Repensar la libertad para recuperar la Política

Repensar la libertad para recuperar la Política

“No nacimos libres, nacimos para la libertad”. Hannah Arendt

Pensar el concepto de Libertad parece de primer momento hasta demasiado simple. Con la llamada Democracia Liberal se nos garantizan ciertas “libertades básicas” como el derecho de votar, de libre expresión, de libre manifestación etc. Sin entrar en la discusión a qué grado esas libertades están garantizadas en el actual régimen político mexicano, propongo ir más allá. ¿Qué significa libertad y qué relación tiene con la política?

Desde el liberalismo clásico con autores como Hobbes o Locke, entre otros, se planteó la Libertad partiendo de la idea que lo más importante es el individuo. El contexto europeo del siglo 17 y 18 lleno de monarquías autoritarias explica esas ideas. Se veía al Estado como el enemigo que hay que limitar y vigilar. El gran Leviatán no es otra cosa que el contrato social que tiene como fin garantizar lo más elemental, la seguridad de sus habitantes. (Hobbes, 1999)En otras palabras, el derecho a la propiedad privada y a las ya mencionadas garantías individuales. Se separa la libertad de la política y se genera la percepción que menos política significa más libertad. ¿Será?

Es hasta el Siglo 20 que se ponen en cuestión esos paradigmas. Tras los terribles sucesos de la Primera y Segunda Guerra Mundial que conllevaron el ascenso del Fascismo y Nazismo, Hannah Arendt trata de recuperar el sentido original de la política. Ella comienza a cuestionar lo propuesto por el Liberalismo Clásico. “Si libertad significa libre de política, entonces ¿Por qué los regímenes más despolitizados son los menos libres?”. (Politik und Freiheit, 1958) Separar lo político de la libertad fue una de las razones para el ascenso del autoritarismo a inicios del siglo 20.

Pero entonces cómo combinar libertad y política. Hoy en día nuestra libertad es sumamente resultadista. Es decir se enfoca únicamente en el acto pero no en el proceso de actuar y construir. El ejemplo perfecto es el derecho al voto. En efecto todos los ciudadanos mexicanos poseemos el derecho a votar por el partido que queramos, es decir somos “libres”. Sin embargo no se contempla todo el camino de actuación y construcción que tiene como resultado el acto final de la “libertad”.

Concretamente me refiero a la violencia sistémica representada por la pobreza, violencia, marginación, discriminación etc. todo eso dificulta brutalmente la libre actuación de las personas. Me atrevo a decir que se impide que en el actuar la personas  expresen libertad, lo cual pone en duda si entonces el resultado se puede considerar libre.  Siguiendo la argumentación de Arendt, la condición existencial para que pueda existir libertad es que las personas tengan la posibilidad de construir algo nuevo, algo inexistente, que hagan uso de su espontaneidad. Y la única manera de construir es actuar.

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