ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Relaciones Estados Unidos-china


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2012  •  2.768 Palabras (12 Páginas)  •  909 Visitas

Página 1 de 12

LAS RELACIONES ESTADOS UNIDOS – CHINA

Eje del nuevo orden económico mundial

Diego Iturburu

Un nuevo orden económico global está emergiendo, y si bien todavía no sabemos como será, se percibe que estará dominado por el eje Estados Unidos − China. Cada uno necesita del otro y el mundo necesita de ellos.

Todos sabemos que el mundo está constantemente cambiando. En algunos períodos, los cambios no son tan visibles. En otros, como el momento actual, las circunstancias aceleran los procesos de cambio, y se hacen evidentes.

La grave crisis actual comenzó en Estados Unidos, haciendo sentir al mundo entero sus efectos. Algunos países fueron fuertemente golpeados, mientras que otros sintieron los efectos en forma más leve. Dentro de estos países, el más destacado es China, y su fortaleza se está destacando mientras el mundo desarrollado busca escapar a su peor recesión desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Luego del colapso de la Unión Soviética y el consecuente desvanecimiento del mundo bipolar, sumado al estancamiento de Japón en la década de los ´90 y la falta de consolidación de la Unión Europea, dejaron a Estados Unidos como único eje de poder económico. Su supremacía era absoluta, pero con la actual crisis global los cimientos de la economía mundial se están reviendo por la vía de los hechos. Las fuentes de crecimiento y las bases de poder mundial parecen estar cambiando, y con ello, un nuevo orden económico global estaría en proceso de emerger. Si bien todavía no sabemos cómo éste será, hay algo que ya sabemos: estará dominado por el eje Estados Unidos – China.

ESTADOS UNIDOS

Por más que esté sufriendo la peor crisis económico-financiera desde la década del ´30, Estados Unidos es por lejos la principal potencia mundial, y así seguirá por un buen tiempo. Su economía es 3 veces la economía japonesa, segunda potencia mundial, representando nada menos que el 23.6% del PBI mundial (en 2008). De ahí que una crisis en su economía repercuta en el mundo entero. A su interior, puede observarse que el consumo de los americanos explica el 70% de su P.B.I., el cual ha sido el gran motor que ha tenido el mundo en los últimos tiempos.

En la presente década, el consumo americano alcanzó niveles extraordinariamente altos, posibilitado fundamentalmente por los altos niveles de endeudamiento y la fuerte entrada de capitales extranjeros. Cuando estos excesos alcanzaron límites insostenibles, todo se desmoronó. La crisis originada en el sector financiero arrastró a la economía real a una profunda recesión, obligando al gobierno americano al rescate más costoso de su historia.

El consumo privado, el motor de la economía americana, es el sector más afectado de la economía real, debido a las pérdidas de empleo y la brutal disminución del patrimonio de los americanos, frenando bruscamente la economía. El desempleo se duplicó (trepó al 9.5%) y se espera que las pérdidas de empleo continúen hasta fines del próximo año, cuando el desempleo esté por encima del 10%. Con un escenario de este tipo, no están dadas las condiciones para que se recupere rápidamente el consumo, como sucedió en otras recesiones, sino que por el contrario está llevando a los americanos a conductas más prudentes en materia de gasto, aumentando sus niveles de ahorro. Justamente, esta conducta de los agentes privados es la que va a demorar la recuperación de su economía. Este cambio va a causar un gran impacto en su cultura, ya que el “consumo” es algo arraigado a la idiosincrasia americana.

CHINA

En los últimos años, el ascenso de China ha sido uno de los aspectos más sobresalientes del panorama económico mundial. Su apertura al comercio internacional y los movimientos de capitales en las últimas tres décadas, la condujeron a un sostenido crecimiento económico, envidiado por cualquier país desarrollado.

Luego de la muerte de Mao Zedong en 1976, el nuevo líder Deng Xiaoping inició en 1978 reformas orientadas al libre mercado, incluyendo la creación de zonas económicas especiales. La constitución China define el sistema económico como “Socialismo de Mercado”.

Estas reformas resultaron en un "boom" económico sin precedentes, donde el crecimiento anual promedió 9.9% entre 1978 y 2008. Los sorprendentes logros también se observaron en lo social.

Según estimaciones de las Naciones Unidas, más de 300 millones de personas salieron de la pobreza, aproximadamente un cuarto de la población total, pasando a formar la clase media.

El gran impacto de China en la economía mundial se hizo evidente en la presente década, cuando su estrategia industrializadora basada en inversión extranjera y exportaciones se tornó más agresiva. Los resultados están a la vista. Entre los años 2000 y 2007, las exportaciones de productos chinos se multiplicaron por 5, alcanzando el 11.2% de las exportaciones mundiales (incluyendo Hong Kong). Hoy China es una de las naciones con mayor comercio internacional y flujo de capitales, además de haber superado este año a Estados Unidos como el principal país productor de bienes industrializados. De ahí su apodo de “la fábrica del mundo”.

El sector privado ha sido clave en todo este proceso. Las compañías privadas producen el 70% del PBI de China, cuando en 1990 producían tan sólo el 17%.

Pese a encontrarse en una incipiente etapa de desarrollo, este espectacular crecimiento económico transformó a China en una potencia económica mundial, sacando millones de personas de la pobreza y mejorando las condiciones de vida de una parte de su sociedad.

EL “DESACOPLE”

Desde el comienzo de la actual crisis, uno de los temas que rápidamente se puso en discusión fue la posibilidad de que algunas de las principales economías emergentes pudieran sortear el brutal impacto de la recesión en los países desarrollados, es decir, que sus economías lograran “desacoplarse”.

En el caso de China, este desacople ha sido parcial. La economía china está basada en sus exportaciones, fundamentalmente hacia Estados Unidos y Europa. Debido a la disminución de la demanda de los productos chinos, en el año cerrado a junio las exportaciones cayeron 21.4%.

El consumo interno no ha podido contrarrestar el colapso de las exportaciones chinas, lo que obligó al gobierno chino a incentivar la demanda interna a través de un programa de estímulo fiscal de 4.000 billones de yuanes (585 billones de dólares) y una expansión histórica del crédito bancario (motivado por la eliminación de muchas restricciones al crédito). Los datos más recientes muestran que el plan ha sido sumamente exitoso, ya que alcanzó las metas que se propuso. En el último año (cerrado a junio), la inversión fija aumentó

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (17 Kb)
Leer 11 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com