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¿QUÉ ES LO BÁSICO EN LA EDUCACIÓN?


Enviado por   •  16 de Junio de 2017  •  Resumen  •  3.141 Palabras (13 Páginas)  •  228 Visitas

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EISNER, Elliot W. (1987): Procesos cognitivos y  curriculum. Una base para decidir lo que hay que enseñar. Barcelona, Ed. Martínez Roca. Capítulo 1. ¿Qué es lo básico en educación?

¿QUÉ ES LO BÁSICO EN LA EDUCACIÓN?

EISNER. ELLIOT

Si hemos de dar crédito a la prensa, la educación norteamericana se encuentra en un estado de declive importante; y no sólo los periodistas se refieren a esta situación, sino que también en revistas, libros y programas de televisión se lamenta la merma de la calidad educativa.

Tanto si la información procede de revistas polémicas como de publicaciones más ponderadas, la realidad que reflejan es en gran medida la misma. Las puntuaciones de los test han descendido desde 1963 e indican el declive de las escuelas norteamericanas.

Las facultades universitarias también expresaron su preocupación por el declive de los progresos. Los profesores universitarios parecían estar prácticamente de acuerdo en que los estudiantes no leían tan bien como antes y que su habilidad para escribir un párrafo era limitada.

Para afrontar el problema, en los colleges y universidades de todo el país se implantaron programas correctores, a fin de enseñar lo que los miembros de la facultad creían que se debería haber aprendido en las escuelas elementales y media.

Por una u otra razón, la capacidad de los alumnos para leer, escribir y calcular no era tan bueno como lo fue en el pasado, y no tanto como debería ser. La solución pareció muy sencilla: mediante el “retorno a lo básico” en los niveles de escolarización elemental y secundario, podría ponerse remedio a una situación que, en primer lugar, nunca había sido tan buena, y que había empeorado en los años recientes.

El «retorno a lo básico», obtuvo el apoyo popular. ¿Quién podía oponerse a que se hiciera hincapié en lo que es básico? Y un período en el que el modernismo, los años veinte y la nostalgia romántica de los Estados Unidos de preguerra experimentaba un renacimiento; parecía preferible ir hacia atrás en vez de avanzar hacia adelante. El pasado casi siempre tiene un halo rosado.

En cuanto a “lo básico” en educación era la capacidad de leer, escribir y calcular, y prácticamente todo el mundo, creía que estas habilidades habían sido descuidadas, si no abandonadas por completo, durante las décadas de 1960 y 1970; ese período seductor en el que la innovación educativa, las nuevas matemáticas, el Título III de la Ley de Enseñanza Elemental y Media y la creencia en que los alumnos deberían participar en la decisión de lo que habían de estudiar eran temas comentados con frecuencia. Después de todo, la evidencia de la «innovación» educativa estaba físicamente presente: escuelas arquitectónicamente abiertas, ordenadores en el aula y amplias variedades de instrumental para la enseñanza de materias exóticas. También los aspectos no físicos de la política educativa parecían contribuir de una manera significativa al declive de la enseñanza; horarios flexibles, escuelas sin calificaciones, promoción social, enseñanza en equipo y agrupamiento de alumnos de distintas edades.

Para muchos consternados directores y maestros de escuelas elementales, no hay manera de regresar a lo básico porque no saben cómo volver a lo que ellos; en primer lugar,  nunca han abandonado.

DENTRO DEL CLIMA CULTURAL

El conjunto de las escuelas públicas, como el Congreso de Estados Unidos en su conjunto,  no están acostumbrados a las críticas elogiosas.  No obstante, la crítica que se ha dirigido contra las escuelas forma parte de un clima más general en Estados Unidos. Las opiniones que tiene el público sobre la calidad de la enseñanza no están aisladas de otras tendencias culturales. Pensemos por ejemplo en la pena capital, en las actitudes hacia los homosexuales en el campo de la enseñanza, la afiliación a las sectas religiosas fundamentalistas.

«Retornar a Io básico»  en educación puede ser una manifestación más de este deseo de volver a un mundo más sano, menos complejo y más familiar.

La existencia de este clima en la cultura en general encuentra apoyo en otros dos fenómenos que exacerban la tendencia presente: uno es el descenso de la población edad escolar; y el otro el aumento de las promesas de la técnica.

En cuanto al primer fenómeno, desde 1972, el declive de la población estudiantil ha ido a la par de una reducción de la cantidad de dinero disponible para las escuelas. Cuando se reducen los fondos, es preciso establecer prioridades, pues ya no se puede seguir ofreciendo lo mismo que antes.

Para reducir costos, hay que ahorrar a partir de los salarios.

El segundo fenómeno es la promesa de la técnica, y aquí me refiero a la técnica pedagógica. Desde principios de los años sesenta, los -expertos norteamericanos en educación, se han interesado especialmente en poner los medios para controlar y medir la conducta del alumno.

Naturalmente, es útil utilizar metáforas básicas para el análisis de la enseñanza y la educación en general. Nuevas metáforas, proporcionan nuevas perspectivas sobre viejos problemas. Pero las metáforas tienen también un coste, y ese coste reside en su manera de conformar nuestra concepción de los problemas que estudiamos. Puesto que las metáforas no llevan sus valores en la manga, con frecuencia aceptamos sin darnos cuenta los valores y suposiciones que conllevan, cuando las utilizamos para estudiar o explicar la práctica educativa.

Quizá uno de los ejemplos clásicos del interés por la técnica se expresó en el deseo de producir materiales de curriculum «a prueba de profesores». El obstáculo, a juicio de algunos preparadores del curriculum,  era el maestro: éste chirriaba en el sistema y no era posible fiarse realmente de su comportamiento. Pero si pudieran diseñarse los materiales de tal manera que se pudiera soslayar o superar ésa desconfianza en el maestro, estaría asegurada por completo la dirección del comportamiento del alumno y, por ende, su progreso.

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