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Terrorismo: efectos en la realidad nacional actual


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2021  •  Ensayo  •  1.882 Palabras (8 Páginas)  •  99 Visitas

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Terrorismo: efectos en la realidad nacional actual

Por: Víctor Zúñiga

El Perú es un país rico, en diversas maneras; tanto en lo geográfico, cultural, natural y también en lo histórico. Es entonces la historia del Perú, un componente de diversos matices, de opulencia, opresión, libertarismo, establecimiento, terror, e inseguridad. Yo plasmaría en esas palabras, lo que es nuestro legado desde que fuimos un imperio, hasta hoy que somos una nación.

Nos vamos a enfocar en uno de los últimos bloques de esta historia, el terror. Por deducción, el tema es obvio: terrorismo. ¿Qué fue? Todos lo sabemos ¿cómo afectó al país? Sabemos que lo hizo, tanto en daños físicos, pérdidas humanas y lo más importante para mí… ¿Qué pensamos ahora de eso? ¿Cómo repercute en la actualidad en nuestra vida como país? ¿Sigue con vida la ideología que dio paso a una atrocidad nunca antes vista? Son preguntas que, necesitan una respuesta concreta que nos lleve a tener lo algo que sonó mucho en este último año: “memoria y dignidad”; pero no me gusta llamarlo así, me estigmatizarían muy rápido; yo lo llamo: razón.

Quiero hacer un análisis, que se enfoque en lo que dejó este fenómeno, en lo social y (aunque no correspondido) político. Definitivamente, hay que reconocer que las últimas elecciones, dieron lugar a que se vuelva el interés sobre este tema, que se descubriera que existe un resurgimiento de este movimiento, que existe en parte de la población apoyo a esta ideología, que es odiado por muchos (lo que acepto como adecuado), y que por supuesto, ha dejado una gran brecha que incluso conduce a estereotipar a movimientos políticos con este tipo de filiaciones.

¿Qué es lo que se piensa hoy en día del terrorismo?

La respuesta, es: depende, sí; aunque no lo crean. Lo lógico, sería un rechazo general de la población hacia este tipo de actos, pero hemos descubierto (Perú en general) que no es así.

Lo que sí es concreto, es que la mayoría de los peruanos recuerdan este fenómeno como una catástrofe que no se debe volver a repetir. Fue no solo físico ni mortal el daño que causó, sino también ideológico. Dicho movimiento hoy sigue con vida; oculto en las sobras de la sociedad, pero con su llama aún encendida; de todos modos, el hecho de que sea considerado delito, el hacer proselitismo a esta ideología y mucho más el tan solo intentar practicarlo.

Entonces, si todo lo hecho por el terrorismo fue malo, ¿qué es lo que cree esa parte de la sociedad que defiende sus actos? El terrorismo; de la mano de la ideología que lo promovía, se instaló en la mente de muchas personas que se convirtieron en adeptos, a través del discurso marxista de, como yo lo llamo: “victimización”. Un discurso en el que todo el resentimiento, frustración, sufrimiento y envidia de las clases poco desarrolladas se plasmaba, buscando una manera radical de revertir su situación de necesidad y maltrato.

Al ser un país con una población amplia en el sector D e incluso E, muchas personas llegaron a verse identificadas, con ese líder que decía y prometía ir sin importar el método, contra las “nefastas” autoridades que solo se aprovechaban se ellos. Ese fue el argumento mayor que llevó al profesor de filosofía: Abimael Guzmán, a liderar y atormentar por muchos años al país. Parece extraño y vaya que lo es, que una corriente que ofrece libertad e igualdad, busque conseguir las cosas de manera violenta; eso, es el radicalismo marxista.

¿Cómo repercute el pasado y presente del terrorismo en la actual sociedad?

Al ser un nodo amplio y complejo de nuestra historia, el terrorismo ha dejado rezagos que, al día de hoy, ha pasado de ser solo un recuerdo enterrado, a ser un temor que se mantiene como una amenaza constante.

Voy a ser directo, las últimas elecciones, nos mostraron una realidad, que existe un enfrentamiento, o no era eso, era un resentimiento reprimido por años, entre la clase alta y la baja de la sociedad. Esa división que conforme pasaba el tiempo se iba haciendo más y más grande, llegó a un punto en el que no se pudo aguantar y estalló: victimización en su máxima expresión, discriminación, ataques, discusiones, conflictos ideológicos, un montón de manifestaciones arrojaban que la lucha de pensamientos, seguía viva en una sociedad que por muchos años creíamos: unida.

Victimización: algunas personas que aprobaban o contemplaban como aceptables los actos del terrorismo, justificaban los hechos, alegando que se trataba de algo que la sociedad o clase alta, merecía; como castigo o respuesta a la opresión que ejercían sobre la clase, autodenominada: “oprimida”.

Discriminación: en este caso, el sector afectado es uno y solo uno, quienes me conocen, saben que mi concepción política solo admite la razón, por lo tanto, me alineo a la centro-derecha; para mí, la izquierda es bazofia; pero en este caso, hay que conservar a pesar de todo, la objetividad. Me explico: existen variantes: ultra derecha, derecha, centro derecha o, extrema izquierda, izquierda y centro izquierda (entre otras más), y pues, es la extrema izquierda la que alguna vez dio origen a la barbarie del terrorismo; pero, no quiere decir esto, que las demás variantes de la izquierda sean agrupaciones filo terroristas, nada de eso. Pero, durante campaña electoral e incluso ahora, se ataca de manera directa a los izquierdistas como “terrucos”; hubo un punto en el que esto era humor, debo reconocer que lo practiqué, pero no era una sentencia ni acusación, sin embargo, ahora, se relaciona de manera directa a esta ideología con el radicalismo de Marx (que, en simples palabras, propone el radicalismo). Entonces, por más retorcida que sea esta corriente, no es apropiado estereotipar a todos.

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