RELACIONES INTERNACIONALES Y DIPLOMÁTICAS
Enviado por ginger00mx • 27 de Noviembre de 2013 • 1.287 Palabras (6 Páginas) • 323 Visitas
Relaciones Internacionales y Relaciones Diplomáticas.
En general, la tradición sitúa el comienzo de las Relaciones Internacionales en los tratados de Westfalia de 1648, momento en el que surge el Estado Moderno. Anteriormente, la organización política de la Europa Medieval reposaba bajo un vago orden religioso jerarquizado. Los tratados de Westfalia son instituidos bajo el concepto legal de soberanía, es decir, las legislaciones nacionales son la última autoridad en el interior del territorio nacional, donde no existe igual entre los conciudadanos y no superiores en el exterior. Si en las antiguas Grecia o Roma la autoridad de las ciudades estaban en torno a ellas, sólo hasta el sistema de Westfalia se desarrolla la noción de soberanía nacional.
Gradualmente se fueron elaborando más y más reglas que llevarían a que fuera posible poner fin a la Guerra de 30 años en 1648; que regularizan la libertad religiosa; así como la igualdad jurídica de los Estados que da nacimiento a Holanda y a Suiza, y a 300 Estados germánicos; también hace posible el entendimiento entre el catolicismo y el protestantismo; en suma, surge el Estado moderno. Nace el equilibrio europeo, pero al mismo tiempo "los Estados europeos hubieron de reconocer la existencia de intereses comunes a todos ellos".
Todo esto permite orden en las relaciones de los estados soberanos, apoyado en buena medida en el equilibrio europeo. Se clarifica la idea de neutralidad y se acentúa de manera definitiva la diferencia entre combatientes y población civil, pero aumenta el número de guerras, ya que cada Estado puede decidir cuándo hacerlas si así le conviene. Con esto, nace en la mayor parte de Europa el sistema de la diplomacia permanente que trae aparejada la creación de quienes deben llevar a cabo esta diplomacia, precursores de los ministerios de asuntos exteriores y como se dijo, de las misiones diplomáticas permanentes. Sin embargo, no será hasta el Congreso de Viena en que las jerarquías queden establecidas. Por supuesto, los diplomáticos no tienen el grado de profesionalismo que adquieren después, y por lo tanto, su actividad es igualmente vaga.
Las guerras de religión amargaron las relaciones entre los Estados católicos y protestantes. De hecho, por 100 años, la verdadera diplomacia estuvo paralizada. Los embajadores reportaban que era imposible apreciar algo porque nadie quería hablar con ellos. El cristianismo parecía estarse desmoronando y el intercambio civilizado esencial a la buena diplomacia sufrió un quebranto temporal.
El equilibrio de poder, derivado de la Paz de Westfalia, si no desembocó en nada parecido a la armonía entre las naciones, por lo menos duró 150 años aproximadamente hasta la Revolución francesa. Posteriormente, el Congreso de Viena pretendió dar estabilidad basada en el balance del poder y el lograr contener la agresividad francesa; irónicamente, a Rusia se le excluyó por no considerarla de suficiente importancia, pero sí en cambio a los 300 Estados alemanes que se crearon en Westfalia. Estos Estados prenapoleónicos se agruparon después en unos 30, unidos en una nueva entidad llamada "Confederación Alemana", cada uno con la ilusión de llevar su propia diplomacia, lo que no facilitaba un verdadero sistema internacional. Si la doctrina de la "razón de Estado" de Richelieu, fue el faro que guió la diplomacia de la época, "con toda probabilidad impidió la unificación alemana por aproximadamente dos centurias". "Los tratados de Alianza, derivados contra Francia, hicieron que los Estados europeos se organizaran, al menos en parte, por el miedo a un enemigo común, pero con la base de conferencias periódicas, Castlereagh había introducido algo enteramente nuevo en las relaciones diplomáticas entre los grandes poderes: la idea de un gobierno europeo".
1.2 Órganos Centrales y Órganos Externos
Para el ejercicio y cumplimiento de sus obligaciones, los sujetos de Derecho Internacional necesitan representantes, los cuales son regulados de conformidad con el Derecho Internacional y el Derecho Interno. La doctrina reconoce que en la práctica de los Estados hay cierta independencia, respecto del Derecho Internacional, en lo relativo a la determinación de quienes son los órganos de representación del Estado, así como de su competencia.
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