Televisión Colombiana: Estado Vs Libertad

Televisión Colombiana: Estado Vs Libertad

La televisión constituye uno de los más importantes medios de comunicación informativos en Colombia, fue fundada el 13 de Junio de 1954 y desde esa fecha se ha distinguido por  sus altos índices de consumo por parte de la población nacional. “En la actualidad se calcula que más del 95% de los hogares colombianos posee por lo menos un televisor y más del 70% de los colombianos acostumbra a ver una hora diaria de programación”. (Encuesta integrada de hogares Ipso Napoleon Franco, 2009.)

Este medio de comunicación es el instrumento de uno de los aparatos ideológicos más representativos e influyentes, no solo en este país, sino en todo el mundo, pues según la cita anterior, se puede inferir que abarca casi la totalidad del territorio colombiano; es un medio tan popular que se ha utilizado a través de los  60 años de  fundado para diferentes fines, tales como la publicidad, el entretenimiento, la información y hasta la política; sin embargo no todos ellos son útiles para la población puesto que son controlados en su  mayoría por órganos gubernamentales o multinacionales que incitan al consumismo, a actividades no productivas y aun sin número de inclinaciones que llevan a la sociedad a la ignorancia de pensamiento y a  no reflexionar sobre la problemática que enfrenta actualmente el país.  

No obstante un aparato ideológico de estado cumple muy bien el rol dominante de un concierto, aunque no se presten oídos a su música, por lo cual según afirma el filósofo marxista Louis Althusser, (1988:4)  “el estado es un agente represor, que tiene en el poder el monopolio legítimo de la fuerza, es eterno y se reproduce en la infraestructura,” pero dicha reproducción es imposible que la maneje una sola persona o instrumento, por lo cual debe apoyarse en diferentes órganos como lo son la religión, la escuela, la familia, lo jurídico, lo político, la cultura y tal vez uno de los órganos con mayor trascendencia en los últimos tiempos como lo son los medios de comunicación informativos. Comprender el comportamiento social, moldeado por los medios de comunicación, engloba a la mayoría de los aparatos ideológicos dentro de un sistema que es manejado por dos grupos radicales: El estado, que es representado por políticos que a su vez simbolizan la mayoría de la sociedad colombiana y el poder que no coincide con los aparatos ideológicos del Estado, llamado también Poder fáctico.

Para entender  la televisión, como medio de comunicación informativo, que contribuye a la lucha cultural-ideológica es ineludible acudir nuevamente a Althusser (1969:23) quien afirma que “la sociedad está formada por una jerarquía de estructuras, diferentes unas de otras, que gozan de una relativa autonomía aunque condicionadas, por relaciones económicas en última instancia.”                

Lo grave de esta situación, en realidad  es  que no solo  los intereses corporativos, políticos y comerciales sostienen a la televisión en su posición privilegiada de ineficaz educador de masas, la sostiene el mismo pueblo, sin diferencias de clases sociales, cuando precisamente se somete a diario a ver los realitys show baratos importados del extranjero, cargados con un alto grado de erotismo y surrealismo, a las series de narcotráfico donde se vuelve a contar con especial amarillismo, la tragedia que ha padecido durante tantas décadas  el pueblo colombiano y como no mencionar a las novelas mexicanas, que tanto gustan la mayoría de mujeres,  las cuales imbuyen al televidente en un mundo de ficción, donde el rico multimillonario se casa con la más pobretona del barrio y viven felices para toda la vida, sin ni siquiera imaginarse que tales ideas ya fueron  procesadas para su total consumo. Tales fundamentos se soportan en el informe planteado por el catedrático Hernández Romualdo (2007:4) quien indica que  “aunque ahora solo veamos “basura” en la televisión colombiana, debemos rescatar y enseñar a nuestros hijos, amigos y familiares que la televisión tiene un espacio importante en cada uno de nosotros, y que de nosotros depende el poder darle un buen uso a este, y no quedarnos en ver lo mismo siempre, sino poder aprovechar la poca televisión que queda para instruirnos en nuestro diario vivir. 

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