San Juan de la Cruz, Oh noche oscura.
Enviado por ivaancd10 • 10 de Diciembre de 2015 • Trabajo • 705 Palabras (3 Páginas) • 281 Visitas
SAN JUAN DE LA CRUZ
RENACIMIENTO
NOCHE OSCURA
En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡oh, dichosa ventura!,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada. 5
A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡oh, dichosa ventura!
a oscuras, y en celada,
estando ya mi casa sosegada. 10
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía. 15
Aquésta me guiaba
más cierto que la luz de mediodía,
adonde me esperaba,
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía. 20
¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh noche que juntaste,
Amado con amada,
Amada en el Amado transformada! 25
En mi pecho florido,
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba. 30
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía. 35
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado. 40
San Juan de la Cruz fue un poeta místico del renacimiento español, que a pesar de tener solo tres textos, se entiende como la gran expresión mística europea. Se unió al convento de las Carmelitas, lo que después provocaría un enfrentamiento entre éste y su anterior convento, por lo que fue detenido, juntamente por traducir un libro que forma parte de la Biblia, el Cantar de los Cantares.
El tema del poema es el amor divino, la reunión del alma con Dios a través de las tres vías o tres fases, purgativa, iluminativa y unitiva.
Este poema está formado por cuarenta versos, dividido en ocho liras, quintetos cuyos segundo y quinto versos son endecasílabos y los otros tres son versos heptasílabos. Su rima es consonante y de estructura 7a-11B-7a-7b-11B en la primera estrofa.
Este poema está estructurado en tres partes, que corresponderán a las tres vías para acabar contactando el alma con Dios. Las dos primeras estrofas corresponderán a la vía purgativa, las dos siguientes corresponderán a la vía iluminativa, y el resto de estrofas a la vía unitiva. La primera parte, formada por las dos primeras liras, podemos apreciar que se trata de una mujer a través de “A oscuras y segura”, es una paradoja y a la vez una anáfora, porque, a la misma vez que resalta la tranquilidad que tiene ante la oscuridad de la noche a través de dos términos distintos (paradoja), también repite “A oscuras” para dejar claro que la vía purgativa se representa a través de dicha oscuridad, y mientras esta se desarrolla, se está liberando de la percepción de los sentidos. De momento todo es oscuro, se está liberando de esa percepción de los sentidos y poco a poco está ascendiendo por esa escala que le unirá con Dios, cuando habla de casa “Estando ya mi casa sosegada” se refiere que su alma ya está liberada de los sentidos, este verso se repite en la primera y la segunda lira, creando un paralelismo entre las dos estrofas.
En la segunda parte ya no aparece ninguna palabra que haga referencia a la oscuridad, ahora la noche es dichosa, creando así una personificación de la noche ya que al fin se libera de los sentidos, comienza a ser guiada por la luz de lo divino una vez iniciado el ascenso del alma.
En la tercera parte el alma se funde con Dios, esta tercera vía se representa a través del encuentro físico del enamorado con su amada. En esta tercera parte aparecen figuras retóricas en gran cantidad para destacar y resaltar la unión del alma con aquello divino.
En los versos 21, 22 y 23 aparece una anáfora con la que da importancia a su unión, y también en los versos 21 y 22 hay una apostrofe que agradece dicha unión. En los versos 24 y 25 hay un quiasmo, donde invierte el orden sintáctico para realza el sentido de fuerza de amado con amada. A partir de la sexta lira, se comienza a describir la unión y el momento de paz que han logrado alcanzar. Se puede apreciar el contraste de los verbos salí de la 1ª lira y del quedéme de la última,
En conclusión, a mi parecer es una experiencia religiosa subjetiva ya que esa luz brilla fuera de ella, no dentro.
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