Tema 1 de Interacción Social en las Instituciones

Tema 1: Definiciones y clarificación de conceptos

Institución

Concepto de institución desde 3 perspectivas: 

Tradición antropológica – Todas las prácticas sociales más o menos rutinarias y ritualizadas, todos los sistemas simbólicos, como las religiones y las lenguas, que se imponen a los actores como “hechos” que preceden a su acción. (Por ejemplo, los códigos de cortesía)

Sociología política – Conjunto de marcos y procedimientos constituyentes de la soberanía que permiten que se regulen los conflictos y se tomen las decisiones legítimas. (Por ejemplo, los sistemas políticos)

Organizaciones y empresas beneficiarias de una antigüedad legítima. (Por ejemplo, Fiat, la de los coches)

Pero en esta asignatura se usa la noción de institución en el sentido que le otorga la función de instituir y socializar, teniendo ésta capacidad de hacer advenir un orden simbólico y de formar un tipo de sujeto ligado a este orden, de instituirlo. La institución se define por su capacidad de hacer advenir un orden simbólico y una cultura en la subjetividad de los individuos institucionalizando valores y símbolos, instituyendo éstos, a su vez, una naturaleza natural en los individuos.

“La institución es un sistema de normas, códigos, valores, marcos interpretativos, pautas de comportamiento, sanciones y recompensas, etc. Sedimentado y estabilizado en la sociedad, que funciona como guía para la acción, para la constitución de sujetos con capacidad de actuar y para su propia reproducción como institución.”

La institución sería entonces la respuesta a nuestra necesidad de ser indicados el modo correcto de actuar en cada situación, solucionando nuestra inconsistencia vital constitutiva formando con nuestras relaciones sociales un programa vital subjetivo de doble proceso:

1. Interiorizamos una serie de normas, roles, valores, etc. Sociales que se nos presentan como objetividad.
2. Nos vamos constituyendo como sujetos responsables capaces de reproducir ese mundo social objetivo pero también de modificarlo.

Este segundo punto implica que el cambio es posible, y junto con ese cambio, pueden surgir nuevas maneras tanto de relacionarse y organizarse socialmente como de transformarse uno mismo. Las instituciones nos constituyen, nos organizan, nos subjetivan, así como también nos ayudan a orientarnos socialmente. También podemos evadirlas. Con nuestras prácticas cotidianas y las dinámicas que se generan de las mismas no sólo las reproducimos, sino que también las construimos activamente.

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