Sobre el concepto de ciudadanía: historia y modelos

Sobre el concepto de ciudadanía: historia y modelos

- Juan Antonio Horrach Miralles

Actividad: A3. Reporte de lectura

 Materia: Competencias para el ejercicio de la ciudadanía con enfoque de género

Profesor: Daniel Salvador Ramírez Jasso

Alumno: Paulina Belmontes Ramírez

Matrícula: 157085

Grupo: AS

Agosto 2020

El fin de esta lectura es presentar el modo en que la ciudadanía se ha ido desarrollando a través de los años. Tomando como partida el sector público, ya que se dice que en las leyes se establece el término ciudadanía, pero en la realidad solo un pequeño grupo es participe en la política, haciendo a un lado a los pobres y analfabetas. Además de la incertidumbre, desconfianza y desinterés que muestra la ciudadanía al momento de las decisiones políticas, ya que la democracia no ha sido hasta ahora un logro que podemos disfrutar con plenitud. Por lo que, se plantean conceptos de ciudadanía en la tradición política, luego conceptos y procesos de construcción de la ciudadanía y por último las expresiones de la ciudadanía.

        La teoría política contemporánea se plantea la posibilidad de que el ciudadano desarrolle su condición política como miembro necesario de una organización política, ya que con ello se adentra en la calidad de las democracias. De esta manera, se establecieron los modelos de ciudadanía que las tradiciones en filosofía, moral y política viabilizaron: el modelo de ciudadanía liberal, el modelo de ciudadanía republicana, y finalmente el modelo de ciudadanía comunitaria. Cada uno de ellos estudiados por distintos científicos sociales.

        El comunitarismo, critica al individualismo por lo que defiende una idea común del bien, es por eso que señalan la importancia de una común concepción del bien compartida por todos los ciudadanos; cuyo propósito es el de reducir la autonomía individual para beneficiar el interés colectivo. El republicanismo comprende al ciudadano como alguien que participa activamente en el rumbo futuro de su sociedad mediante el debate y la gestación de decisiones públicas. Y, por último, la ciudadanía liberal tiene como centro al individuo y como valores primordiales los derechos civiles.

        Como relata Luis Reyes García: ¿Dónde están la ciudadanía y los ciudadanos durante el régimen de Díaz? No estaban, eran imaginarios; la política, la actividad económica y la educación siguieron siendo asuntos de las élites; ni siquiera en el nivel de los derechos elementales para el trabajo se pudo establecer alguna noción básica de la justicia liberal. Como era de esperarse, el descontento y la inconformidad fueron creciendo hasta ser incontenibles; así se gestó la revolución mexicana. (P.127) Nuestras actuales crisis no son el verdadero problema, el verdadero problema es esa crisis social que vivimos. Cada vez son menos los jóvenes que se interesan en política y cada vez caemos más en la polarización política, donde todo el mundo es de izquierdas o de derechas. Cada vez criticamos menos nuestra forma de pensar y actuar, lo bueno y malo que hacemos, y es que, si no nos criticamos a nosotros mismos, da igual cuantas fuerzas del cambio aparezcan. Da igual cuantas manifestaciones hagamos, porque al final, a la hora de la verdad, solo nos volverán a engañar y nada habrá cambiado.

        Durante el México postrevolucionario, existía una parte de la población por debajo de la pobreza, sin educación y con pocos derechos; esta clase baja estaba formada por campesinos e indígenas. Por arriba de ellos, había una clase alta, dueña de las tierras, y que usurpaban un gran poder económico y político. Debido a la clase pobre y analfabeta, se procuró el ámbito de la educación, por lo que Álvaro Obregón creo la Secretaria de Educación Pública. Además, se trataron de mejorar las condiciones de los indígenas, mediante las reformas agrarias. Luego, el movimiento sociopolítico y estudiantil aumentó las críticas del sistema político, que, gracias a ello la sociedad ganó centralidad.

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