Podemos vivir en sociedad

Podemos vivir en sociedad

Todas las sociedades se han regido por diversas convenciones a través de la historia, tales convenciones han sido creadas por el hombre, destacando, sin embargo, que aquellos designios no responden siempre a la primacía del bien común. El individualismo evidenciado en los seres humanos actualmente se acopla más a la actitud ética expuesta por Savater, que a su vez termina confundiendo su labor como actor político dentro de la sociedad con su actuar éticamente correcto en lo privado, relegando la causa de ser un factor de cambio dentro del entorno en que se desenvuelve; es cuando los gobiernos acuden a un plan b, por decirlo de alguna manera, en las democracias se implementan las asambleas constituyentes para modificar, transformar o mejorar la carta magna, que en teoría responde a esa capacidad transformadora de cada individuo desde su esencia, es allí donde los politólogos exponen los deseos de una sociedad que quiere más razones para obedecer que para sublevarse y un líder que ostente una autoridad respetable.

Teniendo en cuenta que la base de la política es la sociedad no se puede negar que las metas personales a veces se interponen, no obstante, la política es para influenciar a seres humanos que muchas veces no comparten, o no están de acuerdo con lo que uno piensa; vivimos en comunidad porque en la práctica es más fácil apoyarnos, trabajar, compartir lo que la vida nos brinda. La relación de los seres humanos con la sociedad les permite realizar cambios que en cada ciclo a través de la palabra y los hechos, les permita desintoxicar las normas-leyes-formas de administración que nos afectan en el día a día bien sea debido a su obsolescencia o porque no están diseñadas para todos realmente, el replanteamiento también conlleva modificar la manera en que somos ayudados, o en como ayudamos a otros. Ya que esto deriva en un mal uso de los medios otorgados, por lo cual vemos la necesariedad de ciertas jerarquías que modulen la aplicación de los procesos o caminos a seguir según el fin que se busca, esto con el propósito de evitar la anarquía, ya que, debido a nuestra naturaleza instintivamente racional, somos individualistas. Para Savater es elemental conciliar la ética con la política, en vista de que los seres humanos tienen diferentes principios-necesidades, por lo tanto la política debe buscar armonía de mi vida respecto a otros sin dejar de lado mi unicidad.

Ahora bien, en los noventa el rumbo mundial o globalización del modelo político democrático, se implanta como modelo político dominante derrocando a famosas dictaduras y movimientos políticos populistas. El impacto que esto genera en Colombia se refleja en un resultado refrescante, la asamblea nacional constituyente, que en este caso específico, se acopla un poco más a las afirmaciones de Savater, siendo integrada por un conjunto heterogéneo de miembros de la sociedad colombiana enajenados de cambio; ello nos dio una constitución que declara un Estado social de derecho laico, que hizo un proceso de reingeniería a nuestras formas de administración dándonos a los ciudadanos colombianos derechos, y junto con ellos, deberes reafirmando así nuestra relación reciproca con la sociedad. Otra herramienta el aumento de la participación social a través de mecanismos que pueden ser individuales o colectivos como la tutela, en ella se encuentran plasmadas las libertades y las prohibiciones que nos permiten un mejor control individual-colectivo, de igual forma un mejor manejo de los bienes-leyes del Estado, cabe recalcar que a su vez protege el pensamiento y la vida, aun así su falencia radica en que el poder legislativo la amaña a su conveniencia convirtiendo esos designios del hombre en los caprichos de unos pocos. Según nuestro autor la constitución del 91 para mi concepto crea un puente entre la actitud ética y la política.

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