TERRICOLAS

Es importante comprender que cada ser vivo en el planeta tierra “es alguien, no algo”. Sin importar la especie a la que pertenezca, todos somos sujetos de derechos. Tanto los humanos como los animales tenemos nuestras diferencias y semejanzas, pero hay un punto indiscutible en el cual todos somos iguales. El sufrimiento durante la agonía de la muerte, es “sufrimiento”. Y los humanos tenemos el poder de ponerle fin al sufrimiento de los animales, dándoles a nuestros compañeros animales un buen trato durante sus vidas. Por ello debemos crear conciencia en la humanidad y aprender a compartir este mundo con los animales de los cuales se sirve la humanidad, nunca olvidemos este principio, no son ellos los que se sirven de nosotros, somos nosotros, la “monstruosa humanidad” los que nos servimos de los animales, somos nosotros los que necesitamos de ellos para sobrevivir.

En este video se explican las cinco “monstruosas” formas en las que los humanos torturamos a los animales, sí, me incluyo e incluyo a todos aquellos individuos que producto de nuestra ignorancia, e irracionalidad, contribuimos indirectamente en la tortura diaria de millones de animales en el mundo. Seres vivos a los que les causamos dolor producto del consumismo irresponsable e inhumano que le hemos dado a los animales, vistos estúpidamente desde nuestro estrecho y subjetivo punto de vista como: “mascotas, alimento, vestimenta, diversión e investigación”. No sigamos matando a los animales con nuestra indiferencia.

Lamentablemente el dolor no es transmisible, porque si fuese así, no maltrataríamos a nuestras mascotas abandonándolas en las calles; no utilizaríamos métodos de tortura al momento de matarlos para alimentarnos, como el acto de degollar delfines cuya agonía puede durar hasta 20 minutos; no despellejaríamos a los animales estando aun “vivos”, y peor aún frente a los ojos de otros animales de su misma especie que nada pueden hacer ante tal horror; no privaríamos de su libertad a los animales simplemente para deleitarnos viéndolos a través de los barrotes de una reja en un circo o zoológico, pongámonos solo por un segundo en el lugar de los animales, que humano querría pasar el resto de sus días privado de su libertad, este es un derecho que nosotros como humanos nos hemos ganado históricamente, no es posible que sigamos esclavizando a otras especies; despertemos de la inhumana ignorancia y pongámosle fin a la tortura de animales con fines de “investigación científica”, porque como explica esta película torturando animales no aprendemos nada sobre humanos, solo aprendemos sobre el dolor de los animales, solo por citar algunos de los tantos ejemplos “monstruosos” con los que nos ilustra esta película.

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