Sarita Colonia
Enviado por Sintia_Lizana • 20 de Octubre de 2013 • 627 Palabras (3 Páginas) • 287 Visitas
SARITA COLONIA
Según los registros históricos Sarita Colonia nació el 1 de marzo de 1914 en el caserío de Belén, en Huaraz, Áncash. Era la mayor de tres hermanos (Hipólito, Esther y Rosa), hija de don Amadeo Colonia, quien tenía el oficio de carpintero y de Rosalía Zambrano. En 1924, y tras una enfermedad bronquial de su madre, Sarita y su familia deciden viajar a Lima, asentándose durante cuatro años en el populoso distrito de Barrios Altos, fue aquí cuando Sarita ingresó junto con su hermana Esther, al colegio religioso Santa Teresita de Mavillac, en donde se dice comenzó a recibir la educación que marcaría su vida, a tal punto que, ya a esa edad, comenzaba a acariciar la idea de iniciar un camino religioso.
Sin embargo sus planes se verían truncados pues cuatro años después de su llegada a la capital, la salud de su madre empeoró obligando a la familia a regresar a Huaraz en busca del aire seco de la sierra. Pese a estos cuidados, Rosalía falleció cuatro meses después siendo Sarita quién tomó las riendas de su familia.
Según siempre el mito, uno de sus primeros milagros ocurrió cuando ella era apenas una niña. Se dice que en Huaraz, en medio de la plaza de armas, el comisario llamó la atención de la ciudad para mostrar el cadáver de un peligroso bandolero de la zona. En ese momento Sarita se le acercó y le dijo :“Usted ya no está detrás de usted. No hay nadie detrás de sus ojos. Resulta que ya no lo veo, señor comisario”.
Según se cuenta, aquello ocurrió un día 7 de julio, el séptimo mes del año. Siete días más tarde a las 7 de la noche, el comisario cayó muerto en esa misma plaza.
Por otro lado, su hermano Hipólito (quien no reconoce el hecho anteriormente contado) cuenta que el único milagro que su hermana realizó en vida, ocurrió el año en que regresaron a Huaraz por el cuidado de su madre, en ese entonces, cuenta, Sarita cayó a un río y puesto que no sabía nadar, fue arrastrada por la corriente dejando ver de ella solo su cuerpo flotando. Fue en ese momento en que apareció en el caudal un señor grande, con hábito blanco y barba rubia, quien la levantó de las aguas y le dijo: “Hija mía, tu padre está preocupado, te tienes que ir inmediatamente, tú no vas a morir, tú eres una hija predestinada, me vas a ayudar a servir al prójimo”. No obstante, y tal como ocurre con las historias, no todos dan fe de este relato, e incluso su propia hermana Esther, ha negado que este hecho haya sucedido.
Durante la década de 1970 comenzó una migración masiva desde el mundo rural hacia Lima. Con ello, la cantidad de marginados en la capital peruana creció exponencialmente. Diferentes grupos sociales marginados comenzaron a seguir el culto de Sarita Colonia, así pues, los taxistas, conductores de microbuses, madres solteras, subempleados, amas de casa y adivinos, entre otros, se sumaron a quienes confiaban su
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