¿Por qué hacer un currículo para la población desplazada?.

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¿Por qué hacer un currículo para la población desplazada?

El desplazamiento forzado en Colombia, ha llevado al país a la afrenta pública de ocupar el segundo lugar en la jerarquía internacional que ordena a los Estado según el número de víctimas de desplazamiento forzado. (Histórica, 2015) y está  intentando mejorar su historia;  aunque las  desmesuradas cifras aún marcan el dolor  y la  desolación de una población en estado de vulnerabilidad,  que necesita del apoyo de todos y la disposición   de llegar a lograr la tan anhelada paz que tanta falta hace, para volver a vivir, sin angustia, ni miedo y caminar sintiéndose libres.

Según (Histórica, 2015) Desafortunadamente para la memoria del país y en especial en relación con las “deudas pendientes de verdad y de memoria, con generaciones precedentes, incluida la generación de La Violencia16, que aún vive” (Sánchez, 2012) no es posible determinar con precisión la magnitud ni la evolución histórica del desplazamiento forzado durante la mayor parte del siglo XX;  pero,  para   comprender entonces, que Colombia llegó a convertirse en el segundo país a nivel mundial con la mayor cantidad de desplazados internos, es importante saber que  esto se debe, a que el desplazamiento pasó sin reconocimiento alguno, sin una definición jurídica, sin que fuese tipificado como delito, sin mecanismos ni formas institucionales de interpretarlo, entenderlo, atenderlo y repararlo. Sin embargo, a pesar de su desconocimiento en la historia institucional, el desplazamiento durante este periodo constituye un factor decisivo para entender la génesis y evolución del conflicto armado interno y las múltiples violencias en el país. Y no debe desconocerse que hay una cifra muy significativa que marca la  dura realidad, de un país atropellado por el flagelo de la violencia que  ha costado a miles de familias salir forzosamente de sus tierras; esto principalmente en la zona rural y no solo el desplazamiento; sino cuántas vidas  ha cobrado  y cuanto sufrimiento ha  causado este fenómeno, que acaba lentamente con un país.

 Emergidos por la necesidad de aportar a la construcción de una nueva  Colombia   las  instituciones educativas como epicentros y  solución inmediata de muchos niños y niñas que llegan de diferentes lugares del país,  víctimas del desplazamiento  forzado, por esta  guerra que día a día ha azotado al país, constituyendo una  verdadera crisis humanitaria y una grave violación de los derechos humanos, civiles y políticos; se siente con la necesidad de vincularse desde el sistema educativo, con la propuesta de  un currículo flexible,  que permita atender de manera prioritaria a estas poblaciones  en situación de desplazamiento, con  acciones pedagógicas especiales que faciliten en ellos, la adquisición  de los aprendizajes sin traumas académicos  y sin vulnerar  sus  derechos.

Además, según las políticas educativas de los planes sectoriales 2002-2006 y 2006-2010, (MEN, 2010), donde se establecen  acciones para la atención educativa de las poblaciones en un marco de equidad e inclusión, en particular para la atención a la población en condición de vulnerabilidad, el Plan Fronteras, trae como objetivo principal  mejorar los ambientes de aprendizaje, ampliar el acceso y fomentar la permanencia educativa en las zonas de frontera, mediante la ampliación y el mejoramiento de la infraestructura; como es de saber, que no solo es necesario la infraestructura, la institución educativa busca fortalecer el currículo desde lo pedagógico, con políticas académicas flexibles e inclusivas que favorezcan estas poblaciones;  teniendo en cuenta que la niñez , es la más afectada frente al  conflicto que se vive y su grado de  vulnerabilidad siempre va a aumentar hacia condiciones menos favorables.

Revisado los registros  de matrícula, se puede afirmar que aproximadamente  un 25%,  de la población estudiantil de  la institución,  está representada por   niños y niñas en situación de desplazamiento forzoso. Realidad que convoca a reconocer  la necesidad de adoptar un currículo que favorezca a estas poblaciones que de manera involuntaria se ven obligada a abandonar  sus lugares de origen y la niñez es la que está asumiendo de manera directa los traumas que causa en primer lugar el desplazamiento y en  segundo lugar,  tener que llegar a las instituciones  a adaptarse a los  cambios que esta les exige; lo que puede generar entonces bajos desempeños académicos e inestabilidad emocional, terminado en la deserción  escolar.

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