Simmel, Georg 2002 [1903] “La metrópoli y la vida mental” en Sobre la individualidad y las formas sociales
Enviado por gracarambia • 8 de Octubre de 2018 • Reseña • 957 Palabras (4 Páginas) • 212 Visitas
Simmel, Georg 2002 [1903] “La metrópoli y la vida mental” en Sobre la individualidad y las formas sociales; Escritos escogidos, Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, pp. 388-402.
El filósofo y sociólogo Georg Simmel, nacido en Berlín en 1858, “representante del neokantismo relativista, contribuyó decisivamente a la consolidación de la sociología como ciencia en Alemania y trazó las líneas maestras de una metodología sociológica, aislando las formas generales y recurrentes de la interacción social a escala política, económica y estética” .
Simmel escribe este ensayo “basándose en su experiencia urbana de Berlín a principios de siglo, que era una de las principales ciudades mundiales consolidada (desde la unificación en 1878) como un foco de actividad y expansión (Highmore, 2003)”.
Publicó por primera vez "Las metrópoli y la vida mental" en 1903, en Berlín. En él realiza un análisis fundado en bases psicológicas de la personalidad del hombre metropolitano, contrastandolo con la del hombre suburbano, y comparando la historicidad cultural de estas dos construcciones conceptuales.
Describe con una mirada analítica lo emocional y lo social, sin realizar grandes interpretaciones sobre las características económicas o políticas de estos dos grupos. Aunque sí hace una breve descripción de la interacción con la economía monetaria en la vida contemporánea, para explicar por qué “el espíritu moderno, se ha convertido cada vez más en un espíritu calculador”.
Cabe una observación muy interesante de este capítulo, y es que fue escrito hace más de cien años, y sin embargo mantiene hoy una gran vigencia descriptiva de la personalidad general del hombre de las grandes ciudades, producto del capitalismo.
En las primeras páginas, Simmel analiza la forma de vida urbana.que está atravesada por la economía monetaria y el predominio de la racionalización individual.
La manera en que el individuo se adapta a los cambios de la “vida nerviosa”, (influida también por el tiempo y las multiplicidades de la vida económica profesional) crean las condiciones adecuadas para construir su carácter intelectualista e insensible ante la diferencia de las cosas.
El hombre puramente racional, prefiere relacionarse en sociedad a través de su conciencia superior y su intelecto, ya que si lo hiciera a través de las emociones, sería devorado por los estímulos de la metrópoli. Es indiferente a relaciones anímicas de la vida auténticamente individual. Se relaciona con otros a través del interés calculativo, base del espíritu moderno. Cuanto más estrecho es el espacio, más grande es la distancia mental.
El hombre rural, en contraposición del individuo urbano, es un ser más emocional. En un círculo social pequeño como en el entorno de la vida suburbana, prosperan las relaciones afectivas. Se pueden reconocer las individualidades, percibir la profundidad de las personas, y la diferenciación de las impresiones persistentes, momentáneas y procedentes. El sistema
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