Psique En Canadá
Enviado por hechicera_003 • 7 de Enero de 2013 • 1.995 Palabras (8 Páginas) • 436 Visitas
Los canadienses provienen de muchos orígenes diferentes: culturales, raciales y religiosos. En verdad, su cultura ha recibido influencia de Francia, Islas Británicas y Estados Unidos, principalmente. En consecuencia, es difícil definir una típica familia canadiense o perfilar un individuo que represente cabalmente a su país. En términos generales, se les tipifica como generosos, pacíficos, compasivos, honestos y amistosos.
En los espacios laborales canadienses se encuentran personas procedentes de variados contextos culturales, diferentes por su edad, sexo, etnia, educación o idioma materno. Esto se explica porque Canadá es una nación predominantemente multicultural donde la gente proviene de variadas condiciones de vida y cultura y trabaja como equipo. Asimismo, para muchos la conducta pública canadiense resulta más conservadora que aquella a la que ellos están acostumbrados, mientras que otros grupos pudieran tildarla de más liberal que la suya. Así se comprende cómo innumerables visitantes califican a los canadienses como impersonales y secos; en tanto, otros los consideran muy amistosos.
También hay que resaltar que las normas sociales – regidas por el uso y no por la ley – regulan muchos tipos de comportamientos en Canadá y algunas tradiciones definitivamente se imponen. Pese a ello, la mayor parte de los canadienses comparten algunas características culturales, a saber:
Equilibrio entre la formalidad y la informalidad
En términos generales, los canadienses se saludan con sencillez: una sonrisa, una inclinación de cabeza, una breve frase. Cuando son presentados, suelen estrechar la mano. Asimismo, aunque no gesticulan mucho con las manos, no se censura un leve toque en el hombro o en el codo del interlocutor durante una conversación; aunque casi desaparecen los besos y abrazos cuando saludan a sus amigos. La excepción, sin embargo, se presenta en la provincia de Quebec, donde se conserva la tradición francesa de dar un ‘”doble beso”, uno en cada mejilla, a manera de saludo amistoso o familiar.
Valoran el contacto visual directo durante las conversaciones, pero evitan mirar directamente a los ojos a extraños, en los servicios de transporte público o en presencia de grandes grupos de personas. Se comportan, en general, con absoluta informalidad en el hogar, hasta el punto de que algunas familias no se detienen en saludos y cumplidos y no se emocionan abiertamente cuando alguien llega a sus casas o sale de ellas.
Con frecuencia, en la oficina son bastante informales y la mayoría de los empleados se llaman unos a otros por sus primeros nombres, a pesar de que las relaciones con los supervisores, con quienes hay que mostrar un alto nivel de profesionalismo, son más formales. También diferencian muy bien los asuntos personales y familiares de los propios del trabajo o del negocio y el entorno donde se tratan unos y otros.
La puntualidad es un factor clave de la vida canadiense. Siempre se debe llegar a tiempo a la escuela, al trabajo y a cualquier reunión, a pesar del mal clima o de los problemas de tránsito. Los impuntuales se arriesgan a ser despedidos de sus empleos o suspendidos de las escuelas. En efecto, la puntualidad causa una magnífica impresión. Como norma tácita, los canadienses aguardan como máximo de 10 ó 15 minutos por alguien con quien concertaron una cita. Cuando se recibe una invitación a casa de amigos, para una velada familiar, un concierto o reunión fuera del trabajo, los anfitriones esperan que sus invitados lleguen, como muy tarde, dentro de la media hora que sigue a la pautada.
Aunque no es obligatorio, muchos empleadores prefieren que sus empleados mantengan hábitos saludables (no fumar y practicar deportes o alguna forma de ejercicio, por ejemplo) y ofrezcan una apariencia profesional aseada y arreglada, con un vestuario formal, acorde con el lugar de trabajo. Sin embargo, se exhorta a los empleados a no usar perfumes ni fragancias fuertes que puedan perturbar a sus colegas.
Igualdad, apertura y tolerancia
Canadá disfruta de una sociedad abierta y relativamente libre de distinciones de clases. Sus nacionales, en general, testimonian y practican la creencia de que todos los pueblos tienen los mismos derechos y merecen respeto, sin importar su sexo, raza, religión o cultura. Por eso resienten los comentarios que demuestran menosprecio por alguien tan solo por un rasgo particular.
Por ser una sociedad multicultural que ha fomentado durante siglos la inmigración, los canadienses se caracterizan por su apertura y tolerancia. De hecho, especialmente en las ciudades más grandes, los asuntos de género son, probablemente, más tolerados, por ejemplo: el respeto a los derechos de las parejas del mismo sexo o la celebración con ellas del Día del Orgullo Homosexual (Pride Day), el primer fin de semana del mes de julio.
En la vida familiar, debido a que el padre y la madre trabajan fuera de la casa, ambos se consideran iguales y comparten las tareas de comprar, cocinar, limpiar la casa y cuidar a los niños. Los canadienses también estimulan a mujeres y hombres a incursionar en profesiones y oficios no tradicionales.
Un número elevado de estos nacionales se declaran católicos o protestantes, mas conviven con otros grupos religiosos con el mayor respeto.
Hay un alto grado de cortesía en los lugares de trabajo y a nadie se le hace sentir inferior por el tipo de labor que hace o por la paga más baja que recibe. A lo anterior se agrega que un individuo miembro de una minoría étnica recibirá los mismos servicios de las oficinas públicas, bancos, hospitales e instituciones educacionales, tal como los descendientes europeos, y existen vías para denunciar el abuso o discriminación, si esto llegara a ocurrir.
En lo referente a la autoridad ejercida por una persona, hay que entender que la gente no tiene esa potestad solo por su nombre, estatus, clase social o sexo, sino que se relaciona con su posición y responsabilidad. En este sentido, las mujeres ocupan las mismas posiciones que los hombres y ejercen la misma clase de autoridad. De allí que el soborno y otras formas de corrupción son ilegales y ofenden a la mayoría de los canadienses, quienes demandan siempre honestidad e imparcialidad de sus funcionarios públicos.
Respeto, protección y conservación del ambiente y de la salud en general
Los canadienses respetan el medio ambiente natural y exigen que todos eviten dejar basura
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