SERMON 75 AÑOS GRUPO SCOUT "JAVIER"
Enviado por Luis1159 • 15 de Enero de 2014 • 418 Palabras (2 Páginas) • 218 Visitas
SERMÓN EN LOS 75 AÑOS DEL GRUPO SCOUT “JAVIER”
La conciencia del don recibido a lo largo de estos 75 años, necesariamente debe mover a la gratitud y la gratitud es lo que esta tarde nos reúne, alrededor de este altar, para dar gracias a Dios.
La conciencia agradecida por todos los dones recibidos, conlleva, necesariamente, el compromiso de hacer rendir en abundantes frutos esos dones. De ahí que las lecturas que han sido proclamadas sean una invitación para ello.
Las lecturas que acabamos de escuchar son una invitación a que seamos auténticos, coherentes y personas con vida interior.
Jesucristo pone como ejemplo a una viuda. La viuda de la primera lectura es un ejemplo de confianza en el Señor. Sin tener medios para vivir es generosa y confía en la palabra dada. La viuda del Evangelio es modelo de generosidad porque da lo que tenía para vivir, aunque fuera poco.
Podemos, pues, sacar algunas enseñanzas positivas de cómo vivir nuestra fe y, en el caso de ustedes, como servir más y mejor a los demás.
1º Lo más importante será siempre confiar en Dios. Que no quiere decir cruzarse de brazos. Confiar en Dios quiere decir hacer todo lo que está de tu mano para solucionar los problemas sabiendo que Dios tiene la última palabra.
2º Tanto desde el punto de vista de la fe como del humano, son importantes los actos que hacemos, pero siempre tiene que ir unidos a actitudes interiores, que son las verdaderas raíces de los actos. Por eso es importante la vida interior, más que lo que aparentamos exteriormente.
Los seres humanos miramos las apariencias, pero Dios mira el corazón. Así, la generosidad de la viuda, no se mira por la cantidad que aportó, sino por el desprendimiento que tenía de todo lo que poseía. Esto mismo podemos aplicarlo al caso del
Grupo Scout “Javier” en estos 75 años transcurridos: en el servicio a los demás no se debe valorar tanto lo que se hizo, sino el desprendimiento, la generosidad de cuanto se hizo y de todo lo que se seguirá haciendo. Porque todo es gracia, todo es don de Dios.
Que al compartir ahora la Eucaristía, la presencia del Señor
les siga impulsando a compartir sus vidas, con sencillez y generosidad, con los demás. Les dé confianza en su mensaje y en su persona, y los ayude a ver a los demás como él nos ve. Para ello tienen el ejemplo del santo Francisco Javier, cuyo nombre orgullosamente llevan como estandarte de servicio.
Así sea.
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