Problemas Sociales

Puerto Rico, en la pasada década, ha afrontado un alza de problemas sociales en general: economía, desempleo, criminalidad, violencia domestica, entre otros que afectan la convivencia de una comunidad en progreso impidiéndole que sea efectiva como sociedad. Estos problemas le exigen a la escuela, como institución social primordial de nuestra cultura, a contribuir como instrumento reparador de nuestra sociedad. Más allá, hay un problema que esta alarmando a nuestro país y es la criminalidad juvenil.

En las estadísticas más recientes hechas por “WHO:World report of violence and health”, en isla del encanto los asesinatos cometidos por jóvenes ascendió a 538 casos en un año en una población con un poco menos de 4 millones de habitantes, siendo el tercer país con la más alta incidencia de casos per cápita en el mundo. Las personas preguntan: ¿Qué tiene que ver la criminalidad con la educación?, muchos piensan que es culpa del gobierno y los medios de comunicación, que es el alza de desempleo o incluso desesperación económica. Estos sin duda sí afecta que se propague esta “plaga”. Sin embargo, es la pérdida los valores morales y leyes de vida en nuestra nación los verdaderos culpables de esta desgracia.

Japón es un país con una población de un poco mas de 127 millones de habitantes, solo hubo 127 asesinatos cometidos por jóvenes, siendo uno de los países con el más bajo per cápita del mundo; con uno de los mejores sistemas educativos. Comparado con Puerto Rico, la educación japonesa es impartida muy diferente a la nuestra que más bien viene siendo una copia de la estadounidense en crear individuos listos para el capitalismo y lo práctico; los japoneses además de alfabetizar al más del 99% de su sociedad, le imparten la importancia de sus valores. Según (R. Chao), las culturas orientales tienden a enseñar valores que propician el éxito educativo como la obediencia, la disciplina, el trabajo duro, la responsabilidad y el respeto. Además, los padres japoneses se integran en el proceso educativo y de crecimiento moral de sus niños transmitiendo una actitud sobre el valor del aprendizaje y el esfuerzo de prosperar. A diferencia de nuestro proceso educativo que es más individualista con poca o ninguna supervisión parental, alejando así la probabilidad de apoyo a una sociedad de crecimiento positivo.

Hostos nos afirma: “La ignorancia es casi un delito pues que presupone la infracción de las leyes morales y sociales.” Si analizamos bien, este proceso de aliviar la violencia juvenil en la isla lo que se necesita es una educación que se enfoque más en ayudar al estudiante a razonar y reflexionar sobre sus deberes de cómo ser un ciudadano democrático y como agente de una cultura de justicia y de bien. Al tener muy internalizados los valores de respeto, dignidad, solidaridad y justicia no hay porque tomar acciones que atenten contra el bien

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