Soy una Mujer Indígena

A lo largo del tiempo las mujeres siempre han formado parte importante de la historia, pero más allá de construir a las mujeres como sujetos históricos como ya se menciona en el texto. Las mujeres tienen mucha historia que contar, su historia, las mujeres indígenas, obreras, campesinas, amas de casa, universitarias, trabajadoras, madres solteras etc. Todas y cada una de ellas enfrenta su propia lucha diaria.

Las mujeres siempre figuran de manera importante para la historia, participado en múltiples movimientos sociales, ya sea siendo sufragistas, revolucionarias o definidas de manera más completa como feministas.

Como ya lo menciona Scott Joan en el texto “La tecnología no condujo a la liberación de las mujeres, ni en el lugar de trabajo ni en el hogar, que "el tiempo de las revoluciones democráticas" excluyo a las mujeres de la participación política, que la "afectuosa familia nuclear" limito el desarrollo emocional y personal de las mujeres, y que el surgimiento de la ciencia médica privo a las mujeres de autonomía y del sentido de comunidad femenina.” Las mujeres siempre se han enfrentado a diferentes retos, para unas ha sido más complicado todo, que para otras. A causa de la complicada situación a la que se enfrentaban las mujeres surge el feminismo. “Las mujeres vivían en una situación de total discriminación: no estaban reconocidos sus derechos laborales y políticos y estaban legal y culturalmente sometidas a sus padres o -si eran casadas- a sus maridos. Para luchar contra esta situación, a mediados del siglo XIX surgió el movimiento feminista. La declaración de Séneca Falls, realizada el 19 de julio de 1848 en los Estados Unidos se considera el comienzo de este movimiento.” (Ergas, 1994).

El texto nos lleva a hacia toda esa historia feminista a los retos a los cuales se ha enfrentado el movimiento y que logros a obtenido a obtenido de manera colectiva. Y retomo, habría que hablar de la historia de aquellas minorías, y porque no de historias individuales o historia propias de todas las mujeres.  

Ahora me pregunto si el feminismo es el mismo para todas, y pienso que no. Cada una puede hacer su propia construcción del feminismo. No todo feminismo parte del mismo contexto. Como mencionan las zapatistas existen algunas mujeres que sufren la triple marginación, el ser mujeres, el ser pobres y el ser indígenas. No es el mismo el feminismos para una chica universitaria  que vive en zona urbana y a otra que vive en una zona rural, habría que saber distinguir los distintos privilegios a las que a una tiene acceso y otras no. También habría que tomar en cuenta la cosmovisión de las mujeres en distintos contextos sociales y culturales.

No todas las mujeres necesitan un feminismo academicista. Hay problemas que nos atraviesan a todas, y por eso hay que luchar por todas en cualquier parte del mundo,  en cualquier situación. El feminismo debe ser adaptable y cada una debe tejer su propia historia.  

Yo soy varias mujeres en una. La mujer rebelde que llevo dentro es una parte de mí en que se niega aceptar ordenes de autoridades con un discurso demagógico, invadidas por la corrupción. Se niega rotundamente a aceptar ordenes en contra de mi voluntad consiente; cuestiona y desafía la soberanía de mi propio gobierno. A la mínima amenaza de cualquier intento de limitar mi tiempo o espacio, patalea con ambas piernas, se desboca. Es así, como, poco a poco voy construyendo; con mis cimientos, raíces –que mis ascendientes me brindaron-; mi propia arquitectura feminista.

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