Sexualidad y homosexualismo

Todas las personas tienen derecho a ser feliz y esto implica ser libres e iguales, también ante la ley. Las leyes deben ser para todos y no debe importar si alguien es heterosexual o no. La  aceptación por parte de la ley ofrece una opción legal y virtuosa para los homosexuales. En lugar de vivir en los márgenes de la sociedad a merced de encuentros furtivos e inestables pueden enmarcarse en un modelo de estabilidad con todo lo que ello implica. No es una cuestión de promover la homosexualidad sino de evitar que la discriminación real haga que los homosexuales se encuentren a sí mismos exiliados en su propia tierra. El mérito de la tolerancia no es respetar a los iguales sino a los diferentes. Una sociedad abierta es aquella en la que lo excepcional tiene cabida junto a lo mayoritario. Usar expresiones como “natural” puede inducir al equívoco pues la homosexualidad aunque minoritaria no deja de ser algo natural. Si bien la familia, al igual que toda otra institución, es un producto social sujeto a modificaciones. Las relaciones humanas están atravesadas por la cultura, por eso, las normas y leyes se modifican con el objetivo de acompañar los cambios culturales. A los niños les va bien en hogares donde son amados y respetados independientemente del género de los padres. Los niños ya nacen en núcleos familiares homoparentales, son adoptados o criados por parejas homosexuales. Al estar casados, los padres les ofrecen mayor estabilidad familiar.  

Si nos remontamos al pasado al inicio de la creación nos podemos percatar que no se creó un género intermedio (“Génesis 1:27” Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó.)

Solo hombre y mujer fueron creados. Hoy en día las personas quieres hacerse notar y sobrepasar las leyes naturales de la vida. El matrimonio, sagrado desde siempre una institución heterosexual, cambiarlo implica pervertir la naturaleza del mismo.  No se trata de ser tolerantes o no, que no estemos de acuerdo con la homosexualidad no quiere decir que no tratemos a una persona que lo sea.

Si nos vamos al plano familiar, una pareja de homosexuales o lesbianas por medio naturales no pueden tener hijo, bien es cierto existe la adopción, pero todo niño tiene el derecho a tener padre y madre (hombre, mujer) no padre y padre o madre y madre, además este niño crecería viendo la homosexualidad como algo normal

No estamos de acuerdo ni apoyamos en lo más mínimo la unión en matrimonio primera institución y sagrada que debe estar llena de valores puesto que una persona homosexual no nace siendo así, si no que se hace homosexual, según “la Psicoterapeuta María Antonia Velazco es esencialmente un estado de desarrollo sicológico y emocional incompleto que es posible revertir. La homosexualidad es siempre un síntoma, que representa un trauma sin resolver y una falta de identificación de género”.

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