TEORIA DEL DELICUENTE

En este presente ensayo abordaremos la teoría del delincuente, que, a pesar de ser una teoría corta en comparación de otras, tiene un gran peso en materia de Derecho Penal General ya que con ella podemos observar a uno de los objetos de estudio de dicha rama del Derecho Público.

Para comenzar, hay que cuestionarnos: ¿Qué es un delincuente?, la respuesta más fácil sería “Es la persona que comete el delito”, pero basándonos en lo aprendido en esta experiencia educativa podemos dar una definición un poco más amplia; es la persona física que lleva a cabo, ya sea por acto u omisión, la conducta delictiva y que dicha conducta tiene una responsabilidad penal aprobada con anterioridad y por supuesto, tenga una sentencia.

A lo largo de la historia y evolución del derecho, a poseído varios nombres de acuerdo con el proceso de la sentencia, es decir, antes de una dictadura, al dictarse, mientras se cumple y cuando se haya cumplido la sentencia.

Solo por mencionar algunos, y no haciendo énfasis en que fracción del proceso de la sentencia se tiene la denominación, podemos decir que se le puede llamar: acusado, procesado, inculpado, sentenciado, interno, ex reo, entre otras.

Existe una teoría que nos menciona, en pocas palabras, que una persona nace siendo delincuente. Esta teoría se llama la teoría del delincuente nato y fue creada por Cesare Lombroso, quien fue el primero en hacer un estudio científico basado en el tema y ha podido dar aportes significativos al derecho penal y el nacimiento de la criminología.

Este autor estudio la conducta criminal mediante los criminales y enfermos mentales que existían en ese tiempo. Mediante sus notas, pudo hacer una clasificación de los sujetos de acuerdo con sus características antropológicas y psicológicas. En pocas palabras, con sus estudios concluyó que un hombre delincuente es aquel que no evolucionó ya que, mediante un análisis de un cráneo de un delincuente de su época, encontró que era un tanto raro y anormal.

Actualmente esta teoría ha sido abandonada, pero hay aportaciones de este autor que aún se llevan en las ciencias penales, como la peligrosidad, los factores criminógenos, la clasificación del delincuente, entre otras.

Ahora bien, ya que hemos contextualizado un poco más lo que es un delincuente y sus antecedentes, es importante mencionar la frecuencia del comportamiento delictivo que no es más que estudiar el periodo y la repetición en el que el delincuente comete el acto u omisión que fractura la ley.

Existen cuatro frecuencias de este comportamiento: primodelincuencia, reincidencia, habitualidad y delincuencia profesional. La primodelicuencia es, como su nombre lo dice, cuando el sujeto comete el delito por primera vez y digamos que cuenta con un poco de beneficio ya que el juez considera que es su primer acto delictivo para poder sentenciar de una manera justa.

La reincidencia es aquella que se da cuando el sujeto que ya cometió un delito vuelve a cometer un segundo delito, pero debió haber sido sentenciado en el primero. Existen dos categorías en esta frecuencia, son la genérica; que es cuando el delincuente por segunda ocasión comete el acto delictivo, pero de naturaleza diferente del primero, y la específica, que es cuando los ambos delitos son de la misma naturaleza.

Por otra parte, la habitualidad se da cuando el sujeto comete mas de dos veces un delito, pero de la misma naturaleza en un periodo no mayor a 10 años, es decir, los tres actos delictivos se deben cometer en un lapso de 10 años para caer en esta frecuencia.

La ocasionalidad hace mención a cuando el sujeto lleva acabo el delito porque se le presentó la ocasión para cometerlo pero si llegase a cometerse de manera frecuente, ya no se consideraría como ocasionalidad sino no cambiaría a habitualidad. Por último, pero no menos importante, la delincuencia profesional es aquella donde ya el delincuente lo ve como una profesión, y con ello, comienza a ser más analítico para no cometer los errores que pudieron existir en sus delitos anteriores.

Ahora bien, ¿Cómo podemos identificar a un delincuente?, conociendo la frecuencia en la que opera, podría facilitar el proceso, pero también la criminalística es una fuente de ayuda para el derecho penal porque mediante los sistemas de identificación (dactiloscópico, antropométrico, retrato hablado, entre otras), se puede llegar a tener un mejor panorama del quien es el sujeto que se busca sin tenerlo detenido.

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