Sobre las sociedades de control
Enviado por ceyos68597 • 26 de Agosto de 2021 • Trabajo • 3.092 Palabras (13 Páginas) • 121 Visitas
Post-scriptum
sobre las sociedades de control*
Gilles Deleuze**
Resumen: La tesis central de este artículo es que “los centros de encierro” disciplinarios descritas por Foucault: “cárcel, hospital, fábrica, escuela, familia, atraviesan una crisis generalizada”. Vivimos la decadencia de la “sociedad disciplinaria”, que fue “la sucesora de las sociedades de soberanía”, cuyos fines y funciones eran completamente distintos. Estas surgieron en los siglos XVII y XVIII hasta mediados del XX, y fueron el tema central de las investigaciones de Foucault. La sociedad actual es denominada como “sociedad de control” y éste se ejerce fluidamente en espacios abiertos, en forma desterritorializada, mediante los psico-fármacos, el consumo televisivo, el marketing, el endeudamiento privado, el consumo, entre otras modalidades. Lo esencial en ellas son las cifras fluctuantes e intercambiables como las que muestran el valor de una moneda en las otras, el movimiento incesante del surf que sustituye los deportes lentos y estratégicos como el box. Las fábricas son reemplazadas por las empresas, que son formaciones dúctiles y cambiantes, las máquinas simples por sistemas computarizados de producción y control. La in-dividualidad es sustituida por “divuales” externos, informatizados e informatizables, que se desplazan en un espacio virtual.
Palabras claves: sociedad disciplinaria, sociedad de control, individualidad, fluidez.
Abstract:The central thesis in this article says that the disciplinary “confinement centers” described by Foucault: “jail, hospital, factory, school, family, are going trough a generalized crisis”. We are living the decline of the “disciplinary society”, which was “the succesor of the sovereign societies”, whose ends and functions were completely different. These emerged on the XVII y XVIII centuries, until the half part of the XXth., and were the main sinterest of Foucault’s investigations. The current society is denominated as “control society”, control which is exercized fluedly on open spaces, in a deterritorialized manner, through the psycho-pharmaceutics, television adiction, marketing, private debt and consume, among other modalities. What is essential to them are the fluctuating and interchangeable figures as those who represent value of one currency expressed on another, the perpetuum surfing which substitutes slow and strategic-like sports such as boxing. The factories are replaced by the enterprises, which are ductileand changeable formations, the simple machines for computarized systems of producton and control. The in-dividuality is substituted by external “dividualities”, informatizade and informatizables, who travel in a virtual space.
Palabras claves: disciplinary society, control society, individuality, fluidity.
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Historia
Foucault situó las sociedades disciplinarias en los siglos XVII y XIX, y estas sociedades alcanzan su apogeo a principios del siglo XX. Operan mediante la organización de grandes centros de encierro. El individuo pasa sucesivamente de un círculo cerrado a otro, cada uno con sus propias leyes: primero la familia, después la escuela (“ya no estas en la casa”), después el cuartel (“ya no estas en la escuela’’), a continuación la fábrica, cada cierto tiempo el hospital, y a veces la cárcel, el centro de encierro por excelencia. La cárcel sirve como modelo analógico: la heroína de Europa 51 exclama, cuando ve a los obreros: «creí ver a unos condenados». Foucault ha analizado a la perfección el proyecto ideal de los centros de encierro, especialmente visible en las fábricas: concentrar, repartir en el espacio, ordenar en el tiempo, componer en el espacio-tiempo una fuerza productiva cuyo efecto debe superar la suma de las fuerzas componentes. Pero Foucault conocía también la escasa duración de este modelo: fue el sucesor de las sociedades de soberanía, cuyos fines y funciones eran completamente distintos: gravar la producción más que organizarla, decidir la muerte más que administrar la vida; la transición fue progresiva. Napoleón parece ser quien realizó la transformación de una sociedad en otra. Pero, también las disciplinas entraron en crisis en provecho de nuevas fuerzas que iban produciendo lentamente, y que se precipitaron después de la segunda guerra mundial: las sociedades disciplinarias son nuestro pasado inmediato, lo que estamos dejando de ser.
Todos los centros de encierro atraviesan una crisis generalizada: cárcel, hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es un (espacio) “interior” en crisis, como lo son los demás (espacios) interiores (el escolar, el profesional, etc.). Los ministros competentes anuncian constantemente las supuestamente necesarias
reformas. Reformar la escuela, reformar la industria, reformar el hospital, el ejército, la cárcel; pero todos saben que, a un plazo más o menos largo, estas instituciones están acabadas. Solamente se pretende gestionar su agonía y mantener a la gente ocupada mientras se instalan esas nuevas fuerzas que están llamando a nuestras puertas. Se trata de las sociedades de control, que están sustituyendo a las disciplinarias. “Control” es el nombre propuesto por Burroughs para designar al nuevo monstruo que Foucault reconoció como nuestro futuro inmediato. También Paul Virilio ha analizado continuamente las formas ultrarrápidas que adopta el control “al aire libre” y que reemplazan a las antiguas disciplinas que actuaban en el período de los sistemas cerrados. No cabe responsabilizar de ellas a la producción farmacéutica, a los enclaves nucleares o a las manipulaciones genéticas, aunque tales cosas estén destinadas a intervenir en el nuevo proceso. No cabe comparar para decidir cuál de los dos regímenes es más duro o más tolerable, ya que tanto las liberaciones como las sumisiones han de ser afrontadas en cada uno de ellos a su modo. Así, por ejemplo, en la crisis del hospital como medio de encierro, es posible que la sectorialización, los hospitales de día o la asistencia domiciliaria hayan supuesto en un principio nuevas libertades; no obstante, participan igualmente de mecanismos de control que no tienen nada que envidiar a los más terribles encierros. No hay lugar para el temor ni para la esperanza, sólo cabe buscar nuevas armas.
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