Tratado del Canal de Panamá

Tratado del Canal de 1903

La carta dirigida al presidente Rodolfo Chiari, escrita el 30 de mayo de 1927, fue una queja hacia la asamblea nacional de Panamá, ya que ésta, en la resolución del 21 de enero, se dirigen hacia el ingeniero francés Philippe Bunau Varilla como un extranjero pernicioso para Panamá a causa de manifestaciones de las relaciones de Panamá con Estados Unidos, donde lo juzgaba de “protectotat”.

En esta carta el ingeniero Varilla le manifestó lo ofendido y herido que estaba al leer que la asamblea nacional de Panamá consideraba al hombre que fue la fuente de tantas ventajas y bienes, que ha dado al país la firma del tratado que liberaría a los panameños del poderío de los colombianos y que ha utilizado todos sus recursos y su poder desde los últimos 20 años para la realización del canal; a ese hombre que gracias a él fue que Panamá posee el canal en lugar de Nicaragua y así nos salvaría de la quiebra; lo llaman extranjero nefasto.

Él en su libro: “Panamá, su creación, destrucción y resurrección (1920)”, explica, como fue la forma en que llevo todo acabo para firmar el tratado del canal en representación de Panamá y porqué lo hizo con tanta prisa, sin consultar a la delegación enviada a Estados Unidos por parte de Panamá. Donde nos relata que la delegación enviada por parte de Panamá para darle consejos a cerca de la firma del tratado llego a Nueva York al mismo tiempo que los últimos recursos para que se firmara el tratado, habían llegado a Washington. Varilla envió a la delegación panameña un telegrama pidiéndoles que lo disculparan por no poder ir a recibirlos en Nueva York, ya que tenia cosas más importantes que hacer; al mismo tiempo de eso, él recibe una carta por parte de John hay donde le pide asistir a su casa a las 6; el ingeniero sin conocimiento alguno de la citación, va al lugar designado a la hora acordada y se encuentra con dos reporteros que le preguntan que si ya es oficial la firma del tratado, él sin saber de que hablaban, continuó su camino hacia adentro de la residencia donde el señor Hay los recibe con halagos y un respeto inigualable, nunca antes mostrado, solo para luego decirle que fue solicitado para la firma del tratado del canal interoceánico; el ingeniero se puso a disposición de firmar cualquiera de los dos proyectos que fuera mejor y estuviera a conveniencia de ambas partes, el Sr. Hay le contesta que el que le parece mejor no solo a él, si no a los senadores, es el que Varilla preparó; sólo con un ligero cambio, al que ellos realmente no consideraban un cambio, si no una leve e insignificante modificación en la terminología, donde en vez de colocar “arriendo a la perpetuidad”, colocaban “cede a los Estados Unidos a perpetuidad, el uso, ocupación y control”; lo que consideraban que era prácticamente lo mismo.

A las 6 y 40 minutos se concretó la firma de dicho

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