SER MIGRANTE EN LA REGIÓN DE COQUIMBO

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SER MIGRANTE EN LA REGIÓN DE COQUIMBO

La experiencia de la discriminación y racismo vivida por extranjeros bolivianos, peruanos, colombianos, haitianos y otros.

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I.   Antecedentes históricos del caso

La xenofobia; más conocida como miedo, rechazo u odio al extranjero, tiene sus orígenes en el comienzo de la vida del ser humano en comunidad.

La organización de los primeros grupos de individuos presentó desde sus inicios enfrentamientos y exterminios a raíz del temor que se tenía a perder tierras, alimentos, metales y otros bienes preciados por parte de extraños.

Los desacuerdos aumentaron al transcurrir el tiempo, en consecuencia de una sobrevaloración cultural por parte de las diversas civilizaciones, lo que conllevó al   surgimiento del sentimiento xenófobo, considerado hoy en día un rasgo evolutivo arcaico.

Actualmente, este sigue vigente y reaparece con más fuerza en periodos de crisis,  consolidándose exponencialmente en las sociedades a través de manifestaciones que van desde la indiferencia, rechazo, desprecio y amenazas, hasta las agresiones y asesinatos de inmigrantes.

En Chile, la xenofobia ha sido estudiada por sociólogos e investigadores a partir de mediados de la época de 1990, donde el interés en el fenómeno migratorio parecía una respuesta al “problema social” que éste significaba para la colectividad de la época.

Inicialmente se llevó a cabo investigaciones en Santiago, las cuales mostraron que los migrantes latinoamericanos provocaban reacciones negativas tanto en la prensa y otros medios de comunicación, como en la población en general. Estos hacían énfasis en la supuesta amenaza que representarían los inmigrantes para el mercado laboral y los servicios públicos chilenos, generándose así estereotipos y prejuicios negativos hacia quienes provenían especialmente de Bolivia y Perú.

Antes de esta fecha, las ciencias sociales escasamente habían prestado atención al fenómeno migratorio. Según Cano y Soffia (2000) la ausencia de la temática se debería en parte a la percepción generalizada de que Chile nunca había sido un país de inmigrantes, sin embargo una breve revisión de los procesos migratorios muestra que, pese a que Chile ha mantenido durante su historia y hasta la actualidad un porcentaje de población inmigrante reducida, ésta no ha dejado de tener repercusiones a nivel nacional.

La migración en  Chile se ha incrementado desde los noventa ^[1] y en especial desde el año 1995.^[2] No obstante, en el año 2001 se representa un hito que posiciona a Chile como uno de los principales países de destino de los inmigrantes en el contexto sudamericano, puesto que se registran fuertes ingresos de inmigrantes femeninos, indígenas y afrodescendientes; flujos que estarían marcados por motivaciones laborales, y en muchos casos, por contextos de origen golpeados por la violencia social y estructural, que harían buscar en Chile cierta estabilidad política y económica que aparentemente los países vecinos y los propios países de origen no estarían brindando.

Hoy en día, las razones para el otorgamiento de visas temporales a inmigrantes son: ser extranjero con vínculo con chileno(a), ser hijo(a) de extranjero transeúnte, poseer algún vínculo con familiar con permanencia definitiva, haber sido un ex residente, por religión, pertenecer al grupo de jubilados, rentistas, inversionistas o comerciantes, ser profesionales o técnicos de nivel superior con más de un contrato, ser personas con dos o más contratos de trabajo, ser remunerado en el exterior , tener profesión de periodista o en medios de comunicación, encontrarse embarazada con tratamiento médico, ser ciudadanos del MERCOSUR y tener motivos laborales o de unión civil para ingresar al país.

Según datos del Observatorio Iberoamericano sobre Movilidad humana, Migraciones y Desarrollo, expuestos en su último estudio desarrollado durante el año 2016, Chile presenta visitas de inmigrantes a sus regiones en un total de 137.375:

Fuente: DEM 2015.

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