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TRABAJO FINAL ANTROPOLOGIA JURIDICA


Enviado por   •  5 de Enero de 2016  •  Documentos de Investigación  •  3.451 Palabras (14 Páginas)  •  249 Visitas

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TRABAJO FINAL ANTROPOLOGIA JURIDICA

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OBSERVACION PARTICIPANTE E INTUICION 30”

Me encuentro sentado en un banco dentro de un recinto lleno de gente. Esta gente que veo, aparentemente, son de diferentes edades. Observo a prácticamente cada persona y veo distintas caras y gestos, desde aquel que salta y corre hacia todos lados con algo blanco en la mano y que se puede apreciar cierta alegría en su rostro hasta aquella que se encuentra sentada en una esquina y parece no querer hablar con nadie, su rostro denota cierta inseguridad y tristeza y que presenta ese papel que comparten toda la gente que veo roto a cachitos en el suelo cerca de ella. Esta última persona se encuentra rodeada por más gente que a primera vista parecen estar intentando que sonría ya que todo lo que veo acerca de estas personas son gestos y caras de apoyo y alegría para quien no lo está.

Veo a un par de personas jugando con una especie de objeto circular al que le golpean con el pie, detrás corre otro chico que parece que quiere coger dicho objeto pero no quieren dárselo y siguen y siguen corriendo. El niño, poco a poco con gesto más serio, decide pararse en seco y no correr más detrás de aquellos niños. Tiene fruncido el ceño y sin previo aviso se echa a llorar. Como ser humano que soy no podía consentir eso por lo que me acerque a dichos chicos los cuales su rostro reflejaba alegría y superioridad tras haber quitado y reído un poco del pobre chico. Me acerqué y les dije:

  • ¿Os parece normal reíros así de un compañero de vuestra clase?

Ellos contestaron:

  • No nos reímos, solo estamos jugando con la pelota.

Yo, que ya niño no soy, no me lo creí y decidí llamar al pobre niño que estaba roto llorando.

  • ¿Es tuya esa pelota? ¿te la han quitado? ¿se están riendo de ti?

Como era normal, este chico delante de los demás no contesta mis preguntas; se siente cohibido e incluso en sus ojos veo todavía rabia. Decido apartarme un poco de los demás chavales y conversar un poco con él.

Tras hablar durante unos minutos más calmadamente me cuenta que no es la primera vez que sufre este tipo de comportamiento por parte de los demás chicos y claro, esto me hace preocuparme. Me dice que en muchas ocasiones ha vivido situaciones semejantes como que una vez le dejaron encerrado en un sitio donde te puedes lavar las manos y ahí estuvo durante unos cuantos minutos hasta que quisieron abrirle.  Esta situación me parece una típica de acoso escolar, en el que unos niños se creen superiores que otro, se ríen de él, deciden quitarle su balón sin su consentimiento y huyen de él. En mi conversación con el niño me cuenta que nunca se lo ha comentado a sus padres ni profesores estas situaciones ya que no les da importancia, dice que es algo normal y no quiere alarmarles. A mi modo de pensar no me parece una tontería que estas situaciones se repitan en una persona por otro grupo de personas y que se dé en superioridad.

Tras esta situación embarazosa, decido cambiar la vista y cambiar mi grupo de observación, levanto la vista y la focalizo a un grupo de personas de más menos misma edad que mis tres anteriores victimas. A primera vista parece no interesarme mucho de ellos pero al poder oír, ya mi oído escucha algo como “ya está el profesor de matemáticas que es un cabrón suspendiéndome cuando tenía un 4,9 de media”. El chico que dijo dichas palabras se le notaba mucha rabia contenida y cierta cara de enfado e ira. Este comportamiento es uno muy frecuente el día en que en los institutos se dan las notas, porque como no había dicho hasta ahora me encuentro hoy, día 22 de diciembre en el patio del instituto donde de pequeño yo estudie llamado “Corazón de María” y apodado Los Carmelitas en el barrio de José del Hierro.

Esta actitud de “me han suspendido” es un claro ejemplo del día de las notas, donde no se quiere entender como un profesor puede suspender a un alumno y se ponen miles de ejemplos como que tenía un 4,9 o que me suspendió porque me tiene manía; este comportamiento es un claro ejemplo de motivación externa donde localizamos los éxitos en nosotros mismos y los fracasos en todo lo demás.

Elegí dicho lugar porque mi tema a tratar iba a ser el acoso escolar y porque aun ignorando que podía ocurrir, vi con mis propios ojos y en directo y pude contarla para mi trabajo.

ENTREVISTA

Guión:

Entrevistador. ¿Qué años tenias?

Victima.  Pues yo tendría 12 o 13 años cuando ya me veía diferente a los demás chicos, odiaba el futbol y me decanté por el baile y claro eso fue fácil para los demás chicos que me empezaron a llamar niña, gay y todos esos apelativos que nadie quiere que le digan pero que me los decían.

Entrevistador. ¿Cómo vivió tu familia y tus amigos esos años duros para ti?

Victima. Fueron años muy difíciles para mí y mi familia, sobre todo mis padres que sufrieron por mí pero que me apoyaron en todo momento con todas mis decisiones. Respecto a mis amig@s pues tuve la suerte de encontrar un grupo de chicas que lo han dado todo por mí y se han desvivido para que me importara lo menos posible lo que cualquier desgraciado me decía.

Entrevistador. ¿Dónde sufres normalmente este tipo de agresiones?

Víctima. En el instituto, por los pasillos, durante los intercambios de clase y recreos. También lo sufro de camino a casa.

Entrevistador. ¿Por qué crees que te eligieron a ti y no a otro para estos comportamientos agresivos?

Víctima. Pues sinceramente como ya dije antes, creo que fue por ser diferente a los demás chicos pero ¿Qué hay mejor que destacar por ser distinto? Estoy muy orgulloso de haber salido del armario hace ya varios años, sentirme mejor conmigo mismo y pasar de todas criticas que me hagan porque a día de hoy mi filosofía es “o aportas o te apartas”.

Entrevistador. ¿Has sido víctima de una agresión individual o por parte de un grupo?

Víctima. De muchas personas, pero que actúan individualmente, aunque rodeadas de gente que los cubre y se ríen.

Entrevistador. ¿Cómo te afecta en tu día a día?

Víctima. Realmente no me ha cambiado mucho la personalidad, pero sí es verdad que en ocasiones me crea un poco de barrera al relacionarme con personas que no conozco y en los pasillos rodeo para no cruzarme con los agresores.

Quiero ver el vaso medio lleno, por tanto, diré que ha hecho que valore más a mis amigos, profesores y toda la gente que me quiere.

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