Teresa De La Parra
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Teresa de la Parra nació el 5 de octubre, 1889, primera hija de padres venezolanos, Rafael Parra Hernaiz e Isabel Sanojo Ezpelosim de Parra. Tenía cinco hermanos: dos hermanos mayores, Luis Felipe y Miguel, y tres hermanas menores,n Isabelita, Elia, y María del Pilar.1 Nació en París, porque en ese entonces sus padres se encuentran fortuitamente en esta ciudad: su padre Rafael era cónsul venezolano en Berlín.1 La familiar volvió a Venezuela cuando De la Parra ya tenía dos años de edad.
Su familia formaba parte de la aristocracia venezolana y al sector de los terratenientes. En la hacienda de caña "El Tazón", cercana a Caracas, pasa su infancia. Tan provinciana vida se trastoca seis años después, al morir repentinamente su padre. Es una niña de 11 años cuando su familia decide fijar residencia en Europa. Se instalan en Mislata (Valencia), España, y Teresa es internada en el Colegio religioso Sagrado Corazón de Godella (Valencia). Allí comienza a expresar su inquietud por la poesía. Las obras literarias de Teresa de la Parra son altamente influenciados por Romain Rolland, "Gustave Flaubert, Marie-Henri Beyle (Stendhal), Guy de Maupassant, y autores contemporáneos Pierre Loti, Maurice Maeterlink, Alphonse Daudet, Anatole France, y las mujeres francesas escritores, Gyp, Marcelle Tynaire, Sidonie-Gabrielle Colette y Ana de Noailles" (Mueller, 2012, p. 5). A la edad de 19, el poema que escribió para celebrar "el día de la beatificación de la Venerable Madre Magdalena Sofía Barat" le ha llevado a ganar el primer premio y se puede encontrar "en el Boletín del Sagrado Corazón" (Mueller, 2012, p. 4).
Regreso a Caracas[editar]
En 1910, los Parra Sanojo están de vuelta en Caracas. Viven en una casa de estilo colonial, situada entre las esquinas de Torre y Veroes. En las tertulias que allí se organizan, y en frecuentes reuniones que se dan en los cafés o "botellerías" de la Caracas de principios del siglo XX, la joven escritora toma apuntes sobre los modismos del español caraqueño, de sus maneras, de sus variantes. Tiene una gran fascinación por el habla coloquial, pero, a diferencia de lo que estila el costumbrismo, reproducirla no será el fin de su obra, se trata sólo de un recurso para contar historias.[cita requerida]
Comienzos literarios[editar]
En 1915 bajo el seudónimo de Fru-Fru, de la Parra publica dos cuentos "Un evangelio indio: Buda y la leprosa" y "Flor de loto: una leyenda japonesa" en el periódico El Universal.2 Probablemente los otros cuentos de este periodo no publicadas hasta 1982 son "El ermitaño del reloj", "El genio del pesacartas" y "La historia de la señorita grano de polvo, bailarina del sol".2 Asimismo, en 1920 pública en la revista Actualidades, dirigida por Rómulo Gallegos, su "Diario de una caraqueña por el Lejano Oriente", que en realidad es una ficción basada en las cartas enviadas por su hermana en numeroso viajes.2 Ese mismo año, de la Parra publica "Mama X" en un concurso nacional de cuento patrocinado por el diario El luchador y gana un precio especial. En vista de su éxito, José Rafael Pocaterra, edior de la revista Lectura Semanal, la invita a publicar "Diario de una señorita que se fastidia" en la revista y emitió seis mil copias que se vende a cabo en unos pocos días.2
Carrera brillante[editar]
En 1923 se traslada a París. En 1924 publica bajo el seudónimo de Teresa de la Parra, su primera y más famosa novela Ifigenia, con la que participa en un concurso literario en París, auspiciado por el Instituto Hispanoamericano de la Cultura Francesa, obteniendo el primer premio.3 Un poco después, Ifigenia es traducido al francés por Francisco de Miomandre, un conocido escritor y mediador entre Francia y América española.4 Su fama crece hasta convertirse en una de las escritoras más destacadas de Latinoamérica y colocarse a un lado de Gabriela Mistral, con la que mantiene una estrecha amistad. En 1972, es invitada a Cuba para participar y hablar de Simón Bolívar en el Congreso de Prensa Latina; el tema de su discurso fue "La Influencia Oculta de las Mujeres en la Independencia y en la vida de Bolívar". Es entonces cuando se encuentra con alguien que tendría un papel importante en su vida durante sus últimos años, Lydia Cabrera.4 En 1929 pública su segunda novela, Memorias de Mamá Blanca aparecido en español y en francés.4
En 1930, recibe una invitación para ir a Colombia a dar una serie de conferencias, publicada bajo el título "Tres conferencias inéditas" en 1961, sobre el papel de la mujer en la cultura española e historia desde la época colonial hasta el presente y aclara que su femenisno es moderado,4 5 define la identidad femenina de un modo abierto y dice que una escritura femenina no tiene limitarse al tema de amor, y no es en la temática donde se indentifica.6
Últimos años[editar]
Teniendo fe de encontrar un remedio para su enfermedad, Teresa de la Parra ha pasado muchos años en las instituciones médicas. En la forma de una carta, ha escrito a sus amigos, describiendo cómo su horario diario está, viviendo en sanatorios. (Mueller, 2012, p. 284)
Teresa de la Parra es bien reconocido por su amor de una manera fácil, relajada vida y su pasión por la moda. Desafortunadamente, la muerte se ha cobrado la vida en la casa de Madrid donde vivía una vida incómoda. Había gente que entraba y salía de su casa que perturbaban la paz y la tranquilidad que le gustaría haber tenido. A pesar de que el ambiente estaba en podría haber sido mejor, de la Parra murió en la presencia de su familia, como "su madre, su hermana y su mejor amiga, Lydia Cabrera" (Mueller, 2012, p. 284).
Como consecuencia de perder la batalla contra la tuberculosis y el asma, Teresa de la Parra murió el 23 de abril 1936 (Mueller, 2012, p. 284/294). Desafortunadamente, Parra nunca tuvo la oportunidad de escribir una autobiografía de su vida (Caula 110) y los críticos se quedaron interpretar partes desconocidas de su vida a través de su literatura (Caula 108).
Originalmente, los restos de Teresa de la Parra se podían encontrar en el cementerio que está en la Almudena, Madrid. En 1974, fueron repatriados a su tierra natal en Caracas para estar unidos con los restos de su familia "en la cripta de la familia Parra Sanojo" que se encuentra en el Cementerio General del Sur. Sin embargo, para celebrar el año centenario de su nacimiento, en 1989, sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional, Caracas.7
de la Parra y el feminismo[editar]
En 1930, Teresa de la Parra fue invitado a ofrecer una serie de conferencias en Bogotá.
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