SAN MARTÍN, ¿UNITARIO O FEDERAL?
Enviado por lorenaangeles • 21 de Junio de 2021 • Informe • 1.421 Palabras (6 Páginas) • 119 Visitas
SAN MARTÍN, ¿UNITARIO O FEDERAL?
Organización jurídico–administrativa del Estado:
“Me muero cada vez que oigo hablar de federación. ¿No sería más conveniente trasplantar la capital a otro punto, cortando por este medio las justas quejas de las provincias? ¡Pero Federación! Si en un gobierno constituido y en un país ilustrado, poblado, artista, agricultor y comerciante se han tocado en la última guerra contra los ingleses (hablo de los americanos del norte) las dificultades de una federación, ¿qué será de nosotros que carecemos de aquellas ventajas? Si con todas las provincias y sus recursos somos débiles, ¿qué nos sucederá aisladas cada una de ellas? Agregue usted a esto las rivalidades de vecindad y los intereses encontrados de todas ellas, y concluirá usted que todo se volverá una leonera, cuyo tercero en discordia será el enemigo...”
Diferencias socio – culturales:
En carta escrita a su amigo O’ Higgins el 13 de Septiembre de 1833 afirmaba expresamente: “Yo estoy firmemente convencido que los males que afligen a los nuevos Estados de América no dependen tanto de sus habitantes como de sus constituciones que los rigen. Si los que se llaman legisladores en América hubiesen tenido presente que no se les debe dar las mejores leyes, pero si las que sean adecuadas a su carácter, la situación de nuestro país sería diferente”.
Carta de San Martín a Pedro Plenzueos del 25/8/1844: “Tenga Ud. presente la suerte que se siguió en Bs. As. por el célebre Rivadavia que empleó sólo la madera para hacer andamios para componer la fachada de lo que llaman Catedral, 60 mil duros, que se gastaron ingentes sumas para contratar ingenieros en Francia y comprar útiles para la construcción de un pozo artesiano al lado de un río y en medio de un cementerio público, y todo ello se hacía cuando no había un muelle para embarcar y por el contrario se deshizo y destruyó el que había de piedra y que había costado 600 fuertes en tiempo de los españoles, que el ejército estaba sin paga y en tal miseria que pedían limosna los soldados públicamente. Sería de no acabar si se enumeraran las locura de aquel visionario y la administración de un gran número de mis compatriotas, creyendo improvisar en Buenos Aires la civilización europea con sólo los decretos que diariamente llenaba lo que se llama el Archivo Oficial.”
“Pero lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempos de la dominación española: una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer”.”
Economía:
No es nada sencillo hallar bibliografía que echara luz sobre esta temática, ya que se ha escrito muchísimo más de San Martín como militar que como político y gobernante, y en esta última función, menos aún se ha escrito desde el punto de vista económico.
En primer lugar, las medidas económicas que impulsó como gobernador de Cuyo. Allí, al igual que su querido amigo Belgrano, fue un gran defensor de la producción nacional y apoyó firmemente los reclamos de los cabildos cuyanos para que el Directorio bajase los muy altos impuestos y derechos de tránsito que gravaban a la producción local de vinos, aguardientes y frutas secas. En ese sentido, instó al diputado mendocino, Tomás Godoy Cruz, para que el Congreso consagrase tales medidas. Sin embargo, tales reclamos chocaron con los oídos sordos de los diputados porteños.
Por otra parte, mientras estuvo a cargo del Protectorado del Perú, creó el Reglamento Provisional de Comercio de 1821, en el que se estipulaba la libertad de comercio y se suprimía las aduanas internas, estableciendo un arancel proteccionista del veinte por ciento sobre las importaciones con el fin de ayudar a las industrias locales.
Religión:
Tras el combate de San Lorenzo, ordenó celebrar un oficio y colocó cruces en las tumbas de los muertos; como Gobernador de Cuyo, fundó el Colegio de la Santísima Trinidad, y mandó que junto a las “ciencias profanas” se enseñaran allí “los deberes del católico”; el “Código de Deberes Militares” que redactó para el Ejército de los Andes dice en su Art 1: “Todo el que blasfemare el santo nombre de Dios o de su
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