Relato epistemologia autobiografico
Enviado por Elías Cano • 28 de Abril de 2019 • Trabajo • 2.886 Palabras (12 Páginas) • 140 Visitas
¿Quién soy? ¿Quién es hoy Elías Cano García?
Soy el conjunto de experiencias vividas a lo largo de mi vida: las relaciones con otras personas, interacciones, sucesos, acontecimientos, las reacciones ante las experiencias, el aprendizaje ante errores o aciertos. También soy fruto de la reflexión personal que he ido haciendo de todo ello. Todos estos factores junto con mis rasgos, mi personalidad y mis valores éticos definen quién soy en el momento actual. Por lo tanto, el análisis de estas situaciones y relaciones, y lo que éstas significan para mí, podrá explicar mi “yo” actual.
Para ello, es necesario volver años atrás y viajar por mis vivencias más significativas, observar la influencia que mis seres más cercanos han causado en mi razonamiento y reflexionar sobre cómo he asimilado lo vivido a lo largo de mis años. Si analizo aquella información que absorbí y cómo la transformé en mi cabeza y qué información obvié sin que surgiera efecto en mí, me hará ver y darme cuenta de cómo he evolucionado y más importante cómo he llegado a construir mi personalidad. Mediante el construccionismo social veremos qué sentido le he dado a las cosas y cómo he llegado a construir mi realidad a través de los demás y de mis propias experiencias.
El construccionismo se guía a través de la idea de que las personas aprendemos a través de la interacción activa con nuestro mundo físico y sociocultural, donde nos desarrollamos como personas. Aprendemos a través del desarrollo y de las vivencias individuales y colectivas, construyendo nuestro universo a través de los conocimientos previos que cada persona posee. Cabe mencionar la importancia y la responsabilidad de cada persona sobre su propio proceso de aprendizaje, ya que cada uno somos responsables de lo que queremos y no queremos aprender.
Para seguir la explicación sobre el construccionismo dentro de mi vida, será necesario hablar de las diferentes influencias o hechos que me han marcado a lo largo de mi existencia.
Sin lugar a duda, el primer factor que es necesario analizar y el más importante son mis padres, que forman parte de mi vida desde mi primer minuto de mi ser y en los que se han visto reflejados varios de mis valores y principios como persona. Ellos representan para mí un ejemplo de esfuerzo, trabajo y perseverancia además de haberme dado lo más importante que tengo, la vida. Ellos lucharon por concebirnos a mi hermana y a mí (mellizos), querían ser padres y tuvieron que superar el hándicap de la enfermedad de mi madre (endometriosis) que le hacía muy difícil ser mamá por medios naturales. Su empeño, buena salud, juventud y la suerte hicieron que la Fecundación In Vitro funcionara, nacimos mi hermana y yo. Nuestra infancia fue vivida con una gran sobreprotección, quizá por haberlo tenido un poco más complicado para llegar al mundo. Tanto mi padre como mi madre son luchadores y con fuertes convicciones, pero cada uno tiene un perfil propio y distinto.
Por un lado, mi padre tiene una visión más modernista de la vida y de la educación, debido a sus influencias paternales, originarias del mundo rural, que le han marcado un estilo de vida a seguir para lograr un porvenir básico y humilde para sí mismo y sus seres queridos. Esta corriente no ocupa ni mucho menos toda su forma de pensar, pero le define como alguien pragmático, en búsqueda de una verdad moral más fija, sin relativismos, un estilo más fiel a la ciencia y a seguir un método generalista.
Por otra parte, mi madre tiene una ideología más cercana al postmodernismo, teniendo una visión más individualista sobre las personas y los problemas, apoyándose en el inductivismo ingenuo, con tal de no caer en la generalización de los casos y analizando las situaciones desde un punto de vista más particular. No se basa tanto en prejuicios grupales, sino en conocer cada situación y sus particularidades, y cómo adoptar medidas específicas.
Estas diferencias de posiciones entre mis padres se ven reflejadas en una vivencia muy importante de mi pasado y que hoy en día significa mucho para mi YO. Poniéndonos en situación, estaba cursando primero de Bachillerato en el Centre d’Estudis Montseny, atravesaba una etapa de baja autoestima, poca confianza en mí mismo y de una infra motivación, no me valoraba, no sabía lo que quería ni por dónde tirar. La motivación brillaba por su ausencia. Al detectar que me pasaba algo, mis padres decidieron hablar con la escuela para ver si sucedía algún tipo de problema. Éstos concertaron una cita con mi ex tutora, y después de contrastar posturas y valorar soluciones, acabaron sugiriéndome que lo que más me ayudaría sería acudir a un Coach, un profesional que ayudara a liberarme de mis problemas y cábalas, de la falta de confianza en mí mismo; analizar y poder descubrir mi potencial, mis capacidades más fuertes, poder darme cuenta de mis aptitudes y cualidades, y poder tomar una decisión sobre el camino a seguir, sobre todo en mis estudios.
Mi madre estuvo totalmente de acuerdo con que fuera a un coach ya que éste tipo de profesionales dan un servicio totalmente individual y se centran en la persona y sus problemas y no, como en otras disciplinas profesionales, busca atribuir un calificativo general a una problemática que pueda estar pasando una persona en un momento determinado de su vida. Mi padre, a su manera, lo vio bien y aceptó, aunque fuera necesario emplear tiempo, dinero y esfuerzo, ya que él le daba más importancia a el resultado final que a todo el proceso, y, finalmente, vio que la decisión que tomaron fue muy acertada.
Después de las visitas al coach y gracias a su experiencia y métodos, vi muchas cualidades que estaban en mi persona pero que, en mi cabeza, no habían tenido sentido antes. La idea de que nosotros construimos nuestra imagen en relación a lo que nos dicen los demás, es una idea que puede provocar que tengamos autoestigmas, ya que interiorizamos prejuicios, convirtiéndose así en atributos identitarios. Y aunque la sociedad no me viera tan negativamente como yo, me creaba barreras debido a ese autoestigma, que actuaba como una puerta cerrada de mi identidad y de mi desarrollo. Podemos entender esta postura que yo tenía como una postura modernista, ya que pensaba que las cosas no iban a cambiar basándome en sistemas cerrados creyendo ver que todos me veían como yo a mí mismo, y sin posibilidad de cambiarlo.
Antes de ir al coach tenía en mi cabeza una imagen del chico “perfecto” o del chico “atractivo”, imagen que yo no cumplía. Además, y aparte de los atributos físicos, que son la causa de muchas bajas autoestimas hoy en día y, en buena parte, la mía, la imagen que había creado en mi cabeza a partir de la sociedad y de las redes sociales era un perfil de persona que no concordaba con el mío y esto me hizo tener más inseguridades, ya fuera abriéndome a nuevas personas o mostrando mis verdaderas cualidades.
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