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Teoría de la comunicación social . La película “The Truman Show”


Enviado por   •  1 de Junio de 2019  •  Monografía  •  5.743 Palabras (23 Páginas)  •  562 Visitas

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TRABAJO INTEGRADOR

Teoría de la comunicación social I

ESTUDIANTE:

Montalvan, Camila

DOCENTE:

Kaufman, Alejandro


Introducción

La película “The Truman Show” cuenta la historia de Truman Burbank, un hombre de 30 años que sin saberlo fue el protagonista de un reality show que exponía todos los aspectos de su vida. Él fue adoptado por una empresa de medios de comunicación cuando la misma se disponía a elegir entre cinco bebés no deseados por sus padres al protagonista de su nuevo espectáculo. Así, Truman vivió toda su vida en una isla llamada Seahaven rodeado de actores y se trasmitió por televisión toda su vida desde su nacimiento. Sin embargo, este espectáculo comienza a desmoronarse cuando Truman empieza a sospechar sobre la realidad de su mundo. El objetivo de este trabajo es relacionar la película con los textos de la bibliografía obligatoria de la materia, articulandolos de la siguiente manera:

  1. En primer lugar,  se analizará cómo es el comportamiento de los espectadores del programa con conceptos de los autores Mc Combs, Debord, Wordsworth junto a Coleridge y de la autora Susan Sontag.
  2. En segundo lugar, se analizará la forma de actuar del protagonista con las categorías conceptuales ofrecidas por Ginzburg, Serres, Barthes y Williams.
  3. En tercer y último lugar, se analizará de qué manera se desarrolla el programa y de qué mecanismos se sirven los creadores del show para ello a partir de Hall, Laswell, Jay, Benjamin, Mc Combs, Williams, Adorno y Thompson.

Espectadores

En la presentación del programa, se describe su popularidad de la siguiente manera: “1.7 billones de televidentes presenciaron su nacimiento, 220 países fueron testigos de su primer paso, el mundo no perdió detalle de su primer beso, y a medida que creció también lo hizo la tecnología: la vida de un ser humano a través de una red de cámaras ocultas, la transmisión en vivo las 24 horas sin editar, siete días a la semana audiencia alrededor del mundo, el estudio más grande jamás construido, en su trigésimo año de éxito…”[1].

Con respecto al éxito de este tipo de show, Sontag (2003) al hablar sobre fotografías bélicas sostiene que las imágenes de lo repulsivo pueden despertar el deseo de ver algo espeluznante en las personas debido al morbo que producen, pero también explica que “el sentimentalismo es del todo compatible, claramente, con la afición por la brutalidad y por cosas aún peores (…)  Si consideramos qué emociones serían deseables resulta demasiado simple optar por la simpatía. La imaginaria proximidad del sufrimiento infligido a los demás que suministran las imágenes insinúa que hay un vínculo a todas luces falso, entre quienes sufren remotamente —vistos de cerca en la pantalla del televisor— y el espectador privilegiado, lo cual es una más de las mentiras de nuestras verdaderas relaciones con el poder. Siempre que sentimos simpatía, sentimos que no somos cómplices de las causas del sufrimiento...” (Sontag; 2003). Así, se puede entender que el éxito del reality sobre la vida de Truman se sostiene ya que apela a ese sentimentalismo que explica la autora: a lo largo de la película se intercalan imágenes de la vida del protagonista con la de sus espectadores. En esas escenas se puede ver cómo la gente expresa la simpatía que siente por Truman y la próximidad que siente con él: lloran junto a él, festejan sus aciertos, y particularmente se puede ver ese concepto sobre el final de la película en donde toda la audiencia festeja efusivamente la salida de Truman de su mundo ficticio y cuestiona los intentos de la producción por retenerlo[2]. Los espectadores sentían simpatia por Burbank, y por ello no sentían responsabilidad sobre el daño que el reality le generaba, ya que esa responsabilidad se la atribuían a los productores sin pensar que ellos sostenían el programa debido al éxito que tenía, en palabras del creador del show, “se necesita la población de todo un país para continuar al aire”.  

Por otro lado, Sontag hace hincapié en la sobreestimulación de la sensibilidad de un tema que conduce a la naturalización del mismo, es decir, pasado el primer impacto esa estimulación se vuelve indiferencia: “en un mundo no ya saturado, sino ultrasaturado de imágenes, las que más deberían importar tienen un efecto cada vez menor: nos volvemos insensibles…” (Sontag; 2003). Este argumento también está presente el prólogo de  Baladas líricas de Wordsworth y Coleridge (1800), en donde se explica que en las sociedades modernas las personas se encuentran afectadas por  la uniformidad en sus ocupaciones y por la aglomeración en la que viven (rodeadas de sonidos, imágenes, olores), por lo que son propensas a interesarse en buscar nuevos estímulos. Así, esa “sed estimulación desaforada” como la definen los autores es satisfecha por los medios de comunicación, quienes ofrecen a las personas la solución al deseo de estímulos, y por lo tanto, para los autores son estos medios los responsables del entorpecimiento de la mente de las sociedades: “la mente humana puede ser excitada sin la aplicación de burdos y violentos estimulantes (…) Una multitud de causas, desconocidas en tiempos pasados, están actuando con fuerza para embotar los poderes de discriminación de la mente y, al incapacitarla para todo esfuerzo voluntario, la reducen a un estado de entorpecimiento salvaje…” (Wordsworth y Coleridge; 1800). En este sentido, la película ejemplifica cómo en las sociedades modernas la sobreestimulación genera una necesidad de nuevos estímulos cuando comienza con Christof (creador del programa) diciendo: “Estamos cansados de que los actores nos demuestren emociones falsas, estamos cansados de los fuegos pirotécnicos y los efectos especiales. El mundo en que vive es en algunos aspectos falso, pero absolutamente nada es falso en Truman: no hay guiones, no hay trucos, es genuino. Es una vida…”[3].

En esa misma linea, Sontag explica que el medio con mayor responsabilidad de la insensibilidad que produce la sobreestimulación es la televisión, ya que la cantidad de imágenes presentes allí y la frecuencia en que se las ve terminan por agotar la fuerza de las mismas generando una sensación de aburrimiento en el receptor. Por eso, la autora sostiene que la TV hace que perdamos “capacidad reactiva” frente a lo que se nos muestra, y en lugar de sentir compasión sentimos cansancio.  Frente a este cansancio, surge la necesidad de consumir productos novedosos y para la autora ese es el punto en donde todo comienza a convertirse en un espectáculo: “las enormes fauces de la modernidad han masticado la realidad y escupido todo el revoltijo en forma de imágenes (…) Vivimos en una «sociedad del espectáculo». Toda situación ha de ser convertida en espectáculo a fin de que sea real —es decir, interesante— para nosotros. Las personas mismas anhelan convertirse en imágenes: celebridades. La realidad ha abdicado. Sólo hay representaciones: los medios de comunicación…” (Sontag; 2003). En “The Truman show” podemos identificar este concepto no solo porque la vida de Truman es convertida por Christof en un espectáculo para brindar una nueva forma de entretenimiento a la audiencia, además está presente en los espectadores del programa que en varias escenas buscan irrumpir en el set para convertirse en celebridades[4].

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