TRANSMEDIA LITERACY (I): ¿QUÉ HACEN LOS ADOLESCENTES CON LOS MEDIOS?

TRANSMEDIA LITERACY (I): ¿QUÉ HACEN LOS ADOLESCENTES CON LOS MEDIOS?

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Mientras revisaba Facebook me encontré un enlace de artículo en la página de Comunicación y Sociedad de la Universidad de Guadalajara. El título es bastante interesante, porque mientras para alguien ajeno a los procesos comunicacionales no causa ninguna expresión, para quienes conocemos los problemas que enfrentan dichos eventos de comunicación social y digital, si resulta atractivo.

      Hoy en día, los investigadores en comunicación se preguntan con más frecuencia: ¿qué hacen los jóvenes con los medios?, ¿dónde aprendieron a hacerlo? Y ¿cómo aprovechar estos conocimientos en el aula? De estas preguntas surgió el proyecto europeo ‘Transmedia Literacy’ que realiza una investigación detallada sobre el tema, denotando que el aprendizaje actual es más informal, pero a su vez, desinformado, pues los jóvenes somos generadores de contenidos que compartimos diariamente en las diversas plataformas digitales y algunos, con total desconocimiento de lo que se genera a partir de estas prácticas.

      Estas prácticas colaborativas en las narrativas trasmedia (play, performace, simulation, appropriation, multitasking, distributed cognition, collective intelligence, judgment, transmedia navigation, networking, negotiation, visualization) a partir de las conocimientos y habilidades personales, de las cuales es evidente no todos poseen las mismas, lo que nos permite una diversificación de estructuras narrativas sin reconocimiento de alcance mediático. Por ejemplo, en mi cuenta de Facebook tengo varios contactos con gusto por la fotografía. Sin necesidad de conocimiento en composición de la imagen y un equipo profesional, capturan las mejores imágenes y las postean. Desde paisajes, retratos, productos que terminan por convertirse en una marca pero que desconocen el impacto de la narrativa pictórica, los elementos que trasmiten emociones o sentimientos al espectador. Para ellos, sólo representa “una buena imagen”.

Esta serie de comportamientos nos reflejan dos cosas: la primera, no existen nativos digitales como se había pensado antes; la segunda, debemos canalizar las habilidades del sector juvenil y enfocarlas a evaluar críticamente los contenidos para tomar decisiones fundadas como usuarios y productores de información y contenido mediático.

      Unos días antes, había encontrado la propuesta de estrategia de la UNESCO para la alfabetización mediática y alfabetización informacional, donde se reúne estos dos ámbitos como un conjunto combinado de las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) necesarias para la vida y el trabajo de hoy. La propuesta abarca todos los tipos de medios de comunicación y otros proveedores de información como bibliotecas, archivos, museos e Internet, independientemente de las tecnologías utilizadas. Haciéndola totalmente integral y fomentando una nueva ideología cultural para la creación de contenidos narrativos, textuales y visuales, que además se hará especial hincapié en la capacitación de los profesores, para sensibilizarlos sobre la importancia de la alfabetización mediática e informacional en el proceso educativo, habilitarlos a integrarla en sus procesos de enseñanza y proporcionarles los métodos pedagógicos, planes de estudio y recursos apropiados. De esta manera, se espera mejorar los contenidos creados por usuarios, un material crítico y con enfoque y un marco global para la difusión de contenidos. Hay que aprovechar las competencias transmediáticas de los jóvenes en la propia educación.

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