Sean bienvenidos a "Alhena", una asociación sin ánimos de lucro

Sean bienvenidos a "Alhena", una asociación sin ánimos de lucro, destinada a mejorar la calidad de vida y facilitar la integración social dentro y fuera de las instalaciones a personas con discapacidades físico-mentales.

Como cada seis meses, organizamos este "evento" donde se le otorga a una persona completamente sana, la oportunidad de convivir con alguien que padece de alguna discapacidad, con el fin de poder garantizar un espacio entre la sociedad para las personas necesitadas y, en esta ocasión tú puedes formar parte de nosotros, lo único que necesitas son las ganas de ayudar a un nuevo amigo.

El objetivo de este programa es, como antes se ha mencionado, ayudar y apoyar a quienes han sido víctimas de incapacidad física y/o mental que les impide llevar una buena relación con su entorno. Así como buscamos apoyo, también buscamos a quien quiera ser apoyado, porque todos merecen oportunidades y muchos perdemos esperanzas x mitad de camino.

Pero no aquí, estamos para devolver la esperanza y ganas de vivir en quienes han perdido la fe. Y quien sabe, llegar a convencer a la persona de ser apoyada en un tratamiento gratuito que le asegure la recuperación y/o control total o parcial de su discapacidad.

Por supuesto las personas que decidan apoyar y ser apoyados, no estarán solas pues podrán hacer uso de nuestras instalaciones que cuentan con áreas recreativas, piscinas, canchas, gimnasios especializados, área de comida y personal médico siempre a su disposición. También contamos con dormitorios para quienes habitan lejos de su pareja de apoyo. La intención es facilitar la labor para ampliar la cobertura de atención oportuna que se puede brindar a las personas con discapacidad, de igual manera concientizar a los demás sobre las dificultades que ellos enfrentan para dejar de discriminar y denigrarlos por ser distintos, evitando consecuencias graves en ellos.

Por último, cabe destacar que se necesita un gran nivel de comprensión, voluntad y paciencia, en ocasiones puede ser difícil tratar con quienes mentalmente están cerrados a sufrir condiciones poco favorables por toda su vida, por ello se necesitan personas que de verdad estén interesadas. Cualquier signo de maltrato, acoso o agresión al individuo será acreedor de penalización e incluso expulsión del programa. Estamos para ayudar, recuerden.

Aquellos que deseen brindar ayudar a un necesitado, o ser parte de nuestro programa de apoyo deberán presentarse por la mañana en nuestras instalaciones, llenando un pequeño registro con sus datos en la ventanilla de recepción donde a la brevedad se les asignara un compañero. Mucha suerte y diviértanse, sobre todo.

Antropofobia: Miedo patológico a las personas o la compañía humana.

Se consideraba una persona normal. ¿Qué había sucedido para que se volviese de aquella manera? ¿Por qué cada que quería recordar años pasados, sólo eran manchas y gritos? ¿Por qué temía que las personas le tocasen o siquiera hablasen?

Sus padres le habían mandado a aquella asociación con el fin de que pudiese superar aquella fobia, pero consideraba imposible que lo lograse. ¿Cómo podría superar aquello si temía a las personas? ¿Era eso posible? Sólo deseaba encerrarse en una casa y no salir jamás; estar sólo con su compañía y morir de aquella manera.

— Hanamaki Takahiro, 19 años de edad. Diagnosticado con Antropofobia. — murmuró una joven enfermera anotando en una blanca libreta que parecía marcarlo de por vida.

Se encogió en su lugar y se cubrió la cabeza con ambas manos, sólo escuchar la voz de la mujer le causaba pánico. Quería seguir encerrado en su habitación, ¿por qué debía estar ahí? ¿no podían simplemente dejarlo libre y hacer lo que quisiera?

Él estaba bien, no necesitaba ayuda. Sólo estar solo.

*_Antropofobia:  Miedo patológico a las personas o a la compañía humana_*.

El corredor por el que andaba lucía tétrico a su parecer, y se daba a tonar a sí mismo que no estaba acostumbrado a estar en este tipo de lugares, ni hospitales. Porque sí, el pelinegro se hallaba ahora recorriendo el pasillo que conducía a la habitación de quien sería su amigo/paciente durante su periodo de voluntariado en aquella institución.

El chocar del tacón de la enfermera contra el suelo en un ritmo pausado y constante, era lo único que se oía en aquel momento, apartando claro algunos gritos que se escuchaban lejanos, quizá suprimidos. Y por donde veía, era blanco. Cosa que no le ayudaba a relajarse. Le daba la impresión de estar en alguna de aquellas películas de suspenso e intriga que vio alguna vez en casa. Rio antes su último pensamiento. Para que posteriormente su mente divagara en sus recuerdos recientes mientras, la enfermera y él, doblaban una esquina divisando un nuevo pasadizo.

La oferta llegó a su e-mail una mañana de sábado. Hacía un par de semanas desde las vacaciones de su trabajo comenzaron, dándole la oportunidad perfecta para tomar este pequeño puesto en la clínica. Y aunque al principio dudó, aceptó gustoso luego al convencerse de lo bueno que sería para él, por tener la experiencia, y para el paciente que cuidaría. Soñando, pensó en que tal vez podría ayudar en su recuperación.

Y ahora había oído ya las palabras de la enfermera presentándole a su paciente encargado durante este tiempo.- *Hanamaki Takahiro.* -Repitió quedo, en un susurro.- *Antropofobia*-

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