Reformas educativas en México
Enviado por dgao_2030 • 7 de Febrero de 2025 • Ensayo • 3.736 Palabras (15 Páginas) • 47 Visitas
Introducción
Hablar de las reformas educativas es retroceder a la historia política, social y cultural de nuestro país. Desde la Revolución Mexicana hasta las más recientes reformas de este siglo XXI, cada transformación al marco legal al artículo 3° de la Constitución, nos habla acerca de los ideales de cada época y de las constantes luchas por querer desarrollar una sociedad más justa para todos los mexicanos.
Como ciudadana y docente de este proceso, es de mi interés comprender cada una de estas transformaciones en la educación, que han intentado responder a las necesidades de una nación tan diversa como México. Y también, poder resolver las dudas que en mi están sobre si realmente se han logrado cerrar esas brechas con la desigualdad social o si han prvilegiado intereses políticos.
En este texto, quiero profundizar desde una perspectiva personal, cómo las reformas plasmadas en la Constitución Mexicana de los Estados Unidos Mexicanos nos hacen reflexionar sobre el rol de la educación en la construcción social, política, económica y pedagógica del país que aspiramos ser.
Al empezar a leer el trabajo de María Teresa Hernández, me adentré a un análisis donde dice que la educación es un proceso donde el ser humano es educable y es inherente a la naturaleza humana, es decir, la educación ha sido desde hace mucho tiempo un motor para el desarrollo social y cultural del país mexicano. A través de la autora, entiendo que la educación promueve el crecimiento personal con el desarrollo socio-cultural, ya que la cultura tiene como trasfondo un proceso educativo; al educarse, el ser humano progresa hasta apropiarse de la cultura, por lo que cada individuo es el resultado de una educación sistematizada socialmente.[1]
Como resultado de lo anterior, me hace reflexionar acerca de cómo a lo largo de la historia de la educación en México, los ideales educativos han sido transformados e impulsados y cuestionados desde diferentes aristas: históricas, pedagógicas y políticas. Al identificar esos aristas, la autora introduce el currículo como 4° elemento que sirve como intermediario para vincular los aspectos históricos, pedagógicos y político, además de que lo considera como un recurso indispensable a través del cual se ha facultado el ejercicio de la actividad político-educativa en nuestro país.
Hernández posiciona al artículo 3° constitucional como el eje articulador de los cambios educativos en el país, con ideas de la guerra revolucionaria. Este artículo además de establecer los principios de laicidad, obligatoriedad y gratuidad, también representa un proyecto de nación. Me pareció interesante como es que la autora expone que la educación es el resultado de las tensiones entre las condiciones legales, las dinámicas políticas y las prácticas pedagógicas.
Un aspecto que logró captar mi atención fue como la autora relacionó lo político con lo pedagógico y lo fundamental que es esta relación para entender la educación en México. La pedagogía se refiere a la teoría y práctica de la educación, mientras que la política educativa se refiere a las decisiones y acciones que se toman para implementar la educación.
Me impresiona como los elementos (históricos, pedagógicos, políticos y el currículo) proponen una perspectiva amplia de la educación y la influencia en las reformas educativas desde una visión histórica y conceptual. La autora hace mención que la educación es un proceso que busca perfeccionar al ser humano dentro de su contexto social y cultural y que encuentra su origen en la comunidad. Me atrajo el siguiente texto, hecho por el autor Larroyo, que describe lo anterior escrito: El hombre se hace hombre en la comunidad, en donde éste se desarrolla e impulsa a los que les rodean a través de la especialización de actividades. El ansia por conocer, descubrir, expresar y crear que el ser humano manifiesta a lo largo de la historia, es algo común a todos los pueblos; pareciera, que dichas inclinaciones nacen de una conciencia común y se les llama “productos culturales”; así pues “todo lo que es obra del hombre tiene el sello peculiar de su espíritu, se convierte en cultura.[2]
Y por supuesto, estoy de acuerdo en que las capacidades y potencialidades nacen con base en la interacción con la cultura que heredamos y transformamos.
René Hubert complementa esta visión, plantea que es el conjunto de los hábitos intelectuales o manuales que se adquieren, además del conjunto de las cualidades morales que se desarrollan[3], y en su Tratado de Pedagogía General concluye que las definiciones de educación tienen en común su vínculo con la naturaleza humana que opera como interacción con el medio natural y cultural. En el ámbito educativo mexicano, esto busca transmitir conocimiento y la formación integral de los ciudadanos.
El texto invita a considerar el rol de la pedagogía como una ciencia en la educación y según la autora, además de normar la educación, también la eleva científicamente, combinando aspectos culturales, psicológicos y sociológicos. Al respecto, el autor Luzuriaga señala que a lo largo de la historia de la pedagogía ésta se ha visto desde dos posturas principales: descriptiva y normativa. La primera, enfoca sus esfuerzos en la realidad actual educativa y la segunda determina no lo que la educación es, sino lo que debe ser.[4]
Hasta ahora, he entendido la relación entre la educación y la pedagogía, y dicha relación se da en un determinado contexto y bajo condiciones sociopolíticas, por lo cual es necesario definir a la política para entender la influencia de esta en la educación. El autor antes citado, Larroyo, distingue tres variables del concepto: primero, la política es la epistemología de la esencia y deberes del Estado y de las acciones ejercidas por los que pertenecen al mismo –política como ciencia; la política como una lucha dentro del ámbito del Estado por la conservación o adquisición del poder –política como lucha; la política como la acción que ejerce un ciudadano dentro de un partido político –política de partido.[5]
Mientras que para Millán-Puelles, el Estado es quien debe proveer los recursos necesarios para el aprendizaje, que favorezca la vida contemplativa, dejando que el ser humano se desarrolle de manera autónoma y natural.[6] Así entonces el fin de la actividad política es la búsqueda de la verdad. De esta forma el Estado, a través de los gobernantes, se torna agente educativo y formativo en la vida de las personas como generador de lo educativo y como agente que se encargan de su realización.
Con el marco anterior, puedo establecer que la política y la pedagogía son pilares fundamentales del desarrollo humano y social. Incluso tengo claro que tengo un rol que llevar a cabo, el de aprender y cuestionar al bien común desde mi propio desarrollo.
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