Reflexiones sobre Literatura y Cibernética
Enviado por D.A.P.Z. • 20 de Abril de 2017 • Trabajo • 1.101 Palabras (5 Páginas) • 287 Visitas
Reflexiones sobre Literatura y Cibernética
La literatura contemporánea reivindica el derecho a no seguir una tradición determinada sino a explorar libremente cualquier territorio creativo, constituyendo una ciudadanía estética cosmopolita. A esto se suma la innovación tecnológica, que genera nuevas posibilidades de expresión, especialmente en la cibernética. En tiempos de globalización e nuevas tecnologías de la información, la literatura reclama y se toma la libertad de tránsito en la aldea global, sin restricciones localistas ni culturales en cuanto al contenido, ni formales, técnicas ni tampoco tecnológicas. En este último caso, este derecho a la libertad creativa va más allá de lo meramente literario, tal como esta categoría se ha entendido hasta nuestros tiempos. Es el caso de la literatura digital o ciberliteratura, que explora otros lenguajes más allá del escrito o incluso el oral. Para mencionar un caso, en Word Toys, de Belén Gache, más que una literatura fundamentada en el texto, en el sentido convencional del término, tenemos una obra de arte multimedia, que se sirve del texto, de las imágenes y los sonidos para generar un efecto estético particular. Por supuesto, nos referimos al texto como interfaz no aquel que subyace a todo software, de acuerdo al planteamiento de Umberto Roncoroni. El arte digital y sus aspectos literarios constituyen todavía un área en naciente exploración, pero que nos muestran que esa vocación por la libertad creativa va más allá que los propios géneros, potenciados por la tecnología. Por tanto, podríamos afirmar que la literatura contemporánea va más allá que lo literario–al menos como se entiende hoy–, a converger con otras formas de expresión.
Sin embargo, Roncoroni señala que esta libertad no es tal, puesto que el software, herramienta para la producción de estas nuevas manifestaciones artísticas, implica unas posibilidades limitadas por el propio autor del mismo. Podríamos decir, sin embargo, que toda tecnología ha estado condicionada por sus propias limitaciones de expresión. No podría ser de otro modo. La tecnología de la pintura al a óleo, por ejemplo, no permite que el artista produzca una imagen que hable. No obstante, ante las tecnologías de la información existe un entusiasmo y optimismo tales, que parecen constituir la promesa segura de la apertura de nuevos caminos estéticos. Lo cierto, advierte Roncoroni, es que estos nuevos caminos ya están cerrados. Más aún, esta facultad de quienes controlan las nuevas tecnologías constituye un nuevo medio de colonización y de control político donde se encumbra “el logocentrismo y la tradición estética de Occidente, que, justo por medio de la tecnología, se apodera de las culturas más débiles”. (Roncoroni: 2009, p. 148).
Si las posibilidades expresivas del arte digital están limitadas por las agendas de poder de las nuevas tecnologías, como propone Roncoroni, la discusión sobre la estética puede perderse como un debate anacrónico. No obstante, el intelectual advierte la posibilidad de una hueva energía, emergida de los movimientos culturales, científicos y sociales, que impulsen un cambio de paradigma artístico y tecnológico, que supere la situación actual en que “todo es arte y nada lo es”, propio de la posmodernidad y la caída de los metarelatos. Este cambio de paradigma debería constituir una estética propia como resultado de los nuevos impulsos de la cultura, la ciencia y la sociedad, aliados con las nuevas tecnologías, por encima de la agenda de poder actual. Para esto, Roncoroni evidencia la complejidad de estas nuevas tecnologías, así como la necesidad de liberarlas de la lógica neocolonial que las moviliza.
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