Problematica social ¡Oiga, no empuje!, alteración y caos en el Sistema de Transporte Colectivo Metro
Enviado por panito8 • 22 de Febrero de 2016 • Documentos de Investigación • 4.433 Palabras (18 Páginas) • 274 Visitas
Universidad Nacional Autónoma De México
Escuela Nacional De Trabajo Social
¡Oiga, no empuje!, alteración y caos en el Sistema de Transporte Colectivo Metro
Problemática Urbana
Guadalupe Imelda Manzo Guerrero
Integrantes:
García Mendoza Ivonne
Lerma Suárez Brenda Guadalupe
Montesinos Gómez Karen Denisse
Reyes Flores Inés
Rivera Hernández Susana
Noviembre 2015
¡Oiga, no empuje!, alteración y caos en el Sistema de Transporte Colectivo Metro
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
¿Cuáles son los factores que inciden en la dinámica del Sistema de Transporte Colectivo Metro con respecto a la generación del estrés entre los usuarios?
JUSTIFICACIÓN
El estrés generalmente se puede explicar como una reacción psicofisiológica (mente-cuerpo) que despierta fatiga en los sistemas del organismo a tal grado que genera un mal funcionamiento y daños corporales. Un estresor es entendido como cualquier condición o evento que causa una respuesta de estrés, la cual está relacionada con cualquier tipo de componente de la vida, puede ser físico, emocional, intelectual, social, económico o espiritual. (Dorantes,2002)
La ansiedad y el estrés generados por situaciones de aglomeración en el metro, son fenómenos que se presentan cotidianamente en las personas que utilizan este medio, aunque algunas personas lo experimentan con más frecuencia, con más rigor o de forma más prolongada que otras. Cuando una persona ésta como pasajero del Sistema de Transporte Colectivo Metro, en una situación en la que dicho transporte se tarda mucho, donde hay demasiada gente, con instalaciones deterioradas o la dinámica de cierta población comerciante utilizando un artefacto irritante para la audición genera estrés, el cual tiene manifestaciones físicas y psicológicas que pueden dificultar y hasta anular las capacidades humanas, además de producir comportamientos y sentimientos de ira, frustración o preocupación durante la situación experimentada.
Cabe mencionar que “un tren puede transportar hasta 233 pasajeros, claro que en su mayoría parados, si bien nos va. Se ha hecho también el estudio que el Metro en teoría puede transportar 61,530 pasajeros por hora, sin embargo, en la práctica se calcula que transporta 83,808 pasajeros por hora” (Barrios).
Los trenes tienen que mantener una distancia entre uno y otro por cuestiones de seguridad, por lo cual la demora entre estos sería de aproximadamente de 3 minutos, sin contar las paradas por estación que oscilan entre 15 segundos y 20 en correspondencias.
Aunque se tiene una proyección del tiempo estimado de espera, la realidad en el contexto del transporte público es que los trenes demoran más, llegando incluso a retrasarse entre 5 minutos o más, provocando aglomeración en los andenes por la cantidad de usuarios que aguardan para abordar lo cual podría ser un posible factor de estrés ambiental.
Es por ello que abordaremos este tema, ya que es necesario conocer qué es lo provoca el estrés en nuestra sociedad, las causas y las consecuencias en las relaciones sociales o bien, de una circunstancia peligrosa que no es atendida inmediatamente.
La forma que se utilizará para recabar la información necesaria para la investigación será de manera empírica, es decir, observando y retratando la dinámica generada, en los horarios de mayor influencia, también llamados “horas pico” que van de 6:00 a.m a 9:00 a.m, y de 6:00 p.m a 9:00 p.m en las líneas del metro más transitadas. Con ello se pretende obtener aspectos relevantes que nos lleven a la interpretación sobre lo que la población percibe y vive en su cotidianeidad en este servicio que forma parte de la urbe en la que estamos inmersos día a día.
En cuanto a la investigación documental, se hará una revisión de libros, colecciones hemerográficas y documentos electrónicos, con la finalidad de conocer los antecedentes históricos del metro, y mantener presente el estrés ambiental que es en lo que se enfocará la investigación, además de notar la relevancia del transporte público en la vida cotidiana de los capitalinos.
ANTECEDENTES
Las necesidades de desplazamiento de personas y productos han contado a lo largo del desarrollo de la Ciudad de México con distintas alternativas tecnológicas del transporte. El crecimiento de la Ciudad, la complejidad de sus funciones económicas, políticas, administrativas, sociales y las transformaciones tecnológicas han provocado continuas modificaciones en las modalidades que cubren las necesidades de traslado.
El primer transporte colectivo en la ciudad era el tranvía a principios del siglo XXl, sus funciones radican en la zona centro de la ciudad, ya que eran utilizados primordialmente por obreros que laboraban en la incipiente industria. Adquiriendo así una de sus funciones básicas el transporte público: servir de traslado de la fuerza de trabajo entre su domicilio y su lugar de trabajo. Además los tranvías funcionaban para la transportación de artículos manufacturados y agropecuarios.
En la etapa del “milagro mexicano”, las iniciativas del Departamento del Distrito Federal con el Estado Mexicano y la demanda social de un transporte público eficiente y de calidad, se comenzó la planeación de un Sistema de Transporte público. En 1958, la empresa más grande de construcción, Ingenieros Civiles Asociados S.A. (ICA) realizó investigaciones sobre el transporte en la Ciudad de México el cual llegó a la conclusión que, la alternativa para el transporte masivo de pasajeros no podía ser por la vía superficial y por lo tanto se propuso la modalidad subterránea.
Se decidió que la construcción del Metro acompañaría a la solución del transporte en el primer cuadro de la ciudad de México, construyéndose en “anillo” tres líneas interconectadas al formar alrededor del centro un círculo y que incorporaba líneas de penetración a la periferia en seis direcciones. Fue así que se construyeron la Línea 1 y 2 con la modificación que tuvieran dirección oriente y sur, respectivamente para captar a la población en las periferias.
Así, la discusión técnica del Metro como opción para resolver los problemas de transporte, si bien se tornó central entre 1965-1967, llevó implícito el juego de intereses en la construcción y en la gestión urbana.
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