Tema- Las chavas en las culturas juveniles.

LAS CHAVAS EN LAS CULTURAS JUVENILES (MARITZA URTEAGA CASTRO-POZO).

Actualmente vivimos en una sociedad que en el discurso defiende y  promueve  la igualdad y equidad de género, pero este solo queda ahí en el discurso. En nuestro país las mujeres son vistas como personas pasivas, mudas, objetos para lucir y presumir ante los demás. La lucha que las mujeres ante la sociedad han hecho para obtener su emancipación política y social ha sido muy fructífera, además, de la participación en cada uno de estos ámbitos antes mencionados, lo cual ha llevado a fortalecer el respeto hacia ellas. Sin embargo siguen siendo una parte de la sociedad que esta vulnerable por la forma de pensar de muchos de los hombres.

Los rasgos culturales de la sociedad, etiquetan muy insistentemente el rol que juega  cada personaje, muchas de las acciones de los jóvenes no son bien vistas por los integrantes de una etnia, sin embargo nos dice Caries Feixa; “la juventud como construcción cultural relativa en el tiempo y el espacio”. Las prácticas culturales de los jóvenes dentro de una cultura propia van permeando la construcción de esta, podemos referirnos a la migración de los jóvenes a ciudades conurbadas por tiempo indefinido y con esto la adquisición de nuevos estereotipos, lo cual lleva a trasformar la vida de su cultura. La juventud es la etapa donde se da una interacción social e imagen cultural, como la ideología y valores, moda o bienes de consumo y la música.

En esta etapa del ser humano se observa una controversia (conflicto/adaptación). Entre las aspiraciones e instituciones las cuales podemos nombrar: la familia, la escuela, la iglesia, el servicio militar y la desocupación militar.

En nuestro país existe una gran diversidad cultural, esto lleva a que los jóvenes se reúnan con personas afine, que comparten una misma ideología, a partir de estos nacen las “bandas”,  que es un espacio de interpelación identitaria en donde se agrupan solidariamente con jóvenes de la misma condición de clase, prácticas culturales (lenguaje, estética o imagen y la música), en relación a todo esto se da una interacción social entre sus participantes.

Las bandas  son exclusivamente masculinas, la sociedad lo marca muy rígidamente al afirmar que “los hombres en la calle y las mujeres en la casa, las féminas no son bien vistas de andar entre hombres a largas horas de la noche bebiendo y fumando. En este tipo de culturas juveniles las chavas están ausentes, las investigaciones e informes demuestran que los hombres son los que predominan en estas cultura juveniles. Están presentes pero invisibles, estas agregaciones no eran ni son una opción de sociabilidad y de relación con el otro sexo.

La familia es la institución que primeramente se opone a que las chavas se integren a las bandas por tal están social y moralmente censurados. Las mujeres son sumisas, mudas, pasivas; existe un gran control familiar hacia las chavas. Parte del control de las chavas lo ejercen las bandas juveniles, los cuales se sienten dueños de las mujeres que estén en su territorio, para ellos solo tienen un valor de cambio.

Por otro lado están las machinas, las chavas que solo pueden estar con los integrantes de las bandas para satisfacer sexualmente y curar heridas a sus integrantes. Las chavas no pueden tener otros roles más que ser objetos sexuales o madres consentidoras o madrugadoras. Están en una posición no marginal.  

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