¿QUÉ CENSURARÍAS? GEMA VERDUZCO

¿QUÉ CENSURARÍAS?

GEMA VERDUZCO                                                                          ABRIL DE 2016

Si tuviera la libertad para hacerlo, yo censuraría todo contenido musical que incite actos de violencia hacia cualquier género.

Se sabe que existen distintas formas de censurar el contenido musical y entre los motivos más populares para hacerlo destacan: la censura por “palabras obscenas”, por incitación a consumir drogas y por las temidas críticas sociales contenidas.

En México quien se encarga de la supervisión de contenidos exhibidos en radio, televisión y cine es la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía, mejor conocida por su sigla RTC. Éste órgano les asigna una clasificación, transmisión, comercialización, distribución y exhibición a los contenidos correspondientes para cada medio. Por lo tanto, entre sus facultades se le atribuye regular algunos aspectos ya mencionados, pero en la música que se transmite en estos medios. De acuerdo a lo establecido en el apartado de “Clasificación de Material Grabado”:  

Los medios de comunicación, en particular la televisión, al ser espacios responsables de información, entretenimiento, cultura y convivencia, tienen un papel determinante en la sociedad y coadyuvan al proceso formativo de la infancia, evitando influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud (Rios-García, 2013).

Es comprensible entonces que para radio y televisión, se regula el contenido musical, pero no se censura del todo. Pues únicamente se divide para distintos tipos de públicos en “A” siendo apto para todo público, “B” para adolescentes de 12 años de las 20:00 a las 05:00 horas, “B-15” para mayores de 15 de las 21:00 a las 05:00 horas, “C” para mayores de 18 años de las 22:00 a las 05:00 horas y “D” para mayores de 18 años de las 00:00 a las 05:00 horas.

Aun teniendo horarios específicos para la transmisión de contenidos, considero que no es ciento por ciento seguro que este tipo de contenido no vaya a llegar a los niños. Porque gracias a la Internet, los infantes se encuentran aún más expuestos ya que no existe un tipo de filtro confiable, pues es en las plataformas como YouTube o Facebook la libre expresión es más fuerte y predominante.

A lo que quiero llegar es que los niños son como una esponja que lo absorbe todo y además carecen de la capacidad del criterio así que no saben diferenciar entre lo correcto e incorrecto.

En los 60’s el psicólogo Albert Bandura realizó un experimento sobre la agresividad, en el cual se les trasmitía una película de una mujer golpeando a una muñeca de plástico, después se colocó a los niños que habían visto la película en un cuarto con la misma muñeca y empezaron, no solo a golpearla, si no a idear nuevas formas de agredirla, en tanto que los niños que también fueron sometidos a este experimento, pero que no habían visto la película, no presentaron ninguna conducta agresiva.

Según Long en 2012 para la página bebesymas.com y partiendo como ejemplo del experimento mencionado anteriormente, tenemos como resultado el que los niños aprenden la violencia por imitación y también hace una invitación a no exponer a nuestros niños a aprender la violencia por ningún medio.

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