Politicas economicas en Venezuela 2019

        En términos generales las políticas económicas se pueden definir como las herramientas de intervención del Estado en la economía para alcanzar sus objetivos macro y microeconómicos. Normalmente estas se llevan a cabo para lograr y conseguir fines en beneficio del conjunto de la sociedad; tales como,  el crecimiento económico, la estabilidad de los precios y el pleno empleo. De esta forma, los gobiernos tratan de favorecer la buena marcha de la economía a través de variables como el PIB, el IPC o las tasas de empleo, ocupación y paro.

        Se podría decir que la política económica es, por tanto, el plan de acción de un país en lo que a Economía se refiere y que tiene busca una modificación en el comportamiento de los individuos, tanto particulares como empresas, para dirigir sus intereses económicos hacia unos u otros sectores de la economía.

        Algunas de las principales políticas económicas o herramientas que utilizan los Estados para lograr sus objetivos económicos son las siguientes: política monetaria, política fiscal, política cambiaria, política de rentas y política exterior. Cada una de ellas enfocada a variables macroeconómicas distintas,pero todas en conjunto aplicadas con el principal fin de obtener estabilidad económica en un país. Sin embargo, es necesario acotar que el resultado de su aplicación puede ser tanto positivo como negativo económicamente y que esto dependerá de qué tan estudiada fue la realidad que se pretende cambiar o controlar con ellas, así como de qué tan oportuno fue el momento de aplicarlas.

        Ahora bien, la política fiscal es aquella centrada en la gestión de los recursos de un Estado y su Administración.Está en manos del Gobierno del país, quién controla los niveles de gastos e ingresos mediante variables como los impuestos y el gasto público para mantener un nivel de estabilidad en los países.

        En términos simples esta tiene como objetivo la obtención de ingresos (principalmente, mediante la recaudación de impuestos) y la aplicación del gasto público con el fin de obtener un crecimiento de la producción, reducir el desempleo y alcanzar la estabilidad de precios. Como se ha mencionado, para lograr los objetivos y medir los resultados, la política fiscal utiliza dos grandes instrumentos: el gasto público, es decir, la cantidad de dinero que invierte el Estado para el cumplimiento de sus funciones; y los impuestos, aquellos tributos a través de los cuales se obtiene la mayoría de ingresos públicos. Los cambios dentro de estas cuestiones influyen directamente sobre la actividad económica de un país y su asignación de recursos.

        De acuerdo al modo de uso de los instrumentos, existen dos tipos de política fiscal: la política fiscal expansiva  que actúa cuando la economía busca expandirse y lo logra estimulando la demanda agregada a través de ciertos recursos, como el aumento de los gastos, inyectando dinero en el mercado y bajando los impuestos; y la la política fiscal restrictiva, la cual frena la demanda agregada, reduciendo el gasto público y subiendo los impuestos, para lograr disminuirla. Cada una se aplica en ambientes económicos distintos,por ejemplo, la expansiva en una situación de recesión y la restrictiva en una situación inflacionaria. Cabe destacar que ninguna de estas se puede aplicar por largos periodos de tiempo sin obtener consecuencias negativas, y que en cualquier caso al aplicarlas se debe saber actuar de acuerdo a los pros y contras que traigan consigo en el panorama económico.

        Al hablar de política fiscal aplicado en el caso de Venezuela, es lamentable admitir que esta ha sido llevada erroneamente por muchos periodos gubernamentales, puesto que a pesar de querer tratar de reactivar la economía venezolana nunca se ha logrado controlar el Gasto Público  y mucho menos se ha creado una cultura tributaria en los ciudadanos y empresas Venezolanas. Dicha situación no es sorprendente afirmar que se ha agudizado profundamente con el actual gobierno, que mas que fallas presenta incongruencias en su aplicación.

        En el gobierno actual al igual que en el anterior, se han basado en presentar propuestas económicas que luego se pierden en la intrincada e ineficiente red burocrática, o simplemente no son capaces de cumplir las metas que son trazadas, en otras ocasiones, y debido a nuestra gran dependencia de las exportaciones petroleras, los planes se ven afectados por variaciones en los precios del petróleo, e incluso por crisis ocurridas en otros países que crean un efecto dominó, afectando a las economías más vulnerables como la nuestra. Hoy día, los economistas coinciden en que el desorbitado déficit fiscal y la diferencia abismal entre los gastos y los ingresos del Estado, es uno de los desequilibrios fundamentales que explican la hiperinflación y otros problemas estructurales de la economía venezolana. Para ello, el gobierno está aplicando una política fiscal de choque buscando minimizar el gasto público, evidenciándose en que no se aumenta el salario tanto como en años anterio; sin embargo, sigue siendo absurdo porque se mantienen numerosos otros gastos públicos que no se comparan con los practicamente nulos ingresos públicos del país.

        Continuamos con la política monetaria, la cual controla los factores monetarios de un Estado para garantizar la estabilidad de precios y el crecimiento económico. Esta incluye todas las acciones que disponen las autoridades monetarias (los bancos centrales) para ajustar el mercado de dinero; y mediante su uso, los países tratan de tener influencia en sus economías controlando la oferta de dinero y así cumplir con sus objetivos macroeconómicos, manteniendo la inflación, el desempleo y el crecimiento económico en valores estables.

        Para lograr los fines de la política monetaria, los bancos centrales disponen de dos variables con las que pueden intentar acelerar o frenar la actividad económica del país: la oferta monetaria (masa de dinero en circulación) y los tipos de interés (coste del dinero como tal). Variables que llevan entre sí una relación indirecta y que de su relación nacen dos tipos de políticas monetarias opuestas: la política monetaria expansiva, que consiste en aumentar la cantidad de dinero en el país para estimular la inversión y con ello, reducir el desempleo y conseguir crecimiento económico (su uso suele provocar inflación); y la política monetaria restrictiva, que trata de reducir la cantidad de dinero del país con el fin de reducir la inflación (cuando se aplican políticas restrictivas se corre el riesgo de ralentizar el crecimiento económico, aumentar el desempleo y reducir la inversión). Evidentemente, dependiendo de la situación económica en la que se encuentre el país (en expansión o en recesión económica) los bancos centrales aplicarán cada una de estas políticas monetarias.

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