Relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela
Enviado por SaraGomez999 • 8 de Abril de 2021 • Reseña • 2.763 Palabras (12 Páginas) • 83 Visitas
Relaciones diplomáticas y políticas entre Colombia y Venezuela durante el mandato de Iván Duque vistas desde el Neorrealismo
Iván Duque desde su etapa como senador fue uno de los promotores de la denuncia en contra de Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional por delitos de lesa humanidad. Esta situación es una clara muestra de la posición opositora que ha mantenido Duque ante Maduro desde antes de llegar a la presidencia de Colombia, postura que se ha mantenido ya en su gobierno. Por esta razón, las relaciones entre ambos países durante los últimos años se han visto envueltas en distintas polémicas que llevan a cuestionar su estabilidad.
De esta manera, en el presente ensayo se pretende analizar las relaciones diplomáticas y políticas entre Colombia y Venezuela durante el mandato de Iván Duque desde la mirada del Neorrealismo, tanto desde el de carácter ofensivo como defensivo. Cabe aclarar que este se define como la teoría hegemónica de las Relaciones Internacionales cuyo análisis se enfoca en el estudio de la estructura del sistema anárquico, la manera en que este afecta las capacidades de los estados en él y las relaciones entre sí (Hernandez, 2008).
En primer lugar se tratarán los elementos que se consideran pertinentes respecto al neorrealismo ofensivo, el cual está caracterizado por la búsqueda de poder.
En este sentido, se procederá a realizar un análisis de los postulados de Mearsheimer, uno de los mayores representantes de este carácter y su posible asociación con elementos de la coyuntura actual entre Colombia y Venezuela. Mearsheimer (2001) construye su teoría sobre cinco supuestos: el primero, confirma el carácter anárquico del sistema, donde no existe un gobierno que decida sobre los límites garantizados y cómo deben comportarse los Estados.
En el segundo supuesto, los estados poseen alguna capacidad ofensiva, por lo tanto, son potencialmente peligrosos, estos poseen inminente poder militar, capaz de lastimar y destruirse entre sí (Mearsheimer, 2001). El tercero, afirma que las intenciones son inciertas, estas pueden ser benignas o malignas y pueden cambiar rápidamente (Mearsheimer, 2001).
El cuarto supuesto corresponde a la supervivencia, siendo este el objetivo principal de las grandes potencias, aquí los estados buscan mantener su territorio y un orden político interno autónomo. Y en el quinto se dice que los estados poseen raciocinio, es decir, piensan estratégicamente y eligen la opción que maximice su supervivencia. (Mearsheimer, 2001).
Estos supuestos se pueden ver ejemplificados en varias situaciones que han ocurrido bajo el mandato de Iván Duque y sus relaciones con Venezuela. El primero por ejemplo con la acción tomada por Duque el 19 de junio del año 2018 al decidir no enviar un embajador a Venezuela; aunque se acostumbra en el medio de las relaciones exteriores a que existan diplomáticos en representación de los países en otros territorios, el que el sistema sea anárquico permite que este tipo de acciones sean posibles, de esta manera nadie puede obligarlo a actuar de un modo.
El segundo, se muestra con la amenaza por parte de Maduro a Duque a “limpiar los cañones de sus fusiles” en caso de que el presidente de Colombia se atreviera a violar la soberanía de Venezuela ingresando a su territorio, en respuesta a la creación por parte de Duque del comando élite para combatir grupos insurgentes en el país vecino, de esta manera, si bien ninguno actuó, son un peligro inminente entre sí.
El tercero se puede demostrar con la polémica nota expuesta por John Bolton, jefe de seguridad de la Casa Blanca, en la cual se leía “5000 tropas a Colombia” en enero del 2019. Si bien en el momento existía una tensión entre los países al Estados Unidos sancionar a la empresa venezolana PDVSA, con el fin de ejercer presión sobre Maduro, las intenciones de enviar dichas tropas a Colombia eran sugestivas más no explicitas en el sentido de conocer su fin.
El cuarto supuesto se puede ejemplificar con la expulsión de 1200 venezolanos, en el año 2020, según cifras de Migración Colombia, por obrar de manera indebida con el fin de garantizar la seguridad nacional. Y el quinto se evidencia con el “cerco diplomático”, estrategia que actúa mediante el raciocinio y que es adoptada por Colombia con el objetivo de lograr la salida pacífica del Presidente Nicolas Maduro.
Al unir los supuestos anteriormente explicados, los estados deducen que la mejor forma de garantizar su supervivencia es maximizar su poder relativo para convertirse en un hegemón, este va a ser el principal objetivo estratégico de todo Estado. Pese a ello, no todos pueden hacerlo simultáneamente, por lo tanto, el sistema se convierte en un escenario de competencia por la seguridad (Mearsheimer, 2001).
Siendo así, Mearsheimer (2001) propone ciertas estrategias para lograr convertirse en un hegemón. La primera, es hacer la guerra, siempre y cuando los beneficios superen los costos. La segunda, es el chantaje o Blackmail, en este se obtienen ganancias relativas y se amenaza al rival con hacer conseciones. Y la tercera, corresponde al Bait-and-bleed and Bloodletting, las cuales consisten en seguir manteniendo o engañando a los rivales en conflictos prolongados, para que mientras tanto el primer estado se vuelva relativamente más fuerte (Toft, 2005).
De esta manera, aquella que se considera la más allegada a la situación es el Blackmail, que si bien no ha logrado ejecutarse a cabalidad, si se ha propiciado en la parte de desear, mediante la coerción, que el otro actor realice lo que se desea (Al Sibai, 2018). En primer lugar tendiendo en cuenta que la primera y la tercera implican estados explícitos de guerra que hasta el momento no se han propiciado.
Un ejemplo de ello, fueron las amenazas propiciadas por Venezuela hacia Colombia con la instalación de un sistema de fusiles en la frontera Colombo-Vanezolana en agosto del 2019, situación sugestiva para Colombia, que en vez de decidir actuar como su contraparte deseaba al desatar un conflicto militar, prefirió optar por la vía diplomática, en una respuesta pasivo-agresiva propiciada por el canciller del momento Carlos Holmes: “amenazas que vienen haciéndose desde el régimen chavista, de todas maneras las autoridades colombianas no se dejan provocar, pero están listas a garantizar la soberanía y la tranquilidad de los colombianos”.
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