TODXS SOMOS CAUCA
Enviado por Sylvia Rodríguez • 10 de Abril de 2020 • Monografía • 1.347 Palabras (6 Páginas) • 145 Visitas
Universidad de La Salle
Facultad de Ciencias económicas y sociales
Programa de Trabajo Social
Derechos Humanos: Tito Hernando Pérez
Alumna: Silvia Fernanda Rivera Rodríguez, cód. 62161106
TODXS SOMOS CAUCA
Es inconcebible que a estas alturas del “desarrollo” de la sociedad colombiana se esté presentando una situación tan aberrante como lo que está ocurriendo en el Norte del Cauca; desde hace meses, un candidato a la presidencia, venía proclamando una inminente ola de hechos atroces que se iban a gestar en esta población, nadie escucho, y ahora, ahora tenemos una cantidad de muertos y ataques sin resolver, agrupados todos en la autoría de las disidencias de las Farc, los cuales no se han esclarecido y mucho menos se han tomado represalias.
La situación actual del Cauca, que ha prevalecido por mucho tiempo tiene sus raíces en los incumplimiento históricos del gobierno colombiano hacia esta población o lo que en otras palabras también se podría señalar como la nefasta intervención que el gobierno colombiano ha querido adelantar en el Cauca, sin tener en cuenta la autonomía de los grupos indígenas, sus verdaderas necesidades y la incidencia de múltiples terceros que han venido drenando las riquezas de este sector, como los carteles de narcotráfico, los paramilitares (que aún existen) y las guerrillas, y es que, como menciona Ruiz, W. (2019) muchos son los factores que hacen de esta población un epicentro de conflictos armados:
Guerra por el poder de una de las zonas que ofrece mayores posibilidades a los grupos de delincuencia para mantener una economía del crimen, disputas por convertirse en un mando paralelo de la administración pública, extensos cultivos de coca que permiten la producción de toneladas de sustancias alucinógenas, corredores viales que facilitan llevar la droga hacia el pacífico para allí ser embarcada a Centro y Norteamérica y la facilidad de resguardarse en territorio protegido, donde se ha resistido la presencia de la Fuerza Pública; todo esto hace que las confrontaciones sean más intensas.
Una situación que como muy bien denomina la columnista Ana Ruiz (2019) está “fuera de control”, los criminales se pasean en sus camionetas con amenazantes armas, como si los 6 o 7 puestos de control militar ubicados en la zona no existieran (parece que no), reparten panfletos amenazando a las comunidades indígenas, impregnándolas de más miedo y control, y recorren el territorio como si nada, traficando y asesinando, comentan los habitantes que ya no saben quién es el verdadero enemigo, porque las bandas un día se ponen la marca de disidencia, otro día de ELN, y otros días de Cartel de Sinaloa. Ruiz, A. (2019)
Lo que está sucediendo en el norte del Cauca duele por todo el cuerpo, produce miedo, tristeza y mucha rabia. Duele que se enquiste la violencia más feroz en semejante territorio, que es un laboratorio de la organización comunitaria donde conviven dignidades étnicas ancestrales, que no desfallecen ante los bandidos. Las bandas están reclutando niños, ordenando el cómo y quién a las autoridades, matando a quien les estorba, y estamos en manos de Iván Duque, Nancy Patricia Gutiérrez y Guillermo Botero.
La situación en el norte del Cauca está absolutamente fuera de control. (Ruiz, A. 2019)
Y es que, a mí parecer, lo más aberrante de estos hechos, de las masacres y los atentados, son las alertas que las comunidades y la Defensoría del Pueblo , habían dado aviso el pasado agosto por el crecimiento de los atentados en la zona y las frecuentes amenazas a los líderes sociales y guardias indígenas, pero esto no bastó para que el gobierno tomará medidas coherentes para esta situación, y no hablo de que instalará más bases militares sino de generar un proceso pertinente de diálogo que convocara a las guardias indígenas, lideres, autoridades regionales y dirigentes políticos, para que entre todos construyan propuestas de solución y alternativas a las situaciones adyacentes a la actual del Cauca, así como que el gobierno colombiano recupere el control territorial total no solo con la Fuerza Pública, sino con inversión social, justicia, educación y vías (…) la solución, como lo reconocen el gobernador Óscar Campo y algunos dirigentes indígenas, no puede ser únicamente militar. (Gómez, A. 2019)
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