Policías Comunitarias ¿Una solución al problema de la seguridad?

Policías Comunitarias

¿Una solución al problema de la seguridad?

En el mundo de las políticas de seguridad se están moviendo los cimientos, se están rompiendo las estructuras antiguas. El viejo concepto weberiano se está desvaneciendo, mutando, evolucionando. Se están redefiniendo sus estrategias. El aumento exponencial de de la violencia urbana es un fenómeno social que abarca todos los rincones de la comunidad. Esto ha gestado una intensa disputa alrededor de este complejo tema. Se necesita para esto, un debate transversal, ya que conlleva una profunda complejidad y una múltiple causalidad, lo que requiere así también una multiplicidad de respuestas, combinadas en sinergia para obtener resultados óptimos. Requiere entonces, romper con esa visión tradicional del actuar de la policía como meramente un brazo ejecutor de la fuerza de la justicia. Sin embargo, las cuestiones que se plantean son sumamente hondamente intrincadas: ¿Qué tipo de seguridad construir? ¿Dónde hay que focalizar los esfuerzos? ¿Qué estrategia usamos para disminuir los delitos y la inseguridad? ¿Qué seguridad queremos para la comunidad? ¿Cómo hacemos una comunidad más segura?

La respuesta surge entonces desde la misma pregunta: una comunidad segura debe surgir desde y para la comunidad. Con su participación activa, su intervención consciente y ciudadana, un derecho inherente a la ciudadanía misma que a su vez es deber. Es entender la seguridad desde el punto de vista humano, desde la ciudadanía en democracia, profundizando el mismo sistema democrático. Fuera de la visión del binomio policía-sistema judicial, pensar en la capacidad transformadora de la sociedad civil no sólo colaborando, sino como centro de las bases de la política de seguridad, con el valor agregado de la visión comunitaria.

Teniendo esta perspectiva más local, más humana, entonces, la política de seguridad busca crear una policía de proximidad, una policía comunitaria, una policial local y barrial, bien cerca de la gente. Esto tiene como fundamento conocer su territorio y ser bien conocido por sus habitantes. Ir de lo macro a lo micro, establecer diálogo directo con los vecinos, ser parte de ellos. Se busca desarrollar el compromiso de la comunidad con su propia seguridad, cercando los espacios para la delincuencia. Buscando crear una cultura de seguridad, de respecto, de valores y civismo.

Uno de los antecedentes, es la Guardia Urbana de Barcelona. La misma fue creada en 1843, y a pesar de los cambios y de lo moderno del concepto de policía comunitaria, tenía los mismos fundamentos. Como en esa época era muy reducido el número de los efectivos que hacían servicio en la vía pública, se funda dicha Guardia Urbana y ésta sale a la calle: organiza encuentros regulares con vecinos, y crea la Sección de Vigilantes a Caballos recorriendo el municipio, e incluso (muy avanzado para la época) mujeres que realizaron tareas de vigilancia, seguridad y relaciones públicas en ferias y eventos sociales. Este cuerpo, era una estrategia de política de seguridad que permite a los oficiales de la fuerza obtener un conocimiento empírico y directo de los escollos diarios, además de fortalecer el vínculo policía-vecino, generando la solidaridad entre si: policías preocupados

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