Reseña: el hombre en busca de sentido

En clase de ere, la profesora nos recomendó el libro El hombre en busca del sentido de Viktor Frankl  y nos asignó la lectura del mismo para luego hacer una reseña de este, debo admitir que esta obra tiene un título muy interesante y me intereso cada vez más a medida que lo iba leyendo, pues en este se puede comprender la única libertad que las personas crueles no le pueden arrebatar al hombre: la libertad espiritual.

Este libro  se divide en dos partes:  comienza con el relato del autor sobre su experiencia personal en los campos de concentración creados por los nazis y las consecuencias que esta realidad, marcada por  la humillación, la desesperanza y la valentía tuvo, para haber conseguido la liberación, y concluye con las definiciones  de los conceptos básicos de la logoterapia, una técnica psiquiátrica centrada en la llamada “voluntad de sentido” y respaldada en el análisis  de la existencia que busca ayudar al ser humano a recuperar la razón y propósito  de su vida y a saber llevar con paciencia las dificultades que intervengan en su diario vivir.

Por otra parte, me impresiono la forma en la que el autor se siente tan apasionado por su carrera y por la logoterapia como para contar detalles que seguramente fueron una parte no muy alegre de su vida solo para comprobar su argumento, demuestra el nivel de compromiso que tiene por sus propósitos. En este, nos narra la forma en la que los nazis le convirtieron de una persona a un simple número, las condiciones de miseria y de indignación que paso, los trabajos que tuvo que realizar, las ilusiones que tenia de saber si su familia estaba viva o muerta, entre otras penurias que tuvo que pasar.

En “El hombre en busca de sentido”, Frankl plasmó su propio sufrimiento con el objetivo de ayudar a otros a vencer los obstáculos con dignidad y esperanza, y demostrarles, de esta forma, que la vida merece ser vivida más allá de las circunstancias. Así mismo, pretende enseñar a sus lectores que pueden ser libres a pesar de sus circunstancias, que aun su sufrimiento le puede dar sentido a su existencia. El sufrimiento y un entorno adverso no necesariamente tienen por qué ser unas cadenas.

Sin embargo, para ello hay que hacer una de las más difíciles pero necesarias luchas, y es enfrentarse a sí mismo y conocerse como un ser libre capaz de escoger cómo enfrentará espiritualmente a la vida. Esa no es una lucha fácil ni que se emprenderá solo una vez en la vida —la libertad espiritual se conquista todos los días.

En conclusión, recomiendo este libro debido a que en su fondo nace el tema central del existencialismo: vivir es sufrir; sobrevivir es hallarle sentido al sufrimiento. Resulta reconfortante su lectura desde varias perspectivas: para conocer detalles de una historia pasada que no debemos repetir, pero tampoco olvidar; para profundizar en una filosofía del Hombre absolutamente optimista y vitalista; para conocer una rama de la psiquiatría. Pues como Frankl mismo lo afirma en su libro: “vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo”.

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