“Seguridad-Inseguridad: percepciones y delitos concretos”

“Seguridad-Inseguridad: percepciones y delitos concretos”

Cuando planteamos el tema “seguridad-inseguridad: percepciones y delitos concretos”, podemos observar a través de un análisis que los delitos tienen un fondo socio–económico-cultural. Hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de delitos, como diferentes circunstancias sociales. En este siglo nos enfrentamos a una creciente escalada del discurso sobre seguridad, relacionado principalmente a problemas como la violencia urbana, la delincuencia organizada y el terrorismo internacional. Este clima puede conllevar una excesiva seguritización de los enfoques académicos, discursos políticos y políticas sociales, que pueden tener como corolario una búsqueda paranoica de la seguridad y la generación de procesos de represión, marginación y exclusión social como producto de estas prácticas; de allí que más que nunca sea necesario generar un campo de reflexión frente a un problema que es innegable, y que necesita ser tomado en cuenta y analizado profundamente por la academia y los hacedores de políticas, que tienen el compromiso ineludible de atender las continuas demandas ciudadanas.

Las causas del delito son múltiples y no es correcto relacionar estrictamente a la pobreza con la delincuencia, ya que a cada situación social le corresponde un tipo de delito, tal vez, los delitos de las clases más bajas se tomen como más cercanos y de mayor incidencia directa. Existe algo de relación entre el uso de drogas y la violencia en el delito, pero no siendo la causa específica del delito en sí, hay una diferenciación en cuanto a los delitos vinculados a los estupefacientes, aquellos directamente relacionaos al uso y aquellos relacionados a su producción, venta o comercialización. Lo preponderante en el núcleo del delito es el convivir en una sociedad de consumo, del querer tener. No debemos dejar de pensar también en aquellos sectores que impulsan la aplicación de ciertas prácticas por interés propio, al considerar la seguridad – inseguridad, como un importante negocio. Asimismo, una mejora en la situación económica no significa que disminuya el delito, es más, tal vez haga que aumente al haber una mayor circulación de recursos activos.

Cuando observamos la preocupación por la inseguridad, hay dos cuestiones en este sentido en la actualidad que más preocupan a la sociedad en su conjunto, una son los homicidios, y la otra, los robos violentos. Hay una idea de que el delito es más violento que antes, tal vez, sea solo una sensación, o influya la manera en que se presenta a través de los medios de comunicación, lo que genera mayor temor a pasar por un hecho de estas características, además siendo una sociedad (con su historia de pasados violentos), que sigue sin naturalizar la violencia, rechazándola, lo que habla bien de ella.

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