Transporte, Globalización Y Ciudad. Entrevista A Oscar Figueroa.

Oscar Figueroa es economista y urbanista. Se desempeña como profesor de la Universidad Católica de Chile y desarrolla su actividad profesional en el ámbito académico y como consultor sobre temas de transporte, movilidad e infraestructura en América Latina. La entrevista fue realizada por La Fábrica Porteña en el marco del Encuentro Iberoamericano Movilidad Urbana Sostenible realizado en el mes de noviembre de 2013 en Lima, Perú.

En su conferencia, usted hizo referencia a la globalización y a su impacto en la liberalización del sistema de transporte de las ciudades de América Latina, ¿de qué manera se vinculan ambos fenómenos?

Yo creo que la globalización introdujo como efecto fundamental una cierta mercantilización de las relaciones económicas en las ciudades. Y esto desde el punto de vista de la movilidad, del transporte, implicó que una serie de servicios y actividades que habitualmente eran responsabilidad importante del sector público se fueron liberalizando. Se han constatado efectos importantes en la expansión de las ciudades. Por un lado el desarrollo de zonas suburbanas de altos ingresos pero también de bajos ingresos como alternativa para combatir incrementos de precios del suelo, expansión, caída de densidad, y la búsqueda de soluciones privadas para la movilidad de las personas. Y creo que eso ha sido el contexto en el cual nos estamos moviendo tradicionalmente ahora.

¿Cuál es el impacto de esa segregación residencial en lo que respecta al transporte?

Yo creo que este es uno de los grandes problemas, porque hay dos condiciones que se están dando casi en paralelo. Por una parte, se produce esta expansión de la ciudad en la cual se manifiesta una mayor segregación desde el punto de vista de la organización residencial de la población, pero al mismo tiempo eso facilita mucho que se produzca también un cierto grado de segregación a nivel de las soluciones de movilidad de las personas. Es decir, podríamos decir que a partir de la dispersión urbana hay procesos fuertes de fragmentación social y de fragmentación del transporte. Lo que digo es que en la medida en que la gente ya no vive cerca y, además, no tienen opción para tomar medios de transporte similares, la comunicación y la integración se debilitan cada vez más y generamos muchos espacios especializados en donde la vida social está cortada, está limitada y no interactúa con otros.

¿En este contexto de fragmentación del sistema de transporte cuál es la situación de Chile o de los barrios más marginados de ese país?

En Chile el asunto es complicado pero yo creo que no es mucho más complicado que una gran cantidad de otras ciudades de América latina. Por una parte, una de las formas de la expansión de la ciudad es la expansión de la vivienda de bajos ingresos hacia la periferia lejana, donde están los suelos disponibles más baratos. Habitualmente, el desarrollo de esa infraestructura y de los espacios públicos asociados a esas zonas dificulta terriblemente la provisión de servicios públicos de transporte como debieran ser. Por lo demás, habitualmente tampoco hay una voluntad manifiesta y clara de los gobiernos de asegurar la accesibilidad y la conectividad de esa población.

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