Sociedad Moderna- La Era del vacío

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Sociedad Moderna- La Era del vacío

Socio-Humanística I

1. A partir del texto “La Era del Vacío” de Gilles Lipovetsky Páginas (5 a 15) elabore una reseña que plantee los argumentos principales del texto.

La Era del Vacío de Gilles Lipovetsky, permite hacer una critica a la sociedad moderna, parte de describir el problema principal por el cual atraviesa la población,  no es más que la conmoción de la sociedad, de las costumbres del mismo en la era del consumo masificado; a medida que se desarrollan las sociedades democráticas avanzadas, éstas encuentran su inteligibilidad a la luz de una lógica nueva que es llamada proceso de personalización, que no cesa de remodelar en profundidad el conjunto de los sectores de la vida social. El proceso de personalización comienza desde Perspectivas históricas y comparativas, directrices designadas, Nueva conciencia, tipo de organización y control social Esto partió del orden tradicional de revolución disciplinaria que prevaleció hasta la década de 1950. Se busca, Promover una sociedad flexible basada en la información Y en estimular la demanda, el sexo y la hipótesis "Factores humanos" en el culto a la naturaleza, la intimidad y sentido del humor. El ideal moderno de la subordinación individual a las reglas racionales colectivas se hace añicos, y el proceso de individualización se promueve en gran medida y refleja un valor. Realización personal fundamental, respeto por la singularidad subjetiva, personalidad incomparable De lo contrario, una nueva forma de control y homogeneización Ejecución simultánea. El error de anunciar el final apresuradamente En la sociedad de consumo es obvio que el proceso de personalización no dejará de expandir los límites. La actual recesión económica, crisis energética y conciencia ecológica no se han anunciado Edad del consumo funerario: estamos destinados a consumir, Aunque de diferentes formas, cada vez hay más objetos e información, deportes y viajes, entrenamientos y relaciones, música y salud. No se trata de oponerse a la era del consumo "pasivo". Adaptarse al llamado posmodernismo, creatividad, ambientalismo y revivalismo; por un lado, acaba con el colapso de la era rígida dada mayor flexibilidad, diversidad, modernidad, Ante la creciente reproducibilidad del principio de singularidad personal. La discontinuidad posmoderna no comienza con una influencia particular, ya sea cultural o Es artístico, pero tiene la ventaja histórica del proceso de individualización y tiene la capacidad de reorganizar la sociedad en su conjunto de acuerdo con sus propias leyes.    

La sociedad posmoderna no se encuentra exenta del consumismo, no esta alejado de él, de hecho es el posmodernismo la apoteosis de este, el consumo de la propia existencia en la proliferación del ocio, de las técnicas relacionales, el proceso de personalización genera un vacío, una imprecisión existencial debida a la abundancia de modelos, por mucho que estos estén amenizados en base de convivencialidad, de ecologismo y de psicologismo. Nos encontramos en la segunda fase de la sociedad de consumo. La cultura posmoderna puede ser detectada por varios signos búsqueda de calidad de vida, pasión por la personalidad, sensibilidad ecologista, abandono de los grandes sistemas de sentido, culto de la participación y la expresión, moda retro, rehabilitación de lo local, de lo regional, de determinadas creencias y prácticas tradicionales. Esta cultura posmoderna mezcla últimos valores modernos, realza el pasado y la tradición, revaloriza lo local y la vida simple, disuelve la preeminencia de la centralidad, disemina los criterios de lo verdadero y del arte, legitima la afirmación de la identidad personal conforme a los valores de una sociedad personalizada en la que lo importante es ser uno mismo, en la que por lo tanto cualquiera tiene derecho a la ciudadanía y al reconocimiento social, en la que ya nada debe imponerse de un modo imperativo y duradero, en la que todas las opciones, todos los niveles pueden cohabitar sin contradicción ni postergación. Aunque en la era posmoderna su cultura sea un vector de ampliación del individualismo, al diversificar las posibilidades de elección, al suprimir los puntos de referencia, deshacer los sentidos únicos y los valores superiores de la modernidad, pone en movimiento una cultura personalizada. La cual posibilita que al individuo desligarse del balizaje disciplinario-revolucionario.

En la era posmoderna perdura un valor cardinal, fundamental, que no tiene discusión, y este es el derecho de realizarse, de ser libre en la medida que las técnicas de control social despliegan cada vez dispositivos más sofisticados y humanos. La noción de sociedad posmoderna no expresa otra cosa: una constante comienzo- final de fases o etapas, que una vez culmina una etapa surge otra que se une por lazos bastante complejos de lo que parecería a priori. Este proceso de personalización del individualismo experimenta un aggiornamento, donde el narcisismo es consecuencia de este proceso de personalización del individualismo limitado a un individualismo total, siendo un símbolos de la segunda revolución individualista, en la actualidad son mas esclarecedores los deseos individualistas que los intereses de clases, el hedonismo y el psicologismo destacan mas que las acciones colectivas (lucha antinuclear, movimientos regionales, etc.), el concepto de narcisismo tiene como objetivo hacer eco a esa culminación de la esfera privada.

La destitución y trivialización de lo que antaño fue superior lo que caracteriza el narcisismo, no la pretendida situación de un individuo totalmente desconectado de lo social y replegado en su intimidad solipsista. El narcisismo solo encuentra su verdadero sentido a escala histórica. El narcisismo es indisociable de esa tendencia histórica a la transferencia emocional, pero a la larga a la larga, el movimiento parece del todo irreversible porque corona el objetivo secular de las sociedades democráticas. Poderes cada vez más penetrantes, benévolos, invisibles, individuos cada vez más atentos a ellos mismos, «débiles», dicho de otro modo, lábiles y sin convicción.

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