Por qué las humanidades mejoran la imaginación

¿Por qué las humanidades mejoran la imaginación?

En primer lugar, debemos reconocer que estamos en una crisis de humanidades, donde cada día se pierden más las relaciones personales y los niños no quieren interactuar con su entorno, afectando el desarrollo de su imaginación y su personalidad, aparte de esto crea un ser poco emotivo y tolerante de la realidad.

Las humanidades mejoran la imaginación, puesto que cultivan una persona con un desarrollo crítico y humano profundo, en el que se ve reflejado el amor y comprensión por el otro, bien lo decía Nussbaum (2010) al definir imaginación narrativa como “capacidad de pensar como sería estar en el lugar de otra persona, de interpretar con inteligencia el relato de esa persona y de entender los sentimientos, los deseos y las expectativas que podría tener esa persona” (p.132).  Desde otra perspectiva la imaginación es a la humanidad, lo que la sal a las comidas, es el ingrediente que permite cambiar el sabor de las cosas. En otras palabras es la imaginación la que nos permite ver la vida de manera distinta, la encargada de expandir la mente del ser humano al punto de poder imaginar la vida del otro, situación que en mi criterio es la herramienta necesaria para poder comprender la esencia misma de la humanidad.

Conseguir que el niño mire al otro como un ser, mas no como cosa no es una tarea fácil dice Nussbaum:

Aprender a ver a otro ser humano no como una cosa sino como una persona completa, no es un logro automático: debe ser promovido por una educación que refine la capacidad de pensar acerca de lo que puede ser la vida interna de otro (Martha Nussbaum, 2015, párr.34)

Se debe fortalecer en el sistema educativo las artes y la literatura, dado que estas ayudan a desarrollar la imaginación y el pensamiento crítico, dejando que el niño explore e interactúe con sus demás compañeros, conociendo el entorno en el que vive, sus creencias, llegar a lo más interno de esta otra persona, valiéndose por sí mismo y dándole a conocer que el mundo no gira entorno a él, cultivando allí muchas capacidades que contribuirán al desarrollo humanístico de la persona y dando garantías a la democracia, una de las escuelas que más se asocia a esta idea es la de Tagore donde predominan las artes y su función es cultivar un propio mundo interior pero también una sensibilidad al mundo exterior.

En los niños que no se estimula la imaginación se puede notar que tienen un pensamiento narcista, mirando al otro como un instrumento para sacar provecho y conseguir sus beneficios, ejerciendo un poder sobre los demás, en el que desde un comienzo busca que los padres le hagan todo, básicamente los manipula. Esto puede influir en su pensamiento, formando y nutriendo un poder tirano, el cual afectaría directamente el ejercicio de la democracia, en el que la soberanía del pueblo pasaría a un estado de alarma.

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