Subcultura hebdige , significado del estilo
Enviado por Aldi Sanabria • 17 de Octubre de 2018 • Reseña • 1.430 Palabras (6 Páginas) • 159 Visitas
HEBDIGE D. 2004.
Subcultura, el significado del
estilo
Barcelona, Editorial Paidós, 259 pág.
José Garriga Zucal
Doctorando de la Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires/ Becario
Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas.
¿Cómo dar cuenta de la relación entre la
cultura negra y la cultura blanca en la Inglaterra
de posguerra? ¿Pueden tener significado
las acciones de grupos de jóvenes que
todos tildan de alocadas y sinsentido? Hebdige
se propone responder estos interrogantes,
en Subcultura, el significado del estilo,
estudiando los movimientos juveniles de la
década de 1960 y de 1970. Publicado en su
país hace veinticinco años (1979) y recientemente
en español (2004, Editorial Paidós),
este libro posee tres puntos sobresalientes.
Primero, despliega una minuciosa investigación
de los orígenes y raíces de cada uno
de los grupos que estudia. Segundo, desarrolla
un elaborado mapa de los vínculos entre
expresiones culturales que parecen no
tener ninguna relación entre sí. Por último,
y no por ello menos importante, ya que es el
gesto más valiente y osado del investigador,
realiza un esfuerzo en buscar los sentidos y
los significados de prácticas y representaciones
que para entonces eran la cabal muestra
de la “irracionalidad”. Las afirmaciones
contenidas en este ensayo seguramente resultaron
provocadoras y osadas en los tiempos
de su primera publicación, algunas ahora
pueden parecernos verdades acreditadas, aunque
muchas otras siguen generando debates
en el mundillo académico.
Hebdige desarrolla los conceptos de subcultura
y estilo en el intento por comprender
la relación entre la cultura negra
inmigrante y la cultura obrera blanca y juvenil
de la Inglaterra de posguerra. Con este
objetivo va a estudiar, y en esto es verdaderamente
un precursor, las formas
culturales “punk”, “skinhead”, “mods” y de
otros grupos juveniles que construyeron un
estilo propio y “desafiante” a las formas legítimas.
Rastrea, con meticulosa dedicación,
la génesis de cada uno de estos
movimientos para encontrar sus relaciones,
sus similitudes y diferencias. Estos movimientos,
tal como los llama el autor, conformaron
subculturas porque hicieron
coherentes formas estilísticas, expresando la
tensión entre los poderosos y los subordinados.
Para él, la tensión expresa la resistencia
a la ideología dominante. En esta
“resistencia” podemos encontrar una de las
pistas para entender la relación entre la cultura
y la subcultura. El desafío a los valores
hegemónicos, expresado en las formas prohibidas
de expresar valores prohibidos, es lo
que caracteriza a las subculturas.
En la primera sección del libro sitúa a los enredos
del poder en la constitución de un
discurso hegemónico en torno a los valores
culturales y, además, describe el lugar que
ocupan los movimientos subculturales en este
juego de poderes. También en este capítulo,
utilizando a Barthes como coartada,
indicará que todos los signos deben y pueden
leerse, manifestando que las prácticas juveniles
abundan de sentidos que no pueden
ser objetados de investigación e interpretación
sólo por contrariar a las representaciones
socialmente aprobadas.
Entonces, las subculturas son las objeciones
al discurso hegemónico, el “ruido” que desafía
la dominación. En la lucha por la significación,
en la disputa por la validación de
los sentidos, en el tire y afloje del gesto
que señala lo aceptado y lo rechazado está la
subcultura y su relación con la hegemonía.
El estilo es la expresión ordenada, coherente
y organizada de los valores que están
enfrentados a lo hegemónico. En el estilo se
dirime la lucha por la significación. Hebdige,
advierte que por intermedio del esti-
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lo estos jóvenes expresan una forma de “resistencia
al orden”, exteriorizando objeciones
al orden impuesto. El análisis
concienzudo y paciente que realiza el autor
de los modismos inaceptables de “los rebeldes”
no puede dejar de mencionar que las
expresiones más contestatarias pueden ser recuperadas
por los valores hegemónicos y
dotadas de significados opuestos a los originales.
En la segunda parte del libro, conformada
por tres capítulos, examina las prácticas,
consumos y gustos de los movimientos juveniles.
Con este objetivo realiza una minuciosa
investigación de los orígenes y de la
historia de cada uno de los grupos. Es así que
uno va visualizando prácticas y representaciones
de los jóvenes de las clases obreras y
la conformación de distintas subculturas
como: “reggae”, “skinheads”, “punk”, “mods”,
“teddy boy” y “glam rock”. Bucear en la génesis
de cada uno de estos movimientos
permite visualizar el mapa que muestra las
relaciones entre ellos: los préstamos, los robos,
las disputas y las enemistades.
En este desarrollo, expresa de forma cabal,
los vínculos y conexiones; ejemplificando,
en las influencias que tuvo sobre el movimiento
punk la subcultura “reggae”. Estas influencias
le valen para expresar una de las
tesis de su trabajo que es el lugar de la cultura
de inmigración negra en la cultura juvenil
blanca y obrera. Algunas características
del habla, del peinado, de la posición frente
a los valores dominantes y algunas similitudes
en lo musical que comparten ambos
grupos, muestran las conexiones existentes.
El logro más acabado de este segmento
es mostrar las relaciones entre subculturas
que parecían de antemano estar muy distanciados.
En el análisis de estos diferentes movimientos
vincula de forma directa clase y
subcultura, expresando
...