Sucesión de crisis previas a la Primera Guerra Mundial
Enviado por weradulceyacida • 16 de Agosto de 2012 • Tesis • 7.809 Palabras (32 Páginas) • 727 Visitas
El reparto o repartición de África, también llamado la disputa por África o la carrera por África, fue la proliferación de los reclamos europeos sobre el territorio africano durante el periodo del Nuevo Imperialismo, entre la década de 1880 y el comienzo de la Primera Guerra Mundial, que involucró principalmente a las naciones de Francia, Alemania y el Reino Unido, aunque también participaron Italia, Portugal, Bélgica y España.
Hablar de la llamada "disputa por África" es continuar un debate de más de un siglo de antigüedad. La segunda mitad del siglo XIX, en el año 1877, vio la transición del imperialismo "informal" que ejercía control a través de la influencia militar y de la dominación económica a aquél de dominio directo.1 Los intentos para mediar la competencia imperial, tal como la Conferencia de Berlín (1884 - 1885) entre el Reino Unido, Francia y Alemania no pudieron establecer definitivamente los reclamos de cada una de las potencias involucradas. Estas disputas sobre África estuvieron entre los principales factores que originaron la Primera Guerra Mundial.
Contenido [ocultar]
1 Apertura del continente
2 Causas de la disputa
2.1 África y los mercados globales
2.2 Motivos estratégicos
2.2.1 La Weltpolitik de Bismarck
2.2.2 El conflicto de los imperialismos rivales
2.2.3 La Sociedad Americana de Colonización y la fundación de Liberia
3 Sucesión de crisis previas a la Primera Guerra Mundial
3.1 La colonización del Congo
3.2 El Canal de Suez
3.3 La Conferencia de Berlín
3.4 Ocupación británica de Egipto y Sudáfrica
3.5 Incidente de Fachoda
3.6 Crisis marroquíes
4 Encuentro colonial
4.1 Consciencia y exhibiciones coloniales
4.1.1 El "lobby colonial"
4.1.2 Propaganda colonial y jingoísmo
4.2 La exterminación de los Namaqua y los Herero
5 Conclusiones
6 Colonias africanas listadas por su potencia colonizadora
6.1 Alemania
6.2 Bélgica
6.3 España
6.4 Francia
6.5 Italia
6.6 Portugal
6.7 Reino Unido
6.8 Estados independientes
7 Referencias
8 Véase también
9 Enlaces externos
[editar]Apertura del continente
Artículo principal: Era de los Descubrimientos.
David Livingstone fue uno de los primeros europeos en explorar el interior de África.
La apertura de África a la exploración occidental y su explotación habían comenzado seriamente al final del siglo XVIII. Hacia 1835, los europeos habían trazado mapas de la mayor parte del noroeste de África. Entre los exploradores europeos más famosos estaban David Livingstone, que trazó planos del vasto interior, y Alexandre de Serpa Pinto, quien la cruzó en una complicada expedición, trazando mapas del interior del continente. Arduas expediciones en las décadas de 1850 y 1860 por Richard Burton, John Speke y James Grant descubrieron los grandes lagos centrales y el nacimiento del Río Nilo. Para el final del siglo, los europeos habían cartografiado el Nilo desde su nacimiento, el recorrido del Río Níger, los ríos Congo y Zambeze habían sido trazados, y el mundo había descubierto los grandes recursos de África.
De cualquier modo, en los comienzos de la lucha por la posesión de África, las naciones occidentales controlaban únicamente el 10 por ciento del continente. En 1875 los territorios controlados más importantes tanto por su extensión como por su riqueza eran Argelia, bajo el dominio de Francia; la Colonia del Cabo, controlada por el Reino Unido; y Angola, que estaba dominada por Portugal.
Los adelantos tecnológicos facilitaron la expansión a grandes distancias. La industrialización provocó rápidos avances en transporte y comunicaciones, especialmente en la navegación con vapor, ferrocarriles y telégrafos. Los avances médicos también fueron de importancia, en especial las medicinas para enfermedades tropicales. El desarrollo de la quinina, un efectivo tratamiento contra la malaria, permitió que la vasta región de los trópicos pudiera ser accesible para los europeos.
[editar]Causas de la disputa
[editar]África y los mercados globales
El África subsahariana, una de las últimas regiones del mundo en gran parte sin afectar por el "imperialismo informal" y la "civilización", también resultaba atractiva para las potencias europeas por razones económicas y raciales. Durante una época donde la balanza comercial de Gran Bretaña mostraba un creciente déficit, con los mercados continentales encogiéndose y cada vez más proteccionistas debido a la Gran Depresión entre los años 1873 y 1896, África ofrecía al Reino Unido, Imperio Alemán, Francia y otros países un mercado abierto del que se cosecharía un gran excedente: un mercado que comprara más de la metrópoli de lo que vendía en total.1 El Reino Unido , al igual que la mayoría de los otros países industriales, había empezado a tener un desfavorable balance de comercio (que era contrarrestado, de todos modos, por el ingreso de las inversiones de sus colonias).
Dibujo del Canal de Suez realizado en 1881. El Canal era una de las grandes ambiciones europeas para ampliar sus mercados a nivel global.
Debido a que el Reino Unido se desarrolló como la más importante nación postindustrial del mundo, los servicios se convirtieron en un importante sector de su economía. Las exportaciones financieras, como se mencionó, mantenían a la economía del Reino Unido en pie, especialmente las inversiones capitales fuera de Europa, particularmente para el desarrollo de mercados abiertos en África (predominantemente asentamienos coloniales), el Medio Oriente, el sur y sureste de Asia y Oceanía.
Además, el capital excedente era por lo general más rentable al invertirse en el extranjero, donde la mano de obra barata, la limitada competencia y abundantes materias primas hacían una mayor ganancia posible. Otro aliciente para el imperialismo, desde luego, fue la demanda de recursos no disponibles en Europa, especialmente cobre, algodón, caucho, té y hojalata, recursos a los que los consumidores europeos se habían acostumbrado y de los que la industria del viejo continente se había vuelto dependiente.
De cualquier manera, en África - excluyendo a lo que se convertiría en la Unión Sudafricana en 1909 - la cantidad de capital invertido por los europeos era relativamente baja, comparada con otros países, antes y después de la Conferencia de Berlín. En consecuencia, las compañías implicadas en el comercio tropical africano
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