANIA Mª de los Angeles
EL CAPITAL SOCIAL
El desarrollo teórico asociado al concepto de capital social presenta notables ambigüedades y contradicciones. Se lo ha definido por sus funciones (para qué sirve), o por sus condicionantes (qué se requiere para que se desarrolle). Hay quienes relevan las relaciones sociales que se movilizan y quienes destacan los resultados que se obtienen. Algunos visualizan el capital social como un stock o acumulación de confianza y expectativas de reciprocidad, y otros como un flujo de relaciones e intercambios. Algunos autores privilegian cuestiones de entorno o contexto que posibilitan el desarrollo de determinadas formas de sociabilidad, mientras otros examinan las relaciones sociales propiamente tales. Algunos otorgan un papel crucial a las reglas formales y a las instituciones, mientras otros ponen el acento en los aspectos cognitivos asociados a la interiorización de normas y reglas informales. Algunos afirman que se puede crear capital social, otros sostienen lo contrario. Por último, algunos visualizan el capital social como un particular recurso al alcance de los grupos pobres, mientras otros plantean que bien puede ser un mecanismo compensatorio que no cuestiona, y eventualmente consagra, condiciones estructurales de desigualdad.
En este sentido, el examen de la literatura también permite apreciar que: a) no todo el capital social tiene necesariamente efectos positivos pues existe también un capital social negativo; b) no toda acción colectiva cabe en el concepto de capital social; c) no toda acción asociativa fortalece las virtudes cívicas; d) no cualquier forma de institucionalidad es favorable a la expansión de las relaciones de confianza y cooperación; e) no necesariamente la acción del Estado, aun proponiéndoselo, puede contribuir a generar capital social; f) no necesariamente la acumulación de capital social permite superar la pobreza o mejorar la calidad de vida. Tampoco necesariamente contribuye a mejorar los intercambios económicos y, mucho menos, a superar problemas de desigualdad social. Por todo ello, es relevante contribuir a precisar el concepto y delimitar su utilidad en proyectos de desarrollo.
TEORÍA DE ACCIÓN RACIONAL
El valor del concepto de capital social radica en que permite identificar algunos aspectos de la estructura social, por su función de articular recursos que pueden ser usados para realizar los intereses de los actores. Coleman distingue seis formas de capital social: i) las obligaciones y expectativas, ligadas a la reciprocidad, la confianza y la extensión de las obligaciones contraídas; ii) la información, que provee una base para la acción; iii) las normas y sanciones efectivas que facilitan o inhiben ciertas acciones; iv) las relaciones de autoridad que se establecen con determinados líderes; v) la apropiación por parte de la organización social, que le permite utilizar el capital social disponible para usos no previstos originalmente; vi) la organización intencionada de determinados actores, que se proponen recibir un retorno de esa inversión.
También desde la perspectiva de la acción racional, Portes afirma que el capital social es la habilidad para asegurar beneficios a través de la pertenencia a redes y otras estructuras sociales. Según este autor, existen dos tipos de motivaciones para la acción asociativa: una consumatoria, la otra instrumental. La primera se refiere a valores internalizados que se expresan como ámbitos de solidaridad. La segunda, a relaciones de intercambio y reciprocidad, que pueden incluso llegar a asumir la forma de una confianza forzada. La reciprocidad es la expectativa de que en el futuro habrá devolución o recompensa; la confianza forzada se refiere a la capacidad sancionadora del grupo. Aquí, a diferencia del intercambio por reciprocidad, la expectativa no está en la "devuelta de mano", sino en la inserción de ambos actores en una misma y común estructura social, con su respectiva red de normas y reglas.
BENEFICIOS DEL CAPITAL SOCIAL
En primer lugar, mejorar el posicionamiento y el campo de posibilidades y acceso a recursos de diferente tipo para cada uno de los individuos que participan de relaciones sociales, lo que permitirá actuar en relación con la posición que ocupan al interior de la estructura social.
Segundo, se atribuye al capital social el papel de goma o pegamento que actúa como base social y cultural de los intercambios económicos, facilitando que las personas emprendan proyectos en común sobre la base de normas compartidas y expectativas no defraudadas respecto del comportamiento del otro. De este modo, el capital social favorece el desarrollo económico.
Tercero, se afirma que el capital social favorece las virtudes cívicas y estimula el interés por los asuntos públicos. Por ejemplo, Fukuyama supone que un abundante stock de capital social produce una sociedad densa, la que a su vez es necesaria para una democracia liberal, dado que la sociedad civil sirve para balancear el poder del Estado (Fukuyama 2001). Putnam sostiene que el interés por participar junto a otros en actividades asociativas genera como resultado no premeditado el interés de instalar comportamientos altruistas, conductas asociadas al interés colectivo y la inhibición de comportamientos oportunistas. Sin embargo, la gente no actúa sólo por interés personal o por altruismo, sino por una combinación de motivaciones instrumentales y una necesidad de compartir (Upoff 2000).
En el conjunto de estos beneficios o activos, el papel del factor cívico y político es central; y ello porque la generación de capital social no es un resultado fácil y automático en un contexto social en que imperan las leyes de mercado, que estimulan la competencia y no la solidaridad. El aumento de las desigualdades va de la mano de la erosión de las identidades culturales, la confianza y el capital social. La forma ciudadana en que se puede ejercer la participación se transforma en un factor clave. Cuando la participación se hace aleatoria y cada grupo social no puede ejercer control democrático sobre las decisiones que los afectan, el capital social se empobrece (Rist 1999). El capital social tiene efectos positivos en el área económica y cultural, pero lo que permite que esos beneficios no sean un pequeño ajuste marginal, que incluso legitime su posición desigual, tiene que ver con el acceso a mayores cuotas de poder y ciudadanía.
Las críticas más radicales señalan que el léxico “bonachón” del capital social conduce a ignorar conflictos estructurales que están en el origen de los conflictos sociales. Se lo considera un enfoque reduccionista presentado en un leguaje no amenazante de confianza, redes, reciprocidad y asociaciones.
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