Pobreza y desnutrición

Al elevar la pobreza social, la pobreza y la desnutrición, señalamos que el entorno familiar de los niños pertenecientes a niveles de pobreza extrema se deteriora mucho, generalmente hablando, la familia está distorsionada y el papel de los padres no se satisface. Incorporar las relaciones de pobreza en los factores que afectan a los pobres, estructura familiar y roles parentales. Pero incluso en la pobreza algunos niños tienen niveles nutricionales normales. Se debe explorar, participar y comprender cómo les afecta la relación entre los cuidadores adultos y los niños. Hábitos de enfermería y por tanto mantener su estado nutricional.

En la pobreza, se puede ver que niños y niñas son más susceptibles a condiciones inseguras, pero pueden verse afectados por su familia, es necesario brindar el apoyo necesario para una mejor supervivencia, dependiendo de los padres. El comportamiento afectivo puede, a su vez, depender de esta relación. Las emociones que se establecen entre padres e hijos les permiten responder formas más oportunas de satisfacer las necesidades de los niños y aprovechar al máximo los recursos que disponen y prevenir su desnutrición crónica del menor.

A los efectos de este estudio, el entorno familiar estará determinado por la relación emocional existente entre el cuidador adulto y el niño, afectado por sus creencias y salud mental.

Según los recursos humanos a nivel familiar, cuidar a los niños es el conocimiento, las creencias y el nivel educativo. Personas que brindan atención y salud física y mental, y la autoestima es suficiente para aplicar los conocimientos.

Exploraremos el modelo de desviación positiva que es un método novedoso para estudiar el crecimiento y desarrollo de los niños. Teniendo en cuenta las características del niño y las características de la persona que lo. Esta posición significa en principio reconocer la interacción madre-hijo y el establecimiento de hábitos de salud e higiene, incluso en condiciones socioeconómicas bajas.

La desviación positiva se refiere al estudio de la diferencia entre dos grupos. Una persona que vive en las mismas condiciones de vida y mantiene una buena vida con  nivel de desarrollo y salud. Pero quizás por su formación profesional se proponen posibles intervenciones en términos de nivel educativo y servicios sociales, pero no recomendaciones específicas sobre la interacción madre-hijo.

Combinando el estrés con el consumo de alimentos y la salud son sinérgicos. Realmente enfatiza los factores psicosociales más que fisiológicos son los responsables de la desviación positiva, porque la presión psicológica tiene un efecto negativo sobre el uso de la nutrición y la resistencia a las infecciones.

Con mejor nutrición, hay más niños sanos y menos estresados. Promover la interacción madre-hijo de manera más eficaz. Las características de la madre destacan el análisis de valores y actitudes. La calidad del cuidado y la alimentación del niño (incluida la interacción madre-hijo y la atención médica) constituyen un sesgo positivo.

Cuando se establece una buena interacción emocional entre un cuidador adulto con su bebé, es decir, comprender y responder a las señales. El bebé puede aliviar el estrés, lo que hace que el cerebro del bebé esté más dispuesto a interactuar con nuevas experiencias de aprendizaje sin restringirte oportunidades para su crecimiento y desarrollo biológico.

Uno de los aspectos a salvar son los hábitos alimenticios de las madres afectando la forma en que alimentan a sus hijos. Los trastornos alimentarios también pueden afectar la dieta de su hijo con sus hábitos alimenticios.

La desnutrición es estrechamente relacionada con la pobreza extrema. Ambas variables existen características específicas, por lo que no pueden considerarse como un fenómeno único. Entre los aspectos relacionados con la pobreza que afectan la desnutrición, incluye un punto importante donde el nivel educativo de los padres o cuidadores de los menores se encuentra vinculado al buen uso de alimentos para la debida nutrición del menor. Los padres o cuidadores que no terminaron la escuela primaria tienen menos información sobre nutrición y desarrollo infantil a comparación de los padres o cuidadores que terminaron el nivel secundario de manera satisfactoria. Si todos los padres y cuidadores culminarían los estudios necesarios para su formación, estos tendrían un mayor conocimiento de cómo llevar a cabo una buena nutrición a los menores, tendrían conocimiento de que productos e insumos son necesarios para el correcto desarrollo y formación del menor.

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