Situacion Del Campinado En Colombia

Este escrito pretende da una mirada crítica a la situación de campesinos colombianos, que por la indiferencia de un país y el abandono de un gobierno, pareciera que están entrando en una etapa de extinción, algo muy grave para un nación que necesita de estas personas para alimentarse.

El campesino colombiano ha sido testigo y víctima de las peores atrocidades que brotan de la lógica de violencia, desde el abuso de los señores Feudales, pasando por la guerra de colores políticos, hasta hoy en día, inmersos en medio de una guerra por tierras, que conlleva al desplazamiento y al asesinato.

Es de gente ignorante que hoy en día se aísle al campesino y se le trate en términos peyorativos, es de ignorantes que como insulto le digan a alguien “campesino” o “montañero”, sin tener en cuenta las raíces ancestrales que soportan la existencia de cada uno de los colombianos, es de gobiernos ignorantes y fracasados que a esas personas que cosechan el alimento básico de un país, se le sesté flagelando con la violencia y con la indiferencia, es de políticos corruptos e ignorantes que pongan por encima de la vida de personas y de la naturaleza a cambio de dinero, estatus o poder, reflejados en el acaparamiento de tierras y sobreexplotación de recursos naturales, y es más grave e indignante que el pueblo colombiano no se quiera quitar la venda de los ojos que cubre estas innumerables injusticias contra los hermanos campesinos.

Todo este problema tiene un agravante más, y son los efectos de la globalización que han permeado de ideales e imaginarios consumistas a los mismos campesinos que ven como una “mejor vida” la opción de acceder a ciertos beneficios que ofrece la máquina capitalista, supuestas oportunidades que terminan por cortar el camino de la tradición campesina en las nuevas generaciones, e inevitablemente se convierte en la misma desaparición de esta cultura. Cabe aclarar que si bien la globalización ha sido un efecto devastador para la vida campesina, ha traído en cierta medida beneficios como el conocimiento frente a la administración del campo en términos de emprendimiento, de sostenimiento económico y que ha brindado nuevas oportunidades de hacer ver a las personas al campo no solo donde se siembra papa y yuca, si no, una fuente de belleza, de orgullo y un punto neurálgico de desarrollo para el país.

Colombia necesita sin lugar a dudas una reforma agraria que además de tratar temas como distribución y manejo de tierras tanto para producción como para conservación, debe tener en cuenta al campesino como sujeto de desarrollo, como un eslabón principal dentro de la economía y futuro de un país y todo lo coyuntural que surge de allí como pensar en respetar sus derechos, en tratarlo no como un sinónimo de pobreza e “incultura” sinó más bien como un equivalente a orgullo, a identidad cultural, a respeto y agradecimiento.

Al contrario de esto, el gobierno

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